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martes, 25 de marzo de 2025

Anónimo / Leticia

 



Anónimo 

LETICIA


Leticia fue mi alumna en la escuela "Justo Sierra", en plena sierra. Tenía once años de edad.

Once años conociendo las carencias y la mugre de la vida.

Siempre con la misma ropa, heredada por una tradicional necesidad familiar.

Once años batallando con los bichos de día y de noche.

Con una nariz que como vela escurría todo el tiempo.

Con el pelo largo y descolorido sirviendo de tobogán a los piojos.

Aun así, era de las primeras en llegar a la escuela.

Tal vez iba por los momentos necesarios para soñar que era lo que no; aunque enfrentara el rechazo y el asco de los demás.

A la hora del trabajo en equipo nadie la quería.

No dieron la oportunidad para demostrar qué tan inteligente era: el repudio fue lo que Leticia conoció.

Me desconcertaba el hecho de ver que algunos varones con características semejantes a las de Leticia eran aceptados por el resto de las niñas y los niños, pero no ocurría lo mismo con Leticia y las niñas.

A mí solo se me ocurría hacer recomendaciones que nunca fueron atendidas.

En ese tiempo me preguntaba:

¿De qué sirve leer cuentos a esos niños que no han comido?;

¿serviría de algo alimentarlos con fantasías?

Yo creía que sí, pero no sabía hasta dónde.

Constantemente les brindaba relatos, sobre todo en la mágica hora de lecturas, dos veces por semana.

Un día conté "La Cenicienta" y cuando llegué a la parte en que el hada madrina transformó a la jovencita andrajosa en una bella señorita de vestido vaporoso y zapatillas de cristal, Leticia aplaudió frenéticamente el milagro realizado.

Había una súplica en su rostro que provocó la burla de los que no tenían la misma capacidad ni la misma necesidad de soñar.

Esta vez hubo recomendaciones y regaños.

En otra ocasión, pregunté a mis alumnas y alumnos: ¿qué quieren ser cuando sean grandes?

Y el cofre de sus deseos se abrió ante mí: alguien quería ser astronauta, aunque al pueblo ni el autobús llegaba; otros querían ser maestros, artistas o soldados.

Cuando le tocó el turno a Leticia, se levantó y con voz firme dijo:

“¡Yo quiero ser doctora!"

y una carcajada insolente se escuchó en el salón.

Apenada, se deslizó en su banca invocando al hada madrina que no llegó.

Mi labor en esa escuela terminó junto con el año escolar.

La vida siguió su curso.

Después de quince años, regresé por esos rumbos, ya con mi nombramiento de base.

Hasta entonces encontré algunas respuestas y otras preguntas.

Las buenas noticias me abordaron en autobús, antes de llegar al crucero donde trasbordan los pasajeros que van al otro poblado.

Llegaron en la presencia de una señorita vestida de blanco.

-¡Usted es el maestro Víctor Manuel!... , ¡usted fue mi maestro! _me dijo_ sorprendida y sonriente.

El que podía encantar serpientes con las historias que contaba.

Halagado, contesté:

_Ese mero soy yo.

_¿No me recuerda, maestro? _Preguntó, y continuó diciendo con la misma voz firme de otro tiempo- yo soy Leticia ... y soy doctora ...

Mis recuerdos se atropellaban para reconstruir la imagen de aquella chiquilla que en otro tiempo nadie quería tener cerca.

Se bajó en el crucero dejando, como La Cenicienta, la huella de sus zapatillas en el estribo del autobús...

Y a mi con mil preguntas.

Todavía alcanzó a decirme: - Trabajo en Parral... búsqueme en la clínica tal... y se fue…

Un día fui a la clínica que me dijo y no la encontré.

No la conocían ni la enfermera ni el conserje.

¡Era demasiada belleza para ser verdad!

"Los cuentos son bellos pero no dejan de ser cuentos", me lamentaba.

Arrepentido de haber ido, y casi derrotado, encontré a la directora de la clínica y hablé con ella.

Lo que me dijo, revivió mi fe en la gente y en la literatura:

_La doctora Leticia trabajaba aquí _me contó_.

Es muy humana y tiene mucho amor por los pacientes, sobre todo con los más necesitados.

_Esa es la persona que yo busco _asi grité.

_Pero ya no está con nosotros _dijo la directora.

_¿Se murió? _Pregunté ansioso.

_NO, COMO CREE, La doctora Leticia solicitó una beca para especializarse y la ganó... ahora está en Italia.

Leticia sigue aprendiendo más y enseñando sus secretos para luchar.

Yo sigo queriendo saber hasta dónde llega el poder de las palabras; ¿cuál es el sortilegio para encantar a las serpientes que jalan a los descobijados?; como profesor, ¿qué puedo hacer para equilibrar la balanza de la justicia social ante casos parecidos?; ¿cuándo empezó el despegue de los sueños de Leticia en cuanto al resto de sus compañeras y compañeros?; ¿dónde radica la fortaleza de las mujeres que superan cualquier expectativa?

Ya no quiero ser el maestro de Leticia: Ahora quiero aprender.

Quiero que me enseñe cómo evoluciona una oruga hasta convertirse en ángel y, sobre todo, quiero descubrir, ¿cuál fue la varita mágica que la convirtió en la princesa del cuento?

El maravilloso poder de las palabras.



martes, 25 de febrero de 2025

sábado, 27 de mayo de 2023

Casa de citas / Anónimo / Cuando mueres /

 


CUANDO MUERAS


 Cuando mueras, no te preocupes por tu cuerpo... tus parientes, harán lo que sea necesario de acuerdo a sus posibilidades.

Ellos te quitaran la ropa,

Te van a lavar

Te van a vestir

Te van a sacar de tu casa y te llevarán a tu nueva dirección.

Muchos vendrán a tu funeral a "despedirse". Algunos cancelarán compromisos y hasta faltarán al trabajo para ir a tu entierro.

Tus pertenencias, hasta lo que no te gustaba prestar, serán vendidas, regaladas o quemadas.

Tus llaves

Tus herramientas

Tus libros

Tus cds

Tus zapatos

Tu ropa...


Y ten por seguro que el mundo no se detendrá a llorar por ti.

La economía continuará.

En tu trabajo, serás reemplazado. Alguien con las mismas o mejores capacidades, asumirá tu lugar.

Tus bienes irán a tus herederos....

Y no dudes que seguirás siendo citado, juzgado, cuestionado y criticado por las pequeñas y grandes cosas que en vida hiciste.

Las personas que te conocían solo por tu semblante dirán; Pobre hombre! o Él se la pasaba muy bien!

Tus amigos sinceros van a llorar algunas horas o algunos días, pero luego regresarán a la risa.

Los "amigos" que te jalaban a las pachangas, se olvidarán de ti más rápido.

Tus animales se acostumbraran al nuevo dueño.

Tus fotos, por algún tiempo quedarán colgadas en la pared o seguirán sobre algún mueble, pero luego serán guardadas en el fondo de un cajón.

Alguien más se sentará en tú sofá y comerá en tu mesa.

El dolor profundo en tu casa durará una semana, dos, un mes, dos, un año, dos...

Después quedarás añadido a los recuerdos y entonces, tu historia terminó.

Terminó entre la gente, terminó aquí, terminó en este mundo.

Pero comienza tu historia en tu nueva realidad... en tu vida después de la muerte.

Tu vida a donde no te pudiste mudar con las cosas de aquí porque además, al irte, perdieron el valor que tenían.

Cuerpo

Belleza

Apariencia

Apellido

Comodidad

Crédito

Estado

Posición

Cuenta Bancaria

Casa

Coche

Profesión

Títulos

Diplomas

Medallas

Trofeos

Amigos

Lugares

Cónyuge

Familia...

En tu nueva vida solo necesitaras tu espíritu. Y el valor que le hayas acumulado aquí, será la única fortuna con la que contarás allá.

Esa fortuna es la única que te llevarás y se amasa durante el tiempo que estás aquí. Cuando vives una vida de amor hacia los demás y en paz con el prójimo, estás amasando tu fortuna espiritual.

Por eso intenta vivir plenamente y sé feliz mientras estás aquí porque, como dijo Francisco de Asís; "De aquí no te llevarás lo que tienes. Solo te llevarás lo que diste" vive...!!!


jueves, 18 de mayo de 2023

Casa de citas / Carta de una anciana

 



Carta de una anciana encerrada 
en una residencia de ancianos

Tengo 82 años, 4 hijos, 11 nietos, 2 bisnietos y una habitación de 12 pies cuadrados.

Ya no tengo casa ni mis cosas queridas, pero tengo quien ordena mi cuarto, me prepara comida y me hace la cama, me revisa la presión y me pesa.Ya no tengo la risa de mis nietos, no puedo verlos crecer, abrazarlos; algunos de ellos vienen a verme cada tres o cuatro meses; otros, nunca”.

No sé cuánto me quedará, pero tengo que acostumbrarme a ésta soledad; hago terapia ocupacional y ayudo a los que están peor que yo, aunque no quiera apegarme demasiado: a esta edad desaparecemos muy frecuentemente.

Cuando estoy sola puedo mirar fotos de mi familia y algunos recuerdos que traje de casa. Fotos de tiempos que no volverán, eso es todo lo que tengo. Y muchas ganas de llorar. Espero que las próximas generaciones entiendan que la familia está construida para tener un mañana, que aprendan a darle nuestros padres en la vejez el mismo tiempo que ellos nos dieron para criarnos.

Fuente: Javier Zeballos

martes, 11 de octubre de 2022

Casa de citas / La puerta de la vergüenza

 



LA PUERTA DE LA VERGÜENZA

La puerta de la "vergüenza de la gordura" del monasterio de Alcobaça, en Portugal. Allí los monjes estaban obligados a sacar su propia comida de la cocina, pero el problema era que la anchura de la entrada era de sólo 32 centímetros, es decir, si el monje no podía pasar, tenía que quedarse sin comer hasta que estuviera lo suficientemente delgado para caber allí. De este modo, evitaban que los residentes del monasterio se volvieran obesos, ya que la gula se considera uno de los pecados capitales para ellos.

Juan de la Colina






sábado, 8 de octubre de 2022

Humor / Sentencia del caso de Caperucita Roja y el Lobo





Anónimo

Sentencia del caso de Caperucita Roja y el Lobo desde el punto de vista de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

Visto y considerando los acontecimientos ocurridos, fallamos:

1) Que Caperucita no desconocía que podría encontrarse con el Lobo.

2) Que tampoco era ajena al hambre del Lobo ni los peligros del bosque.

3) Que si le hubiera ofrecido la cesta de la merienda para que el Lobo calmara su hambre no habrían ocurrido los sucesos referidos.

4) Que el Lobo no ataca a Caperucita de inmediato y hay evidencias claras de que primero conversa con ella.

5) Que es Caperucita quien voluntariamente le da pistas al Lobo y le indica el camino a la casa de la Abuela, lo cual la convierte en cómplice.

6) Que cuando Caperucita llega y el Lobo está en la cama con la ropa de la Abuela, Caperucita no se alarma.

7) Que el hecho de que Caperucita confunda al Lobo con la Abuela demuestra lo poco que iba a visitarla, hecho que se tipificaría como abandono de persona anciana.

8) Que el Lobo con respuestas simples y directas quiere, desesperadamente, alertar a Caperucita sobre su posible conducta final.

9) Que luego que el Lobo hizo todo lo posible por alertar a Caperucita sobre lo que sería capaz y ésta no entendió o no quiso entender, al Lobo no le quedó más remedio que actuar conforme a su inclinación natural y a su instinto animal exacerbado por la conducta de Caperucita.

10) Que es muy posible que antes Caperucita hiciera el amor con el Lobo e, incluso, que lo disfrutara.

11) Que cada vez cobra más fuerza la versión de que cuando el Lobo le preguntó a Caperucita: ¿A dónde vas?, ésta le respondió: “A pasear solita por el bosque”.

12) Que del punto anterior se concluye: es Caperucita la que provoca los más bajos instintos depredadores y concupiscentes en la pobre fiera.

13) Que merece un párrafo aparte la madre de Caperucita, en quien se aprecia irresponsabilidad y culpabilidad por no acompañar a su hija conociendo los peligros del bosque.

Por lo antes dicho, se absuelve al señor Lobo y se dispone además:

1) Notificar a la familia de Caperucita que tiene que recomendar a la Abuela que se integre a la sociedad, obligándola a vivir lo más cerca del centro de la ciudad y no en lo más profundo del bosque.

2) A la madre, apercibirla para que cumpla correctamente con sus deberes de madre. Estará en observación psiquiátrica durante 90 días para su valoración.

3) Se advierte a la Caperucita: 

A) hacer trabajo comunitario en la jaula de los lobos del zoológico local para que conozca plenamente la naturaleza y el instinto animal. 

B) Tendrá que indemnizar al Lobo con una y media Unidad de Medida y Actualización (UMA) durante un año 

C) Todos los gastos inherentes a este proceso correrán por cuenta de la Caperucita, a quien en lo sucesivo sólo se le dirá: Caperuza.

Asimismo se aclara en el presente fallo que este proceso no afecta el buen nombre ni la reputación ni el honor del respetable señor Lobo.

Publíquese, archívese y téngase por firme el presente fallo.

Suprema Corte



martes, 7 de junio de 2022

Casa de citas / Anónimo / Caballo suelto



Anónimo
EL CABALLO Y EL DEMONIO

Una vez un caballo estaba amarrado y jaloneaba para soltarse. El demonio, que hace las cosas simples, vino y lo soltó.

El caballo se metió en la finca de un campesino y comenzó a comerse la siembra.

El dueño de la finca se enojó, tomó su rifle y mató al caballo.

Entonces el dueño del caballo también se enojó, tomó su rifle y por venganza mató al dueño del la finca.

Después la mujer del dueño mató al dueño del caballo.

Entonces el hijo del dueño del caballo se enfureció y mató a la mujer del dueño de la finca.

Los vecinos, enardecidos, mataron al muchacho y quemaron su casa.

Alguien le preguntó al demonio;

-¿Porque hiciste todo eso?

El demonio respondió:

-Yo sólo solté al caballo.

martes, 19 de abril de 2022

Casa de citas / Anónimo / La próxima vez

Torres Gemelas
Wold Trade Center
Nueva York, 2001




Anónimo
LA PRÓXIMA VEZ


Después de los atentados del 11 de septiembre, una empresa que tenía sus oficinas en el World Trade Center invitó a sus ejecutivos y empleados que por alguna razón habían sobrevivido al ataque, para compartir sus experiencias.

La gente estaba viva por las razones más simples.

Eran pequeños detalles.

👉🏼 Al director de una compañía se le hizo tarde porque era el primer día de kínder de su hijo.

👉🏼 Una mujer se retrasó porque su despertador no sonó a tiempo.

👉🏼 A uno se le hizo tarde porque se quedó atorado en la carretera en la que había un accidente.

👉🏼 A otro sobreviviente se le fue el autobús. 

👉🏼 Alguien se tiró comida encima y necesitó el tiempo para cambiarse.

👉🏼 Uno tuvo un problema con su auto, que no arrancó.

👉🏼 Otra regresó a contestar el teléfono.

👉🏼 Otra tuvo un bebé.

👉🏼 Otro no consiguió un taxi.

👉🏼 Pero la historia que más impresionó fue la de un señor que se puso un par de zapatos nuevos esa mañana, y antes de llegar al trabajo le había salido una ampolla. Se detuvo en la farmacia por una curita y por eso está vivo hoy.


Ahora, cuando me quedo atorado en el tráfico, cuando pierdo un elevador, cuando regreso a contestar un teléfono y muchas otras cosas que me desesperan, pienso primero: “Este es el lugar exacto en el que debo estar en este preciso momento”.


La próxima vez que tu mañana te parezca enloquecedora, que los niños tarden en vestirse, que no logres encontrar las llaves del auto, o que te encuentres todos los semáforos en rojo... No te enojes ni te frustres.


miércoles, 9 de marzo de 2022

Anónimo / El amor de mi vida

 



Anónimo
EL AMOR DE MI VIDA


Él tiene ochenta y tantos años e insiste en llevar de la mano a su esposa a donde quiera que vayan.

Cuando pregunté por qué su esposa camina distraída, como si no siguiera a nadie, respondió: 

-Porque tiene Alzheimer.

-¿Se preocupará su esposa si usted la suelta o simplemente usted se cansa? 

- Ella no se acuerda... Ya no sabe quién soy yo, desde hace un par de años que ya no me reconoce.

 Yo sorprendida, le dije: "¡Qué bien! Y aún así sigue de guía por el camino cada día a pesar que ella no le reconoce"

El anciano sonrió y me miró a los ojos.

-Ella no sabe quién soy yo, pero yo si sé quién es ella.


miércoles, 12 de agosto de 2020

Casa de citas / Anónimo / Juan Manuel Santos


Anónimo
JUAN MANUEL SANTOS


Entra Juan Manuel Santos a cambiar un cheque al Banco de Bogotá:

— Buenos días señorita, ¿podría hacerme el favor de cambiarme este cheque?
— Con mucho gusto, señor. ¿Me permite su cédula de ciudadanía?
— Señorita, no la traigo, soy Juan Manuel Santos, presidente de Colombia.
— Sí señor, yo tengo auditoria y ya sabe cómo son, y me debe mostrar su identificación.
— Señorita, pregúntele a quien quiera, soy Juan Manuel Santos, por favor.
— Lo siento señor, son reglas del banco.
— Señorita me urge cambiar este cheque.
— Mire, señor, lo que podemos hacer es lo siguiente: el otro día vino René Higuita y tenía el mismo problema, no traía su cédula y para probar que era él, sacaron un balón, le tiraron unos penaltis y los paró, y así comprobó que él era en verdad René Higuita.
— Señorita...

— También vino Rodrigo Rocky Valdez y no traía su cédula, entonces se echó unos rounds con los cajeros y casi mata a dos de una paliza y así comprobó que él era en realidad Rocky Valdez.
— Señorita...

— Entonces usted puede hacer lo mismo... Haga algo para probar que es usted el presidente de Colombia.
Santos se queda pensando… y pensando… y pensando durante un buen rato y dice: 
— Mmmm, señorita, la verdad es que no se me ocurren sino puras huevonadas.

— ¿Señor Presidente, desea billetes grandes o chicos?





Anónimo / Tratado del ojo y la paja

Artist Fills Miniature Wooden Panels With Expressive Portraits of Eyes
Anónimo
TRATADO DEL OJO Y LA PAJA

La paja es propia, el ojo es ajeno.


Casa de citas / Anónimo / La curiosidad del ginecólogo

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Anónimo
LA CURIOSIDAD DEL GINECÓLOGO

Mi ginecólogo me sigue por Twitter, la verdad es que no sé qué más quiere ver.



sábado, 15 de febrero de 2020

Casa de citas / Anónimo / Siquiatra



Anónimo
SIQUIATRA

Mi siquiatra dice que escriba cartas a las personas que me han hecho daño y después las queme. ¿Pero qué hago con las cartas?





martes, 16 de septiembre de 2014

martes, 18 de diciembre de 2012

Casa de citas / Anónimo / Cantaleta

scena 20 loca mujer
Ilustración de Maurizio Barraco
Anónimo
CANTALETA

- Quería verte para decirte que hemos terminado...

- ¡Así!, tan fácil como eso, no pudiste avisarme tres días antes, no pudiste dar señales de que las cosas ya iban mal; siempre tienes que hacer las cosas así de impulsivas, eres colmo, nunca puedes tener tacto, debiste decirme, sabes... algo anda mal entre nosotros, creo que... pero no, claro, tú siempre tienes que tener la razón, tus decisiones de macho son más importantes, por supuesto, siempre tú tú y tú, yo no cuento para nada, que te importa el cómo me siento, el si estoy enamorada, el que va a decir mi familia, no, para qué, si el niño ya se cansó de mi, si el niño que se siente muy hombrecito cree que puede hacerla ya sin mi, eso sí, que te equivocas, ni creas que me voy a poner a llorar, o que voy a andar de rogona, para nada, eso no va conmigo; es increíble que no me dieras siquiera tiempo para la meditación y para el diálogo, ahora claro, que se arruine el día, andaré moqueando por la oficina mientras tú, claro, te largas con tus amigotes y con alguna de esas zorras que te encantan, pero es que eres el colmo... y no me des la espalda que no he terminado... que te digo que no he terminado, no me dejes hablando sola...