jueves, 27 de agosto de 2020

Casa de citas / Annemarie Schwarzenbach / Debo partir

Annemarie Schwarzenbach y Ella Maillart Ford Roadster
Annemarie Schwarzenbach
DEBO PARTIR

Debo partir. No hay esperanza si sigo en este país donde ya no encuentro ayuda, donde he cometido demasiados errores, donde el pasado es una carga excesiva para mis espaldas. Había pensado marcharme a Laponia, pero preferiría infinitamente ir con usted a Afganistán. ¿Ve? Aún no he aprendido a vivir sola. En cuanto a la exploración, no es necesario que la acompañe a las montañas. Usted es amiga de los Hackin, y tal vez pueda yo ayudarlos, si están allí excavando. Ya sabe que he trabajado con arqueólogos en Siria y Persia. Tras una breve pausa, prosiguió: Mi salud la preocupa y es cierto que estoy débil, pero usted no conoce mi constitución. Pregunte a los doctores: mis convalecencias son inexplicables. Le prometo que esquiaré todos los días en vez de fumar que esquiaré todos los días en vez de fumar tanto, así aumentará mi apetito, comeré mejor y ganaré peso. En cuanto al dinero, nuestros editores nos ayudarán. Precisamente acabo de terminar mi último libro, y me darán un anticipo a cuenta del relato de nuestra excursión por Afganistán. Además, el Geographical Magazine nos apoyará, estoy segura… Y, con voz más baja y ahogada, añadió: Tengo treinta años. Esta es una última oportunidad para corregir mi modo de vida, una última tentativa para disciplinarme. Este viaje no será una escapatoria loca, como si tuviésemos veinte años, y, por otra parte, esto sería imposible con la actual tragedia europea. Será un viaje de estudio que nos ayudará a lograr nuestro objetivo: convertirnos, al fin, en seres conscientes, capaces de responder de sí mismos. Se me ha hecho insoportable eso de vivir al buen tuntún… ¿Cuál es la causa, cuál es el significado de este caos que está minando a los hombres y a las naciones? Y luego… en fin, algo debe de haber a lo que pueda yo destinar mi vida; una idea, una finalidad por la que pueda morir contenta, o vivir.


The cruel way narra la historia de un viaje de Suiza a Kabul en un Ford Roadster y la amistad de Ella Maillart y Annemarie Schwarzenbach.

Casa de citas / Annemarie Schwarzenbach / El ángel devastado


Annemarie Schwarzenbach


Catherine Pozzi
ANNEMARIE SCHWARZENBACH

Cuánta gracia en ese rostro serio, aunque su mirada irradia inquietud, como solicitada por invisibles penas… Cerca de ella se tiene un curioso sentimiento de inestabilidad, como si trasmitiera el mal de Europa.
Catherine Pozzi, en una carta a su hijo Claude Bourdet




Casa de citas / Carson McCullers / Annemarie Schwarzenbach


Annemarie Schwarzenbach

Carson McCullers
Annemarie Schwarzenbach
Octubre de 1940
Ella tenía un rostro muy hermoso que, lo supe enseguida, me perseguiría hasta el fin de mi vida con su aire de indefinible tristeza… Frente a semejante esplendor, no pude dejar de pensar en el encuentro entre Mushkine y Nastasia en El idiota, cuando él experimenta terror, piedad, amor. Ella vestía lo más sobrio de la moda de ese verano, pero hasta yo misma me di cuenta del sello de un gran couturier parisiense. Me pidió enseguida que la llamara Annemarie y nos convertimos inmediatamente en amigas. A su pedido, la volví a ver al día siguiente.


miércoles, 26 de agosto de 2020

Bill Bryson / Suerte


ESA - Space for Kids - El Universo
Bill Bryson
SUERTE


Una especie media sólo dura en la Tierra unos cuatro millones de años, por lo que, si quieres seguir andando por ahí miles de millones de años, tienes que ser tan inconstante como los átomos que te componen.

    Debes estar dispuesto a cambiarlo todo (forma, tamaño, color, especie, filiación, todo) y a hacerlo reiteradamente. Esto es mucho más fácil de decir que de hacer, porque el proceso de cambio es al azar. Pasar del «glóbulo atómico protoplasmático primordial», como dicen Gilbert y Sullivan en su canción— al humano moderno que camina erguido y que razona te ha exigido adquirir por mutación nuevos rasgos una y otra vez, de la forma precisa y oportuna, durante un periodo sumamente largo. Así que, en los últimos 3.800 millones de años, has aborrecido a lo largo de varios periodos el oxígeno y luego lo has adorado, has desarrollado aletas y extremidades y unas garbosas alas, has puesto huevos, has chasqueado el aire con una lengua bífida, has sido satinado, peludo, has vivido bajo tierra, en los árboles, has sido tan grande como un ciervo y tan pequeño como un ratón y un millón de cosas más. Una desviación mínima de cualquiera de esos imperativos de la evolución y podrías estar ahora lamiendo algas en las paredes de una cueva, holgazaneando como una morsa en algún litoral pedregoso o regurgitando aire por un orificio nasal, situado en la parte superior de la cabeza, antes de sumergirte 18 metros a buscar un bocado de deliciosos gusanos de arena.

    No sólo has sido tan afortunado como para estar vinculado desde tiempo inmemorial a una línea evolutiva selecta, sino que has sido también muy afortunado —digamos que milagrosamente— en cuanto a tus ancestros personales. Considera que, durante 3.800 millones de años, un periodo de tiempo que nos lleva más allá del nacimiento de las montañas, los ríos y los mares de la Tierra, cada uno de tus antepasados por ambas ramas ha sido lo suficientemente atractivo para hallar una pareja, ha estado lo suficientemente sano para reproducirse y le han bendecido el destino y las circunstancias lo suficiente como para vivir el tiempo necesario para hacerlo. Ninguno de tus respectivos antepasados pereció aplastado, devorado, ahogado, de hambre, atascado, ni fue herido prematuramente ni desviado de otro modo de su objetivo vital: entregar una pequeña carga de material genético a la pareja adecuada en el momento oportuno para perpetuar la única secuencia posible de combinaciones hereditarias, que pudiese desembocar casual, asombrosa y demasiado brevemente en ti.

Bill Bryson / Una breve historia de casi todo / Una introducción



Casa de citas / Bill Bryson / El milagro de la vida

Las 11 cosas más raras del universo que conocen los astrónomos y ...
Bill Bryson
EL MILAGRO DE LA VIDA

Pese a lo que pueda pasar en otras esferas, en el mundo de la química la vida es fantásticamente prosaica: carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, un poco de calcio, una pizca de azufre, un leve espolvoreo de otros elementos muy corrientes (nada que no pudieses encontrar en cualquier farmacia normal), y eso es todo lo que hace falta. Lo único especial de los átomos que te componen es que te componen. Ése es, por supuesto, el milagro de la vida.

    Hagan o no los átomos vida en otros rincones del universo, hacen muchas otras cosas: nada menos que todo lo demás. Sin ellos, no habría agua ni aire ni rocas ni estrellas y planetas, ni nubes gaseosas lejanas ni nebulosas giratorias ni ninguna de todas las demás cosas que hacen el universo tan agradablemente material. Los átomos son tan numerosos y necesarios que pasamos con facilidad por alto el hecho de que, en realidad, no tienen por qué existir. No hay ninguna ley que exija que el universo se llene de pequeñas partículas de materia o que produzcan luz, gravedad y las otras propiedades de las que depende la existencia. En verdad, no necesita ser un universo. Durante mucho tiempo no lo fue. No había átomos ni universo para que flotaran en él. No había nada..., absolutamente nada en ningún sitio.


Bill Bryson / Una breve historia de casi todo / Una introducción






martes, 25 de agosto de 2020

Casa de citas / Bill Bryson / Virus

VÍDEO: Así es cómo se forman los virus

Bill Bryson
VIRUS


Ciertos tipos de virus regresan de cuando en cuando. Un desagradable virus ruso llamado h2N1 produjo varios brotes en 1933, de nuevo en los años cincuenta y, una vez más, en la de los setenta. Adónde se fue, durante ese tiempo, no lo sabemos con seguridad. Una explicación es que los virus permanezcan ocultos en poblaciones de animales salvajes antes de probar suerte con una nueva generación de seres humanos. Nadie puede desechar la posibilidad de que la epidemia de la gran gripe porcina pueda volver a levantar cabeza.
    Y si no lo hace ella, podrían hacerlo otras. Surgen constantemente virus nuevos y aterradores. Ébola, la fiebre de Lassa y de Malburg han tendido todos a brotar de pronto y apagarse de nuevo, pero nadie puede saber si están o no mutando en alguna parte, o simplemente esperando la oportunidad adecuada para irrumpir de una manera catastrófica. Está claro que el sida lleva entre nosotros mucho más tiempo del que nadie sospechaba en principio. Investigadores de la Royal Infirmary de Manchester descubrieron que un marinero que había muerto por causas misteriosas e incurables en 1959 tenía en realidad sida. Sin embargo, por la razón que fuese, la enfermedad se mantuvo en general inactiva durante otros veinte años.
    El milagro es que otras enfermedades no se hayan propagado con la misma intensidad. La fiebre de Lassa, que no se detectó por primera vez hasta 1969, en África occidental, es extremadamente virulenta y se sabe poco de ella. En 1969, un médico de un laboratorio de la Universidad de Yale, New Haven, Connecticut, que estaba estudiando la fiebre, la contrajo. Sobrevivió, pero sucedió algo aún más alarmante: un técnico de un laboratorio cercano, que no había estado expuesto directamente, contrajo también la enfermedad y falleció.
    Afortunadamente, el brote se detuvo ahí, pero no podemos contar con que vayamos a ser siempre tan afortunados. Nuestra forma de vida propicia las epidemias. Los viajes aéreos hacen posible que se propaguen agentes infecciosos por todo el planeta con asombrosa facilidad. Un virus ébola podría iniciar el día, por ejemplo, en Berlín y terminarlo en Nueva York, en Hamburgo, en Nairobi o en los tres sitios. Esto significa también que las autoridades sanitarias necesitan cada vez más estar familiarizadas con prácticamente todas las enfermedades que existen en todas partes, pero, por supuesto, no lo están. En 1990, un nigeriano que vivía en Chicago se vio expuesto a la fiebre de Lassa durante una visita que efectuó a su país natal, pero no manifestó los síntomas hasta después de su regreso a Estados Unidos. Murió en un hospital de Chicago sin diagnóstico y sin que nadie tomase ninguna precaución especial al tratarle, ya que no sabían que tenía una de las enfermedades más mortíferas e infecciosas del planeta. Milagrosamente, no resultó infectado nadie más. Puede que la próxima vez no tengamos tanta suerte.


Bill Bryson
Capítulo 20, "Un mundo pequeño"
Una breve historia de casi todo (2003)





lunes, 24 de agosto de 2020

Casa de citas / Bill Bryson / De algún modo

Bill Bryson

Bill Bryson
DE ALGÚN MODO



En primer lugar, para que estés ahora aquí, tuvieron que agruparse de algún modo, de una forma compleja y extrañamente servicial, trillones de átomos errantes. Es una disposición tan especializada y tan particular que nunca se ha intentado antes y que sólo existirá esta vez. Durante los próximos muchos años —tenemos esa esperanza—, estas pequeñas partículas participarán sin queja en todos los miles de millones de habilidosas tareas cooperativas necesarias para mantenerte intacto y permitir que experimentes ese estado tan agradable, pero tan a menudo infravalorado, que se llama existencia.
    Por qué se tomaron esta molestia los átomos es todo un enigma. Ser tú no es una experiencia gratificante a nivel atómico. Pese a toda su devota atención, tus átomos no se preocupan en realidad por ti, de hecho ni siquiera saben que estás ahí. Ni siquiera saben que ellos están ahí. Son, después de todo, partículas ciegas, que además no están vivas. (Resulta un tanto fascinante pensar que si tú mismo te fueses deshaciendo con unas pinzas, átomo a átomo, lo que producirías sería un montón de fino polvo atómico, nada del cual habría estado nunca vivo pero todo él habría sido en otro tiempo tú). Sin embargo, por la razón que sea, durante el periodo de tu existencia, tus átomos responderán a un único impulso riguroso: que tú sigas siendo tú.
    La mala noticia es que los átomos son inconstantes y su tiempo de devota dedicación es fugaz, muy fugaz. Incluso una vida humana larga sólo suma unas 650.000 horas y, cuando se avista ese modesto límite, o en algún otro punto próximo, por razones desconocidas, tus átomos te dan por terminado. Entonces se dispersan silenciosamente y se van a ser otras cosas. Y se acabó todo para ti.


Bill Bryson / Una breve historia de casi todo / Una introducción





Casa de citas / Bill Bryson / Reflexiones


En casa. Una breve historia de la vida privada, de Bill Bryson
Bill Bryson

BILL BRYSON
REFLEXIONES


No es fácil imaginar de qué modo el vello de las axilas puede enriquecer la existencia humana. 



Lo más sorprendente del cerebro es cuán innecesario resulta. Para sobrevivir en la Tierra no necesitamos saber escribir música o ser capaces de filosofar. 


El mentón es exclusivo de los humanos y nadie sabe por qué lo tenemos. 


El corazón no tiene tiempo para distracciones. 


Las jirafas a veces tienen vesícula biliar y a veces no. 


Los riñones procesan cada día 180 litros de agua, el equivalente a una bañera llena a rebosar. 


La muerte es inconfundible. Las personas vivas parecen vivas, y más aún por dentro que por fuera. 


Se ignora qué hace exactamente por nosotros el bostezo. 


La mayor parte de la mejor tecnología que existe en la Tierra está dentro de nosotros. 


Lo cierto es que el sexo no es necesario y muchos organismos han renunciado a él.



La próstata produce el líquido seminal del hombre durante la edad adulta y una gran ansiedad en sus últimos años. 


En realidad, es bastante difícil suicidarse. Estamos diseñados para no morir. 



Piense en cuántos pares de zapatos ha usado en toda su vida y empezará a hacerse una idea de la durabilidad de su cartílago. 


Los espermatozoides son los astronautas de la biología humana, las únicas células diseñadas para abandonar el cuerpo y explorar otros mundos. 


La placenta es el órgano peor comprendido del cuerpo humano. 


Nada hay en nuestra vida más necesario y peor recibido que el dolor. 


Correr es lo único que hacemos superlativamente bien. 


Morir es lo último que desea hacer nuestro cuerpo.



La comida permanece en el interior de las mujeres casi un día entero más que en los hombres. 

El cáncer no es más que nuestro propio cuerpo haciendo todo lo posible por matarnos. Es un suicidio sin nuestro permiso. 


Dormir es lo más misterioso que hacemos.


Más de 300 millones de personas en el mundo hablan inglés y el resto parece que lo intentan. Sería muy caritativo decir que los resultados son decentes.








domingo, 23 de agosto de 2020

Casa de citas / Don DeLillo / Díselo a todo el mundo

Jugadores (Contemporánea): Amazon.es: DeLillo, Don, Martínez-Lage ...
Don DeLillo
DÍSELO A TODO EL MUNDO


Díselo a todo el mundo, publícalo, que se enteren. Invéntate algo. Lo que cuenta es que parezca que estás a punto de. Entonces empieza a hacerse realidad, aunque sólo sea un poco.


Don DeLillo, Jugadores




Casa de citas / Don DeLillo / El cuerpo en la ducha

cero-k

Don DeLillo
EL CUERPO EN LA DUCHA


Solamente soy yo, el cuerpo en la ducha, una persona encerrada en plástico, mirando una gota de agua resbalando por la cortina mojada. El momento está ahí para ser olvidado. Ese parece el sentido último. Es un momento en el que no hay que pensar nunca salvo cuando se está desarrollando. Tal vez por eso no parece peculiar. Sólamente soy yo. No pienso en ello. Sólamente vivo dentro del momento y después lo dejo atrás. Pero no para siempre. Dejo de olvidarlo ahora, en este sitio concreto, donde todo lo que he dicho y hecho y pensando está al alcance de la mano, aquí mismo, para ponerlo todo bien junto y que no desaparezca cuando abra los ojos a la segunda vida.




Me daban miedo las casas de los demás. A veces, después de la escuela, algún amigo me convencía para ir a su casa o a su apartamento y hacer los deberes juntos. La forma en que vivía la gente me conmocionaba, los demás, quienes no eran yo. No sabía cómo reaccionar ante aquella intimidad peligrosa, ante la suciedad de la cocina, ante los mangos de la sarten sobresaliendo del fregadero. ¿Acaso quería sentir curiosidad, sentirme divertido, indiferente, superior? Pasaba junto a un cuarto de baño: una media de mujer dejada en el toallero, frascos de pastillas en la repisa de la ventana, algunos abiertos y otros volcados, una pantufla de niño en la bañera. Me daban ganas de correr a esconderme, en parte de mis propias manías. Los dormitorios con las camas sin hacer, los calcetines por el suelo, la vieja en camisón, descalza, una vida entera recogida en un sillón junto a la cama, el cuerpo encorvado y la cara balbuceante. ¿Quién era aquella gente, minuto a minuto y año a año? Me daban ganas de irme a mi casa y no salir más. 


sábado, 22 de agosto de 2020

Casa de citas / Jane Smiley / Regalos




Jane Smiley
REGALOS

Les he dado a mis hijos los dos regalos más crueles: la experiencia de una felicidad familiar perfecta y la certeza absoluta de que tarde o temprano se acaba.

Jane Smiley
Un amor cualquiera

Jane Smiley “Un matrimonio es horriblemente dramático”

Casa de cita / Jane Smiley / Maridos

Jane Smiley Visits The Writers Studio on Saturday | Art&Seek ...
Jane Smiley
Jane Smiley
MARIDOS

Cuando hice autostop con mi primer marido por Europa yo tenía 22 años y él 24. Él llevó mi máquina de escribir portátil encima durante todo el viaje. Con mi segundo marido, cuando tuvimos hijas, él fue fantástico compartiendo los cuidados para que yo pudiese trabajar y él también. Fue muy atento en todos los sentidos. A mi tercer marido fue quien más consulté para la trilogía porque tiene una memoria increíble. Vive cerca de nosotros y le vemos a él y a su mujer en fiestas y cumpleaños. En la sección del libro sobre la guerra de Vietnam, escribí lo que me dijo palabra por palabra. En cuanto a mi actual marido, le leo lo que escribo todos los días, y él se da cuenta de los errores y de las cosas que no quedan claras, lo cual es muy útil.

Jane Smiley / “Los humanos llevan eones tratando de resolver el problema del amor”