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domingo, 25 de septiembre de 2022

Hilary Mantel / La trilogía de Cromwell

 




Hilary Mantel
LA TRILOGÍA DE THOMAS CROMWELL
24 de septiembre de 2022

Mantel escribió 14 novelas, dos libros de relatos y uno de memorias. Además de una gran cantidad de ensayos y artículos en donde reflexionaba de diferentes temas como la literatura y la historia, entre otros. Ha sido la primera mujer, y la primera autora británica en conseguir el prestigioso Man Booker Prize en dos ocasiones, una en 2009 y la otra en 2012, por sus novelas En la corte del lobo y Una reina en el estrado, qué hacen parte de la Trilogía de Thomas Cromwell.

Esta trilogía le permitió ganar fama mundial a Mantel y la ubicó como una de las escritoras más importantes del Reino Unido en los últimos 50 años. Los títulos se publicaron con bastante distancia el uno del otro. El último apareció en 2020, durante la pantemia. La historia está centrada en la vida Thomas Cromwell, un estadista y abogado que sirvió al rey Enrique VIII como su secretario de Estado y ministro principal entre 1532 y 1540, año en el que es ejecutado por orden del propio rey. Muere decapitado en la Torre de Londres.



El primer libro, En la corte del lobo, se ubica en el año 1520, en Inglaterra, cuando la nación está al borde del abismo. El rey Enrique VIII no consigue engendrar un heredero varón y quiere divorciarse de su mujer, Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena, pero el cardenal Wolsey, su principal asesor, no obtiene más que negativas del papa. En este clima de desconfianza y necesidad llega a la corte Thomas Cromwell, al principio como segundo de Wolsey y más tarde como su sucesor.

Cromwell es un hombre con una trayectoria original: hijo de un herrero que le trataba con gran brutalidad, llega a ser un genio político, sobornador, encantador y fanfarrón, y con una delicada y mortífera habilidad para manipular los hechos y las personas. Implacable en la consecución de sus propios intereses, es tan exigente con los demás como lo es consigo mismo. Su programa de reformas tiene que abrirse camino entre un parlamento que sólo vela por los intereses de sus miembros y un rey que fluctúa entre las pasiones románticas y las pulsiones asesinas.

Setecientas páginas del gran espectáculo que es la depredación humana.



Una reina en el estrado, la segunda parte de la Trilogía, presenta a Thomas Cromwell, en el año 1535, ya muy lejos de sus humildes orígenes. Como primer ministro de Enrique VIII, su fortuna ha florecido, como también la de Ana Bolena, segunda esposa del rey por cuyo amor Enrique ha roto con Roma y ha creado su propia Iglesia. Pero las decisiones del rey están provocando un peligroso aislamiento político de Inglaterra, y además Ana no ha cumplido la promesa dd procurar un heredero que asegure la línea Tudor.

Durante la visita de Enrique a Wolf Hall, Cromwell presencia los amores del rey con la sibilina y silenciosa Jane Seymour. El ministro comprende que lo que está en juego es mucho más que el placer del rey: está en juego la seguridad de la nación. Así que a medida que despeja el camino de Enrique entre la corte y su miasma de chismes, negocia una «verdad» que satisfaga al rey y asegure su propia carrera. Pero ni ministro ni rey saldrán indemnes del teatro sangriento de los últimos días de Ana.



El último libro, El trueno en el reino, transcurre un año después, en 1536, cuando Ana Bolena ha muerto, decapitada, a manos de un verdugo francés. Mientras sus restos descansan bajo tierra, Thomas Cromwell desayuna con los vencedores y continúa su ascenso al poder y a la riqueza. Su maestro, Enrique VIII, se conforma con una felicidad a corto plazo en los brazos de su tercera reina, Jane Seymour.

Cromwell sabe que sólo puede confiar en sí mismo. No tiene una gran familia que lo respalde, ni un ejército privado. Y a pesar de la rebelión interna, de los traidores que se multiplican en el extranjero y de la amenaza de invasión que pone a prueba el reinado de Enrique VIII, Cromwell busca convertir Inglaterra en un nuevo país que se mire en el espejo del futuro.

La pregunta aquí es, ¿puede realmente una nación, o una persona, desprenderse de su pasado como si fuera piel muerta?



El trueno en el reino fue considerada en su momento como una pieza más que contundente y se alcanzó a comentar que podría llegar a merecerle a Mantel su tercer Man Booker Prize, tras ocho años de espera. La crítica calificó la trilogía de Coomwell como una de las mejores sagas de novela histórica del siglo XXI.

INFOBAE

(En el texto publicado por INFOBAE no figura el nombre del autor. Y, en todo caso, se trata de textos de solapa, promocionales, citados sin comillas en una y otra parte.)






miércoles, 22 de noviembre de 2017

Casa de citas / Hilary Mantel / Mary Joplin


Hilary Mantel
Mary Joplin



Puedo ver a Mary Joplin ahora, acuclillada en los matorrales con las rodillas separadas y la falda estirada sobre los muslos. En el más cálido de los veranos (y aquel lo era) Mary tenía mocos y frotaba meditativamente la punta de su respingona nariz con el dorso de la mano, e inspeccionaba el brillante rastro caracolero que en él quedaba. En cuclillas las dos, la hierba cosquilleante nos llegaba hasta las orejas: la misma hierba que, cuando pasaba la mitad del verano, dejaba de hacer cosquillas y arañaba y trazaba líneas blancas, como el arte de una tribu primitiva, en nuestras piernas desnudas. A veces nos levantábamos a la vez, como si tiraran de nosotras unos hilos invisibles. Apartando en franjas la áspera hierba, nos acercábamos un poco más a donde sabíamos que estábamos yendo, a donde sabíamos que no debíamos ir. Luego, como por una señal predeterminada, nos agachábamos de nuevo para hacernos medio invisibles por si Dios echaba una ojeada a los campos. 

Hablábamos ocultas en la hierba: yo monosilábica, reservada, ocho años, con unos pantalones cortos demasiado pequeños, a cuadros blancos y negros, que habían sido de mi talla un año antes; Mary con los brazos flacos y huesudos, las rótulas como platitos de hueso, las piernas llenas de cardenales, su risilla y su cacareo burlón y sus sorbetones. Alguna mano desconocida, tal vez la suya, le había colocado en las greñas una cinta blanca retorcida; por la tarde se le había desplazado hacia un lado, de modo que su cabeza parecía un paquete mal atado.

Hilary Mantel / La coma

domingo, 12 de noviembre de 2017

Casa de citas / Hilary Mantel / Shakespeare





Hilary Mantel
SHAKESPEARE

Empecé a leerlo a los diez años, y siempre ha estado ahí, trasmitiéndome esa pasión que ahora he podido desarrollar con las adaptaciones teatrales de mis novelas. Pero lo que hacía Shakespeare es distinto. En su época, la historia y el mito se daban la mano en una misma cosa. Digamos que Shakespeare no hacía distinciones entre una historia real y una buena historia. Yo necesito investigar cómo eran realmente mis personajes antes de ponerme a jugar al ajedrez con ellos.




Casa de citas / Hilary Mantel / Inglaterra




Hilary Mantel
INGLATERRA


Creo que nuestro país es el más clasista de Europa. El thatcherismo sigue vivo en todo lo que estamos viendo estos años. La austeridad no es más que la excusa: detrás de todo esto hay una ideología que pretende desmantelar la noción de Estado que teníamos en el siglo XX. Puede que las mujeres lo tengan más fácil, pero la discriminación hacia los jóvenes es tremenda. No tienen la facilidad que teníamos en nuestra época; ahora salen de la universidad con el peso de una deuda que arrastrarán durante años... si son capaces de encontrar trabajo.

Casa de citas / Hilary Mantel / La feminidad


Hilary Mantel
LA FEMINIDAD

La feminidad es un problema para las mujeres en la vida pública, sobre todo en Reino Unido. Son criticadas. Todo lo que llevan, su peso, su maquillaje, su peinado, todas sus opciones personales y sin importancia son examinadas de una manera hostil por parte de algunos sectores de los medios, y este escrutinio no sólo socava la seriedad de lo que dicen y hacen estas mujeres, sino que sus vidas se hacen mucho más difíciles que la de sus homólogos masculinos. Se institucionalizó la misoginia. Es un campo de minas para las mujeres de hoy.

Hilary Mantel / “La feminidad es un campo de minas para las mujeres de hoy”