sábado, 23 de mayo de 2020

Casa de citas / Woody Allen / Mia Farrow



Alianza Editorial publica 'A propósito de nada', autobiografía ...


Woody Allen
Mia Farrow

Como señaló Soon-Yi, a Mia le gustaba adoptar y lo hacía con entusiasmo, como quien compra un juguete nuevo; le encantaba la reputación de santa que le confería y los comentarios públicos de admiración, pero no le gustaba criar a los niños y en realidad no se ocupaba de ellos. […] No es extraño que dos de sus hijos acabaran suicidándose. Un tercero también contempló esa posibilidad, y una hija adorable que tuvo que enfrentarse a un diagnóstico positivo de VIH con más de treinta años terminó abandonada por Mia y murió de sida en un hospital una mañana de Navidad sin nadie a su lado.
En aquel entonces, yo salía con Jessica Harper, esa chica sexy, brillante y talentosa de Recuerdos. Pocos días después de la fiesta, recibí un mensaje con un libro, un regalo de Mia. Me agradecía lo bien que se lo había pasado y me mandaba un ejemplar de La medusa y el caracol. Yo le respondí con una nota agradeciéndole el libro y añadí un comentario como de pasada que terminaría cambiándole la vida a mucha gente. Le proponía: ‘Si estás libre un día de estos, vayamos a comer’.

Una señal de alarma surgió cuando había pasado un lapso sorprendentemente breve desde que iniciamos nuestra relación, unas semanas, para ser precisos. Estábamos viendo una película, My brilliant career, y Mia se volvió hacia mí y dijo: ‘Quiero tener un hijo tuyo’ (…) Lo achaqué todo a una exageración melodramática. Después de todo, ella era actriz y le gustaba hacer escenas (…) No mucho después de este episodio, en un restaurante chino, ella me propuso de improviso que nos casáramos (…) ¿Debería haberme sentido halagado? No lo hice. Ni siquiera llegamos a vivir juntos. Y ni una sola vez, en los trece años de relación, dormí en su apartamento de Nueva York”.

La familia de Mia estaba plagada de comportamientos extremadamente ominosos que aumentaron durante los años que estuve con ella. Graves problemas de alcoholismo y drogadicción, antecedentes penales, suicidios, personas ingresadas por trastornos mentales e incluso un hermano en prisión por abuso de menores.
Todos los Farrow manifestaban alguna de las taras presentes en la literatura desde las obras de teatro ateniense hasta Días sin huella, con excepción, al parecer, de Mia. A mí me asombraba que ella pudiera haber crecido pasando de puntillas por ese campo minado de locura y haber salido indemne y tan encantadora, emprendedora y agradable. Pero lo cierto es que no había salido indemne y que yo debería haber estado más atento.



Woody Allen
A propósito de nada




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