sábado, 31 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Me estás matando suavemente

Temozón, Yucatán, 2016

Triunfo Arciniegas
Me estás matando suavemente
30 de diciembre de 2016

Matándome suavemente. Es una bella canción, una de las más bellas del mundo, y mucho más en la voz de Roberta Flack. Alguien con estilo canta una buena canción. Voy a verlo tan pronto me lo cuentan. Y aquí estoy, confundido con el público, mientras esa persona que no conozco me mata suavemente con su canción: removiendo mi dolor con sus dedos, cuenta mi vida sin pudor alguno, como si hubiera leído mis cartas y conociera todas mis penurias.

Roberta Flack / Killing Me Soflty / Matándome suavemente


viernes, 30 de diciembre de 2016

Casa de citas / León Valencia / Juan Manuel Santos y las concesiones


León Valencia
JUAN MAUEL SANTOS 
Y LAS CONCESIONES

Santos no fue capaz de salir a decir desde un principio que habría impunidad, que un proceso de paz era imposible si no se le hacían concesiones judiciales a una guerrilla activa y poderosa; tampoco tomó la iniciativa desde el primer día para señalar que el propósito del acuerdo sería llevar a las Farc a la política con prerrogativas especiales y garantías. Le temía a las reacciones de la gente, no confiaba en la fuerza de su palabra, en la capacidad para convencer al pueblo de que una paz negociada implicaba verdaderos cambios, medidas extraordinarias.





jueves, 29 de diciembre de 2016

Casa de citas / Gustavo Álvarez Gardeazábal / Juan Manuel Santos y el cinismo



Gustavo Álvarez Gardeazábal
JUAN MANUEL SANTOS Y EL CINISMO

Que en Colombia se hubiese firmado la paz, que su presidente se haya ganado el premio Nobel y que con un cinismo desalmado se haya desobedecido el resultado de un plebiscito, puede significarnos el futuro para quienes sigan viviendo en este país. Tanto, como significativamente resulta ser, visto con el paso de los meses, que Maduro haya resistido como gobernante inepto y la presidente del Brasil haya tenido que ser expulsada de su cargo.



miércoles, 28 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Frases sueltas

Autorretrato
Triunfo Arciniegas


Triunfo Arciniegas
Frases sueltas
27 de diciembre de 2016

Estoy tan acelerado que no puedo dormir. Me tiendo y suplico dos o tres horas de sueño para interrumpir el delirio de los pensamientos y los dioses me dan la espalda.

Amanecí ferido de ausencias.

Ahora que se me caen las muelas como a los perros viejos, he vuelto a salir de madrugada con Toto del Carmen y Hannibal Lecter. Toto es el más pequeño, el macho dominante. Hannibal Lecter, cuyo nombre es solo una fachada, lo sigue a todas partes. Un noble perro que mi hermano Jaime recogió de la calle, herido y casi ciego. Pero debo decir: los perros me han vuelto a sacar de casa a la madrugada.

Lo mío es escuchar, pero ahora tengo una urgente necesidad de conversar, y no tengo con quién.

Tantos abrazos de feria para qué, estoy solo esta noche.

Dijo que era para siempre, y se le olvidó. Su eternidad es bastante breve. Sus promesas, nada más que viento.

Nada más fui la arena que su pie revolcó.

Y lo que no pudo su olvido, lo hará la tos.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / El viaje como evasión

Atardecer en Mazatlán
Sinaloa, México, 2016


Triunfo Arciniegas
El viaje como evasión
26 de diciembre de 2016

Practico el viaje como evasión. Salgo de casa con dificultad, a rastras, porque soy un viajero que quiere permanecer en casa, pero sé que tan pronto suba al avión entro a otro mundo. La vida de todos los días queda en suspenso, con sus problemas y fracasos, con sus desilusiones, y todo entra al modo transitorio: personas con las que uno solo hablará una vez en la vida, hoteles que tal vez nunca volverá a visitar, ciudades que uno recorre una sola vez. Uno está más solo que nunca, pero no hay nada que resolver. Puedo recorrer esta calle o la otra, puedo sumergirme en este libro o entrar al cine, puedo largarme mañana a otra ciudad y ni siquiera tengo que despedirme de nadie. Todo se vuelve elemental y básico, todo es uno y su equipaje. Pero el viaje acaba y la realidad vuelve, como un puñetazo.


domingo, 25 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Familia

Flores secas sobre sendero de insectos
Fotografía de Triunfo Arciniegas


Triunfo Arciniegas
Familia
25 de diciembre de 2016

Se abrazan, felices de volverse a ver, y luego se embriagan y se sacan los trapos, y así hasta el próximo diciembre.


sábado, 24 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Sobre el dolor

Autorretrato
Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
Sobre el dolor
24 de diciembre de 2016

Duele. Esta noche el dolor tiene un nombre preciso y no puedo decirlo: las letras se vuelven arena en la garganta. Los males pasaron, es cierto, pero el dolor sigue. El viaje apenas distrae. En cualquier pausa, en cualquier descuido, el dolor reaparece con sus preguntas. ¿Por qué tuvo que ser así? Se supone que uno paga por sus errores, pero al menos tiene el derecho a saber cuáles fueron. ¿Por que tanto desagradecimiento? Fui una roca pero di con el viento, en su reino no se aprecia, como es debido, la firmeza. ¿Por qué la estupidez o incluso la altanería? Ahora enseña con descaro las tetas y los regalos que otros le hacen. ¿Dónde quedaron las promesas? ¿En su reino no son sagradas las promeas? No hay respuestas en el territorio de la niebla. No hay nadie a quien preguntarle. Los rostros se han desdibujado.



viernes, 23 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Nada queda

Fotografía de Ralph Gibson

Triunfo Arciniegas
Nada queda
23 de diciembre de 2016

Como todos los años por estos días, estoy haciendo el novenario poético. Debo acabar mañana. Hoy es el turno de Sabines, un gran poeta, una bella persona, una voz que no se olvida.

"Nada queda de mí después de este amor", dice Jaime Sabines en Me dueles. No es uno de sus mejores poemas, pero este verso resulta de antología. Me hace acordar de una frase de Dora Maar: "Después de Picasso, sólo Dios".

Un poema sobre la desolación. Una desolación que  Javier Galarza expresa de manera perfecta en "Arquitecta":

cómo duele
esta impensada calma
esta perfecta geometría
esta arquitectura
esta precisión
con la que lentamente
construyes
un mundo sin mí



Jaime Sabines / Me dueles
Dora Maar / Después de Picasso
Javier Galarza / Arquitecta



jueves, 22 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Pasaporte

Ilustración de Triunfo Arciniegas


Triunfo Arciniegas 
Pasaporte
Ciudad de México, 19 de diciembre de 2016

Esculcando mi pasaporte en el aeropuerto Benito Juárez y como si fuera un delito, el policía extra dice: "Viaja mucho".

Ya aprendí que con estos tipos no se puede discutir. Uno los hace enfurecer y luego paga las consecuencias. ¿Qué se sentirá vivir día tras día amarrado a un pinche escritorio viendo tanta gente que recorre el mundo? ¿Qué se sentirá vivir armado y metido en un ridículo uniforme, en un universo de viajeros de todos los colores? ¿Qué se sentirá pensar mal de todo el mundo? Porque si llaman a alguien es porque creen que algo tiene pendiente, que algún pecado van a encontrar. 

El policía vio que me me hacían abrir el equipaje de mano después del escaner para una revisión más exhaustiva. No encontraron nada raro, por supuesto. Con el portátil, los discos duros y la cámara, sólo llevo libros. O sí, pensándolo bien, algo raro llevo: libros. 

"¿Qué le quitaron?", preguntó el policía y le dije que nada. Luego repitió la pregunta. Tal vez estaba pensando en su parte del botín. Luego de esculcar mi pasaporte, quiso saber a qué me dedicaba (diseñador de nubes, bebedor de relámpagos, payaso de entierros, fueron mis pensamientos, aunque en realidad sólo soy un vagabundo) y cuánto dinero llevaba. Saqué unos dólares de mi bolsillo y le pregunté si quería contarlos. Ahora me acuerdo de una canción: "Si es que tienes desconfianza, no te separes de mí". Pero en ese momento me sentí molesto. Me fui echando madrazos.



miércoles, 21 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / El oficio de viajar

Obra de Yayoi Kusama


Triunfo Arciniegas 
Eo oficio de viajar
Ciudad de México, 17 de diciembre de 2016

Cuando me preguntan cuánto vale un viaje de dos o tres meses a México, pregunto en qué condiciones. Pregunto si van a comprar el tiquete por lo menos con cinco o seis meses de anticipación o si alguien los invita. Si  viajan solos o en pareja. Pregunto si llegan a  un hotel y de cuántas estrellas o al apartamento de un amigo. Si van a comer en la calle o en restaurantes lujosos. Si toman taxis o el metro. Si van de compras, si piensan llevar regalos para todo el mundo a su regreso, si asistirán a espectáculos, si harán vida nocturna. Y no pregunto por los vicios secretos o cosas así.


Con un ejemplo basta para concretar la respuesta. El taxi del aeropuerto Benito Juarez a Coyoacán cuesta trescientos pesos mexicanos. Yo tomo el metro: cinco pesos. Lo hice esta tarde. 



lunes, 19 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Cenotes

X-kekén, Yucatán, México, 2016
Fotografía de Triunfo Arciniegas


Triunfo Arciniegas 
Cenotes
Valladolid, Yucatán, 16 de diciembre de 2016

Vine a Valladolid porque me dijeron que aquí había un par de cenotes. Una frase rulfiana, la primera de Pedro Páramo, por supuesto. La verdad es que vine a estas tierras a conocer un par de cenotes (Samulá e X-kekén) pero no me sumergí en ellos, y no, la ortografía no se me olvidó. Para desilusión de los lujuriosos, se trata de pozos subterráneos, umbrales del inframundo,  o cavernas de agua dulce, que se forman debido a que el terreno poroso conduce el agua de lluvia tierra adentro y forma estas maravillas. No hay ríos en Yucatán, no hay un puente desde donde arrojar un cadáver, por ejemplo. Pero abundan los cenotes, tierra bendita. 


Cenote Samulá
Yucatán, México, 2016


Los famosos cenotes Samulá e X-kekén están apenas a unos siete kilómetros de Valladolid, y a un trio de piedra uno del otro. Un lujoso restaurante, además, ofrece las delicias de la gastronomía yucateca: venado, longaniza, caldo de lima. Un agujero con vista al cielo ilumina las aguas azul turquesa de Samulá, que en maya significa "arenal anegado", según unos, o "cerros por donde escurre el agua", según otros. Por su parte, X-Kekén (o la cueva azul) hace referencia al animal perdido que llevó a su descubrimiento. Todos los días veían regresar al cerdo enlodado, incluso en los tiempos de extrema sequía, y decidieron seguirlo hasta descubrir el cenote. Otros dicen que el cerdo cayó al cenote y que sus chillidos condujeron al dueño al descubrimiento de esta maravilla.



El Triunfo en el cenote X-Kekén
16 de diciembre de 2016


Húmedas y perfectas escaleras de piedra conducen hasta el fondo a turistas de todas las lenguas. Se agarran de las gruesas cuerdas aseguradas a los muros mientras descienden a las antiguas aguas sagradas de los mayas y se quedan extasiados, además, con las raíces que cuelgan del techo y las estalacticas, paciente elaboración de los siglos y parte esencial del espectáculo de estas piscinas. 


Me dicen que están conectados. Que si alguien se ahoga en un cenote, aparece en otro, infiel o no. Las advertencias no faltan: 
Nade bajo su propia responsabilidad. El guía precisa una profundidad de veinte metros, suficiente para dormir con los peces.



viernes, 16 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / La belleza de las colombianas

Hotel María de la Luz
Valladolid, Yucatán, México, 2016
Foto de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas 
La belleza de las colombianas
Valladolid, Yucatán,15 de diciembre de 2016

Fui al médico. Le conté de mis males y él me confesó que le gustaban las telenovelas colombianas. La gripa ya no es tanta, pero la tos. dije. El acento y el lenguaje, dijo. Tres semanas y no se me quita, dije. Qué mujeres, dijo. Me examinó la garganta y se rió de mi lengua azul. Me acababa de comer uno de los caramelos que arrojan las caravanas navideñas que recorren las calles de Valladolid. Por dentro soy todo azul, doctor. No dijo nada de mis pulmones pero supongo que todavía están bien. Me tomó la presión y la encontró perfecta. Le dije, bromeando y muy orgulloso de la tierrita y sus bellezas, que la presión sólo se me alborota en Colombia. "¿De dónde sacan tantas mujeres tan guapas?", preguntó.




miércoles, 14 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Cuchillo de pedernal


En la cima del templo
Ek Balam, Yucatán, 11 de diciembre de 2016


Triunfo Arciniegas 
Cuchillo de pedernal
Valladolid, Yucatán,14 de diciembre de 2016

Estoy desde hace tres días en una pequeña ciudad de Yucatán, entre Cancún y Mérida, un territorio famoso por las pirámides, los templos y los cenotes, "hoyos de agua" o "cavernas con agua", donde los antiguos mayas practicaban sacrificios humanos rituales: niños y jóvenes. Arqueólogos y buceadores suelen encontrar los huesitos.

Nunca me había aventurado por estos rumbos. He tomado fotos y he mantenido el ritmo de los blogs a pesar de la mala salud, pero nada más. Tanta belleza a mi alcance, tanta generosidad de la naturaleza, pero el cuerpo no aguanta. El pasado 11 de diciembre subí a la cima de uno de los templos de Ek Balam, que significa "jaguar negro", con botas y morral, y el 12 tuve que quedarme en cama. Oí desde el cuarto el gran alboroto de las fiestas de la Virgen de Guadalupe, la patrona de México. La tos me escarba con sus garras y la gripa azteca me abre el pecho con su cuchillo de pedernal, y no es que haya tomado remedios o no haya probado tratamientos. Donde llego pido un sofá o una cama y me quedo dormido sin vergüenza alguna. 

Subí al templo al final de la tarde y en la cima disfruté la hora mágica en que los mundos se dividen. Se dice que los antiguos astronautas hicieron o enseñaron a los nativos a construir estos templos, y así se siente. Me señalan un lugar de aterrizaje y me enseñan una cabeza que bien podría pertenecer a un astronauta. Quien haya leído, sabe que la cultura maya es absolutamente asombrosa y que sus conocimientos de astronomía aún deslumbran. Los sacerdotes, muy respetados por el pueblo, eran astrónomos consumados que podían predecir eclipses y el curso del planeta Venus. En las piedras grabaron las respectivas fórmulas. El calendario solar maya era más preciso que el nuestro. Las ciudades el período clásico están orientadas respecto al movimiento de la bóveda celeste. Muchos edificios fueron construidos con el propósito de escenificar fenómenos celestes en la Tierra. En Chichén Itzá, como un acto de magia, se observa el descenso de kukulkán, serpiente formada por las sombras que se crean en los vértices del edificio durante los solticios. Las cuatro escaleras del edificio suman 365 peldaños. Google lo sabe casi todo.

Ayer fui a conversar con los niños de una escuela de Temozón, un pueblo cercano, y una niña me llevó a casa de su abuela para que me prepara un antiguo remedio maya. Hoy me siento mejor. Me aliviaré del todo y ya será hora de volver a casa. 

La geografía no es todo.




viernes, 9 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Males y dichas


Autorretrato
Guadalajara, Jalisco, México
5 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas
Males y dichas
Ciudad de México, 6 de diciembre de 2016

Se me fueron dos días para trasladarme de Guadalajara a Coyoacán: lunes 5 y martes 6. La gripa y la tos, casi siempre la debilidad y a veces el desánimo, me mantienen azotado. Me duele todo, menos la conciencia: estos males aztecas vienen con cuchillo de pedernal. Me enfermé precisamente el primer día de la Feria del Libro de Guadalajara. Otra vez enfermo en un cuarto de hotel, maldita sea. Día tras día cumplía con los compromisos, charlaba con los lectores y los editores, esculcaba y compraba libros, y volvía a la cama, hecho un trapo. Me perdí la programación nocturna: las fiestas y los conciertos. El cuerpo no daba, y sobre todo temía las consecuencias del día siguiente. De todas formas, contra viento y marea, hice mi mejor feria. Se dieron las cosas como por arte de magia.

El vuelo de regreso a Ciudad de México se retrasó como cinco horas: ni siquiera dieron explicaciones o presentaron disculpas, como si los pasajeros estuvieran todos dispuestos a viajar a la hora que la aerolínea se le dé la gana, y ni siquiera ofrecieron un vaso de agua. Se me hizo de noche en el aeropuerto Benito Juárez y preferí quedarme en un hotel del centro. Traía una maleta muy pesada, esta maldita manía de viajar con la casa a cuestas. Soy un caracol que lee. No había cupo en el Hotel Diligencias, pero me guardaron el equipaje mientras buscaba una cama donde pasar la noche. Dormí o traté de dormir, y en la mañana, temprano, hice algunas fotos en la Plaza Garibaldi. Quería rendir mis respetos a Juan Gabriel, sobre todo, y al cantante de mi madre, Javier Solís. José Alfredo Jiménez sigue tal cual, muy cerca del Tenampa, la cantina de donde tantas veces lo echaron. Desayuné con atole y torta de rajas, una especie de tamal que se sirve en un pan abierto cuyo interior arrojan a la basura. Luego coticé cámaras de fotografía en Donceles, muy famosa por sus librerías de viejo, y busqué libros de diseño para Alejandra en el Pasaje Condesa. La Mark III, la Canon de mis sueños, sigue descaradamente cara: en tres o cuatro años no ha bajado de precio. Todos los años me la compro, quiero decir, todos los años viajo con la intención. Me dicen en el Pasaje Condesa que el señor de los libros de diseño sólo viene los fines de semana. Hice otras fotos en el Zócalo. Y en la tarde seguí el viaje hasta Coyoacán. Por fin terminé de atravesar la ciudad más grande del mundo. Luego no tuve alientos ni para salir a comer.

Viajar no es una delicia, casi nunca lo es: el alma se retrasa. O tal vez lo sea para quien viaja acompañado o con más dinero que yo. Los pensamientos que dejé en casa me alcanzan y me atormentan. Me pregunto por la vida que dejé en suspenso, como un animal en invierno, y siempre temo que se me extravíe el hilo para volver a empezar.

Biografía de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas / Diario




miércoles, 7 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Santiago Caruso en Guadalajara


Santiago Caruso
Guadalajara, México, 2016
Fotografía de Triunfo Arciniegas


Triunfo Arciniegas
SANTIAGO CARUSO EN GUADALAJARA
Guadalajara, México, 30 de noviembre de 2016

Santiago Caruso es uno de los grandes ilustradores de nuestro tiempo. Nació en Quilmes, Argentina, en 1982. Descaradamente joven y con una hoja de vida impresionante. Es todo un artista. Ha ilustrado, entre otros títulos, Jane Eyre (Folio Society); Los Cantos de Maldoror (Valdemar); El Rey de Amarillo, El Horror de Dunwich, La Condesa Sangrienta y El Monje y la Hija del Verdugo (Libros del Zorro Rojo); La Cena (La Caja de Cerillos); El Eco de mis Muertes (Self edition); Prisoner 489and The Walls of the Castle (Black Labyrinth); Senhorita Christina (Tordesilhas); Historias de Vampiros (Longseller); The Peacock Escritoire and Tarshishim (Ex Occidente Press); Three Great Plays of Shakespeare  y Don Quixote (Penguin Readers).

Supe que estaba en la Feria de Guadalajara y quise conocerlo. Tuve que esperar como tres horas en la fila del stand de Libros del Zorro Rojo, pero valió la pena. Es muy minucioso con las dedicatorias, con la ilustración que acompaña cada firma suya. Cuando me presenté, libro en mano, y le expresé mi admiración, se levantó y vino hacia mí. "Pero sos un maestro", dijo. "Yo te he leído mucho." Este man no es argentino, pensé. Seguro que nació en Rio de Janeiro. Nos tomamos una foto, ya que no podíamos tomarnos un tequila con tanta gente esperando que le firmara sus libros, y quedamos en vernos dos días después.

Y así fue. Le dije una vez más que amaba y admiraba su trabajo. Que en casa tengo todos los títulos que ha ilustrado para Libros del Zorro Rojo. Que La Condesa Sangrienta es uno de mis consentidos.

Qué regocijo encontrar a una gran artista y comprobar que, además, es una buena persona, un caballero, alguien con quien se puede conversar. Mañana vuela a Chile, donde le espera otra maratón de dedicatorias, y de ahí a su casa, en Buenos Aires, donde el trabajo se está acumulando. Nos tomamos un café. Le di un par de mis libros y un original. Ojalá alguna vez tengamos un libro juntos.



sábado, 3 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Vargas Llosa va al baño con cinco guardaespaldas

Mario  Vargas Llosa
Gudadalajara, México,
27 de noviembre de 2016
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
BIOGRAFÍA

Vargas Llosa va al baño con cinco guardaespaldas 

BIOGRAFÍA


Lo vi esta mañana en el hotel Hilton, donde se alojan las luminarias de la Feria del Libro de Guadalajara y otras que no lo  son tanto pero que se las ingenian. Lo vi caminar hacia el baño, rodeado de guardaespaldas, y pensé que no se le notan los ochenta años. Se mueve con rapidez, muy erguido, sin vacilaciones, como una persona en constante peligro.  O tal vez esta sensación provenga de sus guardaespaldas. Vargas Llosa no mira a nadie, no mira a los lados: se sabe mirado. 

Ochenta años y sigue en la pelea. De hecho, su estado físico es envidiable, y hasta en su manera de vivir nos da una lección a todos. La vida es posible después de los ochenta.

A estas alturas del partido, el escritor peruano se divorcia de su segunda mujer y se ennovia con la reina de las revistas de vanidades, La Preysler, la misma que el siglo pasado le dio tres bellos hijos a Julio Iglesias, como diciéndonos que nadie se muere la víspera y que hay que beber la vida hasta el último sorbo.

Fue una aparición. Me quedé inmóvil, siguiéndolo con la mirada, y extrañé que no tuviese la cámara a la mano. Desapareció. Supongo que en el baño, en el estrecho cubículo, no requirió el auxilio de ninguna de las cinco guaruras: está mejor que muchos cincuentones  y algunos cuarentones que conozco.

Lo volví a ver en la tarde, en la celebración de los 40 años de El País, el periódico más importante en español de estos tiempos. 

Buscaba a la editora de Castillo cuando lo vi en una pantalla de la Fil. Me detuve a escucharlo y me acordé de otro momento de mi vida, en Cartagena. El famoso Hay Festival de Cartagena de Indias, que también podría llamarse “Light Festival”. No sé de qué acto se trataba pero García Márquez estaba ahí, en el teatro Heredia, no como conferencista o entrevistado sino como espectador, y yo, afuera, sin boleta, siguiendo el espectáculo en la pantalla. No mostraron a Gabo, pero lo mencionaron. Fue lo más cerca que estuve del maestro.

“No te afanes por conocer a alguien de quien nunca vas a ser amigo”, me dijo el escritor colombiano Ramón Illán Bacca, quien escribió un lúcido texto sobre las veces que no conoció a García Márquez. 

Reconocí que era una tontería seguir frente a la pantalla cuando podía oír al Premio Nobel en carne y hueso y me dirigí al salón Juan Rulfo. Estaba lleno pero no repleto, y no hubo problemas para ingresar. Me obsequiaron un grueso volumen de textos de El País. Y ahí estaba el hombre, entre Juan Luis Cebrián y Antonio Caño. Muy serio, casi huraño. Vargas Llosa contesta con precisión de enciclopedia. Así es Vargas Llosa, tiene respuesta para todo. Esta tarde es una más en la historia de un viejo  y consagrado torero con todas sus facultades intactas.  Dijo, por ejemplo: “Es muy difícil guiarse de las redes sociales para saber lo que ocurre”. Y precisó que pueden ser fuente de trivialización.  “Desconfío de un mundo que se comunica a través de las pantallas”, dijo. Recordó una cita, un cartelito que vio en algún periódico: “Los adjetivos se han hecho para no usarlos”. El timbre de la voz sigue intacto y la dicción perfecta, la lucidez y la armazón de la frase están ahí, la elegancia y el porte también.

Juan Luis Cebrián afirmó, por su parte: “Los periodistas son contadores de historias”. Y soltó la frase más aplaudida del encuentro: “Estamos en un momento muy confuso que hace que un payaso delirante pueda ser presidente de los Estados Unidos”

Hace pocos años, una memorable tarde de noviembre estuvieron en esta misma sala Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez, y no los vi. Un compromiso con Fondo de Cultura Económica me amarró a  tan solo unos metros, y entonces llegué como la policía, cuando ya había pasado todo. No he dejado de lamentarlo

Hice unas fotos de lejos, y cada vez que desocupaban una silla me acercaba más, esperando el último momento, cuando Vargas Llosa se pondría de pie y se quitaría el micrófono inalámbrico.

Toda la charla fue muy precisa, muy profesional, con cifras exactas y frases contundentes. Acabó y reaparecieron los guardaespaldas. Ni el Nobel se bajó de la tarima ni permitieron que el público subiera. A mi lado, una muchacha alcanzó a trepar su pierna y un guardespaldas se la devolvió.

Vargas Llosa no sonrió una sola vez. Las muchachas alargaron sus  libros y el Nobel concedió algunas firmas. Aproveché el instante para tomarle unas fotos. Por uno o dos minutos me mantuve como a un metro de distancia. El Nobel se fue por la puerta de los invitados con sus cinco guardaespaldas y eso fue todo. 

¿Será necesario tal despliegue de guardaespaldas? La Fil en este momento se encuentra más vigilada que un banco y hay rigurosas requisas para ingresar. ¿Vive amenazado el escritor? Cuando llamé a mi amiga Elia Crotte para contarle mis impresiones, resumió la situación con una sola palabra: “Payaso”.

El director de El País, en cambio, se quedó hablando con la gente, posando para las selfies y firmando el grueso ejemplar de obsequio.  Algunos nos consolamos con su firma.

Guadalajara, México
27 de noviembre de 2016

jueves, 1 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Daniela y Las batallas de Rosalino




Triunfo Arciniegas
DANIELA
Guadalajara, México, 27 de noviembre de 2016

"He leído Las batallas de Rosalino unas cincuenta veces", me dijo la bellísima Daniela, y se refiere a la edición de Enka. Su padre trabajaba en la empresa cuando gané el Premio Enka, a finales de los ochenta. Supongo que Daniela sería entonces apenas una recién nacida. 

Hoy fui al stand de Tragaluz Editores en la FIL para dejarle la edición mexicana de Las batallas de Rosalino, muy distinta de la que ella ha leído.


Ella y Pilar Gutiérrez, la editora, me preguntaron sobre el origen del libro, y les conté de Meissen, el barrio del sur de Bogotá donde escribí la primera versión del libro. Los dueños habían viajado al Tolima y me quedé como el hombre de la casa, con las muchachas, la hija y la sobrina. La primera noche subieron en piyama al tercer piso y me despertaron con la noticia de que los perros estaban ladrando y de pronto se habían entrado los ladrones. Tomé una escoba y revisé la casa, seguido por las doncellas. Por suerte, no había nadie. Y esa era mi oración: "Que no haya nadie, que no haya nadie".

No había nadie.

Amanecimos conversando en la sala.

Luego, cuando llegaron las señoras del restaurante, las muchachas se fueron a dormir y volví a mi cuarto. Como el susto me había espantado el sueño, me senté a escribir. En 36 horas seguidas hice la primera versión de Las batallas de Rosalino. Terminé otro semestre de la maestría en la Universidad Javeriana y regresé a Pamplona. Me dediqué el resto de año al libro y envié al Premio Enka la tercera versión. Cuando salió el fallo, ya tenía la cuarta, y como estuve al cuidado de la edición, debido a me compraron las ilustraciones, en realidad publiqué la quinta versión. 

Años después, cuando por fin Alfaguara publicó la versión que por ahora es la definitiva, ya había escrito veintidós veces Las batallas de Rosalino. Las distintas versiones, debidamente anilladas, forman un cerro en las escaleras de mi casa.

Así es, trabajé treinta y seis horas sin pausa alguna. La segunda noche digité algunas páginas en mi máquina eléctrica y el golpeteo se escuchaba en toda la casa porque, al otro día, una de las muchachas me dijo después: "Anoche dormí tan tranquila sabiendo que usted estaba despierto".  Tan perdido estaban en el mundo de Rosalino, que los ladrones hubieran pasado junto a mí y hasta hubieran ojeado el texto por encima de mi hombro, y no me hubiera dado cuenta de nada. No estaba en Meissen ni en Bogotá sino en Chíchira, por donde sale asoma la luna, en los mismísimos dominios del dragón.


Biografía de Triunfo Arciniegas
Triunfo Arciniegas / Diario


miércoles, 30 de noviembre de 2016

Casa de citas / Eco / Carnaval y comedia




Umberto Eco
CARNAVAL Y COMEDIA

Ahora puede comprenderse en qué sentido se relaciona el carnaval con la comedia. Al asumir una máscara, todos pueden comportarse como los personajes animalescos de la comedia. Podemos cometer cualquier pecado y permanecer inocentes: y, de hecho, somos inocentes, dado que nos reímos (lo cual significa. nosotros no tenemos nada que ver con eso.)

Umberto Eco y otros
Carnaval
México, Fondo de Cultura Económica, 1984, p. 11






martes, 29 de noviembre de 2016

Casa de citas / Milan Kundera / Dormir con una mujer

Chinese lady in Red
Zhao Kailin
Milan Kundera
DORMIR CON UNA MUJER

Hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (ese deseo se reproduce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino con el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer).

Milan Kundera
La insoportable levedad del ser

lunes, 28 de noviembre de 2016