viernes, 31 de enero de 2020

Triunfo Arciniegas / Diario / Obra perdida

Delirio (detalle 1)

Delirio (Detalle 2)

Delirio (detalle 3)


Triunfo Arciniegas
Delirio / Obra perdida
28 de enero de 2020


El año pasado le presté a Alejandra Delirio y otras dos obras para el stand de Trespiés en la plazuela. Creo que llovió ese día y a la hora de recoger estaba sola. Llevó la armazón del stand, las libretas y demás productos a una casa vecina. Mis pinturas iban en un costal que, por cuestiones de la prisa, se quedó en la puerta. Alejandra se fue al apartamento a llevar los productos y cuando regresó no encontró el bendito costal. La señora lo había confundido con desperdicios y, por supuesto, lo arrojó a la basura. Alejandra corrió a buscar en el vecindario y encontró el costal, pero se habían robado el marco de una de las pinturas y Delirio. Sólo quedaron estas tres fotografías. "Su obra gusta", me dijo Alejandra por teléfono, muerta de risa.



jueves, 30 de enero de 2020

Casa de citas / Proverbios Tuareg

Arte tuareg

PROVERBIOS TUAREG 


La necesidad hace que la serpiente camine sobre su vientre.


Cien ratones guiados por un león son mejores que cien leones guiados por un ratón.


Aun el infierno aborrece el deshonor.


Una mano, si no tiene hermana, no puede desatar un nudo doble.


Cuando uno hace el bien, se lo hace a sí mismo; cuando uno hace el mal, se lo hace a sí mismo.


Las bebidas mágicas se hacen con cosas dulces.


El hombre violento alimenta a su madre con serpientes.


Besa la mano que no puedes cortar.

miércoles, 29 de enero de 2020

Triunfo Arciniegas / Diario / Volviendo a casa

Ojos traicioneros
Bogotá, 2020
Foto de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
VOLVIENDO A CASA
27 de enero de 2020

Volví a casa con más de cien libros y nueve revistas: cien kilos de equipaje, ochenta por Interrapidísimo y veinte en la bodega del avión.  

No batí el record del viaje a la Filbo del año pasado: 250 libros. Creo que entonces fueron 120 kilos. ¿O 150? Abrí la puerta y ahí estaban, en la sala, los bultos de libros, la pasión de mi vida.

Además, en este viaje traje una pulidora y una pala, una caja de pulpos y una bomba de bicicleta, colores y juguetes para repartir, artículos de aseo y de cocina, regalos de cumpleaños para Alejandra y tres maletas, entre otras cosas. Y música. Nunca en mi vida había comprado tanta música. Y a tan buen precio. "Me dio por la cabeza", dijo uno de los vendedores. Lo sé.

El sábado pasado, para Alejandra y yo, fue 6 de junio. Le hice con un cartón una tarjeta de cumpleaños plegable. Le di una bolsa de mandarinas, agendas y lápices, materos, té negro, unos guantes de cocina, un par de libros, galletas y caramelos.

Me fue bien en Bogotá. Por primera vez en más de veinte años volví a ponerme una camisa planchada y me acordé que en otra vida la Chiquita me alisaba los pantalones extendiéndolos debajo del colchón: no hay duda de que teníamos una cama caliente. Visité los lejanos territorios del Virrey y celebramos el cumpleaños de Cata el domingo 12. Fuimos a recorrer La Candelaria una noche pero no encontramos a Mariela, la señora de los tangos. Conversé con editores: Adriana Martínez, Fernando Rojas, Miguel Manrique, Mafe. Llevé y recibí propuestas. Debo entregar novela en mayo y armar un libro para jóvenes. Fui ayudante de cocina en casa de Mafe. Vi un par de locas en territorio neutral.

Leí tres libros: Crónicas de motel, de Sam Shepard, Memoria de jirafa, de María del Rosario Laverde, y Ráfagas de tiempo, de Plinio Apuleyo Mendoza. Llevaba Mujeres muertas de amor para revisar una vez más pero no me alcanzó el tiempo. Siguen pendientes las lecturas de Bocaflor y Las batallas de Rosalino. Tomé fotos con el iPhone y la Canon. El celular brinda más posibilidades porque la gente no desconfía. Como todo el mundo anda con celular, puedo pasar desapercibido y a menudo logro preciosos acercamientos.

Fui con Evelio Rosero al Museo Botero y se nos escurrió la baba con el Bacon y los Picassos. Intercambiamos libros e información y almorzamos. Esta vez no hablamos de mujeres ni de libros ni fuimos a comprar películas ni mezcal. Nos queda pendiente una excursión a Unilago: disco duro y otras cositas. Vi en Tostao a Juan Pablo Mojica, que ya no es socio de Cataplum: le llevé mis cuentos de la colección Debajo de las estrellas y tomamos café. Tenemos una broma privada: nos consideramos compañeros de celda porque en Bologna, hace dos años, compartimos habitación en un hotel que fue convento en otros siglos. En recepción, si el cliente lo desea, puede solicitar una Biblia y el látigo de las flagelaciones. Escribí entonces que una monja desnuda, blanquísima, casi transparente, recorría de noche los pasillos y uno que otro huésped amanecía profundamente enamorado... y muerto. 

No vi a Darío Jaramillo, que seguía de vacaciones en su pueblo, pero le dejé un par de libros en su residencia: los cuentos y Dulce animal de compañía

En menos de dos meses vuelvo a volar.






martes, 28 de enero de 2020

Casa de citas / Susan Sontag / La enfermedad





Susan Sontag
LA ENFERMEDAD

La enfermedad es el lado nocturno de la vida, una ciudadanía más cara. A todos, al nacer, nos otorgan una doble ciudadanía, la del reino de los sanos y la del reino de los enfermos. Y aunque preferimos usar el pasaporte bueno, tarde o temprano cada uno de nosotros se ve obligado a identificarse, al menos por un tiempo, como ciudadano de aquel otro lugar.

Susan Sontag
La enfermedad y sus metáforas
Munchnik Editores, Barcelona, 1980, p. 9




Casa de citas / Schopenhauer / Religiones


Arthur Schopenhauer
Ilustración de Mathieu Laca

Arthur Schopenhauer
RELIGIONES
Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de la oscuridad para brillar.


Casa de citas / Marta Lucía Ramírez / Humor a la colombiana



Marta Lucía Ramírez
HUMOR A LA COLOMBIANA
27 de enero de 2020

No hay evidencia científica ni estadística de que Colombia sea el país más corrupto.

Nota: según Tola y Maruja, la revista Semana tenía evidencias, pero se las robaron unos apartamenteros colombianos. En todo caso, la frase de la vicepresidente de Colombia se parece a otra de un presidente colombiano famoso por sus barrabasadas, Julio César Turbay: "Hay que reducir la corrupción a sus justas proporciones".




lunes, 27 de enero de 2020

Casa de citas / Mauricio Vargas / Petro el Incendiario

Petro el Incendiario

Mauricio Vargas
PETRO EL INCENDIARIO II

La apuesta petrista pasa por aprovechar que, en medio de las protestas, grupos de encapuchados y personajes como la tristemente célebre Epa Colombia destruyan estaciones de TransMilenio, vitrinas comerciales, sucursales bancarias y edificios públicos. Incluye hacer colapsar el sistema de transporte con la toma de estaciones y el bloqueo de avenidas. Y, como puede ocurrir en estos casos, usar cualquier exceso de la Fuerza Pública para llenar una lista de mártires que despierte solidaridad con la insurrección.

En esto, Petro no ha tenido suerte. Por muy mal que hablen del Esmad, es mucho más profesional que los antidisturbios de otros países, que causaron decenas de muertos al reprimir las manifestaciones. El caso de Dilan Cruz no ha sido, como hubiesen querido los petristas, regla sino excepción. Además, las marchas han languidecido en cuanto a la cantidad de manifestantes, y se han vuelto casi inexistentes en ciudades distintas a Bogotá.


La violencia sí se ha mantenido, como lo comprobó la alcaldesa de la capital, Claudia López, este martes: media docena de estaciones de TransMilenio sufrieron graves daños por vandalismo, y hubo grandes destrozos en decenas de comercios y vehículos. Aparte de arrinconar al régimen, la apuesta de Petro pasa por golpear a la izquierda que no cree en la insurrección, lo que incluye a López, a Sergio Fajardo y a Jorge Robledo –quien ya lanzó su candidatura para 2022–, entre otros.


El tiempo, 25 de enero de 2020

Casa de citas / Mauricio Vargas / Petro el Incendiario I



Petro el Incendiario

Mauricio Vargas
PETRO EL INCENDIARIO I



Pero después de su derrota ante Iván Duque y, sobre todo, tras la revelación del video en el que aparece recibiendo decenas de millones de pesos en efectivo en una chuspa, de manos de un amigo contratista, me dicen que Petro se convenció de la imposibilidad –por ahora– de llegar a la Presidencia por las urnas porque “la oligarquía no me va a dejar”. Lo cito tal y como me lo contó alguien que lo escuchó decirlo.

El tiempo, 25 de enero de 2020

Casa de citas / Las traiciones de Petro o Claudia López vs. Petro el Chantajista



Gustavo Petro, el Chantajista

Mauricio Vargas
LAS TRAICIONES DE PETRO
O CLAUDIA LÓPEZ VS. PETRO EL CHANTAJISTA

"... en 2018, ella (Claudia López) apoyó a Petro para la Presidencia en la segunda vuelta, lo que suponía que el exalcalde haría lo mismo con ella para la alcaldía en 2019. En cambio, Petro lanzó su propio candidato, Hollman Morris, y consumó lo que López y sus seguidores leyeron como una traición. Desde entonces, la enemistad anidó entre los dos dirigentes y ahora que ella asumió la alcaldía, Petro ha decidido desafiarla en las calles."


El tiempo, 19 de enero de 2020



domingo, 26 de enero de 2020

Triunfo Arciniegas / Diario / Artur Lunkvist

Artur Lunkvist
Ilustración de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
Artur Lunkvist
26 de enero de 2020



Por culpa de Artur Lunkvist, poeta sueco, dos de mis escritores favoritos, dos grandes, no obtuvieron el Nobel: Graham Green y Borges. Lo que demuestra que todo mundo se equivoca. Se opuso a Green, quién lo diría, por razones religiosas: prejuicios contra la religión católica. Y la obra de Borges simplemente no le gustaba: "Borges se ha convertido en un mito, sobre todo en Europa, y pienso que su trabajo no está a la altura de un Nobel". Por Lunkvist, en gran parte por él, obtuvieron el Nobel Vicente Aleixandre, Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Octavio Paz y García Márquez. Y si hubieran tenido una vida más larga, García Lorca y Alejo Carpentier habrían alcanzado este honor.



sábado, 25 de enero de 2020

Triunfo Arciniegas / Diario / Burro que es uno



Triunfo Arciniegas

BURRO QUE ES UNO
25 de enero de 2019


"La fidelidad es propia de los más inteligentes", asegura el científico colombiano Rodolfo Llinás, director del departamento de psicología y neurociencias de la Universidad de Nueva York.

Burro que es uno, dirá quien recibió la pedrada. Según Llinás,  puede afirmarse que al hombre infiel no le alcanza la inteligencia para mantener una relación limpia: no da la talla, no tiene el nivel de evolución requerido. En otras palabras, es infiel simple y llanamente por burro, porque no piensa o ni siquiera se da cuenta que puede echar a perder la golosina.

Bromas aparte, el primitivo cerebro de los reptiles hace que busquen la presa cuando están hambrientos, ataquen para defenderse o se apareen cuando quieren reproducirse. Puro instinto. El animal con sus funciones básicas.

Y así se comporta el hombre, como una bestia que busca a la hembra para saciar sus instintos. Se diría que sigue en las cavernas y apenas acaba de descubrir el juego.

En las cantinas de la costa colombiana no es extraño ver grupos de hombres hablando con orgullo de machos de los numerosos hijos que han tenido con diversas mujeres, el uno con diez o diecisiete como el Coronel Aureliano Buendía, el otro con veinte o tal vez con más, con treinta y pico, como cantante de vallenatos, pero se les olvida precisar que no han respondido por ninguno, que preñaron a las mujeres y se perdieron del mapa. Estos hombres siguen campantes, felices, reproduciéndose como conejos, mientras los hijos siguen bajo el precario amparo de sus pobres madres, bastardos que tienen que levantarse en la vida como un milagro y qué tal vez repitan la vergüenza de sus desconocidos padres.

Y al otro extremo de la cuerda, como un texto bendito, las bellas palabras de Rodolfo Llinás: “El amor eterno es como un baile infinito de neuronas entre dos personas inteligentes”.

Este texto tan burro, y qué pena con el doctor Llinás, se autodestruirá en cinco segundos.



viernes, 24 de enero de 2020

Triunfo Arciniegas / Diario / El país más corrupto del mundo





Triunfo Arciniegas
EL PAÍS MÁS CORRUPTO DEL MUNDO

Cuatrovientos, 24 de enero de 2020

Uno no sabe si reír o sentarse a llorar con la broma de que Colombia no se ganó el título del país más corrupto del mundo sino que lo compró.

Sea como sea, no olvide que los desgraciados (por no decir otra cosa) que los colombianos acaban de elegir y recién empiezan a ejercer, de izquierda o de derecha, porque nadie hace campaña sin plata ni gobierna sin alianzas o convenios, esos desgraciados se darán las mañas para mantener el primer puesto de tan infame lista, y seguiremos siendo de país de Desangrado Corazón por los siglos de los siglos, amén. En otras palabras, las ratas se juntan y este es su año.

Corrijo: para los políticos todos los años son el año de la rata. Ladrones con corbata. Peores que los que asechan con un cuchillo detrás de la esquina.

En campaña todos hablaron de cambio y transparencia, absolutamente todos, y la gente ilusa acudió a sus festejos y aplaudió sus promesas, pero no habrá ni lo uno ni lo otro. Seguirán en las mismas. Cínicos, descarados, algunos hasta sobrevivirán a los escándalos.

Quién se acuerda del video del político que acaricia los billetes que acaba de recibir como un rufián sin estética en la penumbra de un antro o de las palabras de otro que pidió electrocutar estudiantes revoltosos? O de las volteretas y traiciones del que ahora se pasea por el mundo con el Nobel como si nada? O de las triquiñuelas del peor de los peores, al que se le metió un elefante a la casa y no lo vio, el mismo que dijo que sólo quería ser expresidente?

Uno que otro terminará en la cárcel, pero la mayoría aprovechará el botín sin sobresaltos y será tan grande y tan jugoso que no le alcanzará la vida para gastárselo ni habrá espacio en el cajón para que se lo lleve al más allá.

Qué vergüenza.

Qué asco.

Estas palabras son un escupitajo.




jueves, 23 de enero de 2020

Triunfo Arciniegas / Diario / Martes de fotógrafo

El fuerte
Carrera séptima, Bogotá
21 de enero de 2020
Foto de Triunfo Arciniegas  

Triunfo Arciniegas
Martes de fotógrafo
Bogotá, 21 de enero de 2020


Le tomo una foto a unos vagos sentados en una de las nuevas bancas de la carrera séptima, y uno de ellos me dice mientras me alejo: “Vaya a tomarle fotos a su mamá”. Lo haría dichoso, pero me queda difícil: se murió hace veinte años.

Hombres mayores, casi viejos, llevados.   No se trata de jubilados: están peor. Me pregunto cuántas patrañas habrán hecho juntos, si tendrán un muerto a cuestas. Viven del rebusque y las trampas. Peor que en la pobreza: en plena y malparida miseria.

Se ve bastante sola la ciudad a esta hora, lenta, como una serpiente que se desenrosca. Aún no hay desayuno en el pasaje de La Macarena. Es día de paro: policías como arroz. Hablan de sus cosas. Aún no llega la hora de apalear cristianos.  No hay cajeros en servicio. Han sellado puertas y ventanas con láminas, con madera, con mallas, porque de pronto los ánimos se desatan y se arma la trifulca.

Camino por la carrera séptima hasta el edificio donde vive el poeta Darío Jaramillo, que sigue en vacaciones, y le dejo un par de libros. No sé si habrá clase en mi antigua Universidad, La Javeriana, donde los lunes, de cinco a seis de la tarde, oía a hablar a Fernando Charry Lara sobre la vida y la obra de Pablo Neruda. Era muy pobre y desdichado entonces, andaba con zapatos rotos entre tanta niña bonita y tanto hijo de papi, pero qué recuerdo más maravilloso: la voz de Charry Lara y el atardecer. Me da pereza caminar más allá. Regreso al centro despacio, deteniéndome en una y otra parte a tomar fotos. Camuflo una cámara de cuatro millones de pesos con una bolsa de tela que conseguí en el mercado de las pulgas. Me preguntan a menudo por qué la expongo así, y la verdad es que de poco me sirve dejarla en casa.

Va a llover en la tarde.

Tengo vuelo esta noche.

Voy a dormir en Cuatrovientos.

Vuelvo a ver al mendigo de ojos verdes frente a la iglesia de las Nieves. El otro día le pregunté por qué andaba tan jodido y su respuesta me hizo reír: “Soy de Armenia”. Le digo: “¿Usted otra vez por acá?” Sonríe. Nos estrechamos la mano. No tiene más de treinta años y es un hombre apuesto, rubio y gracioso, aunque demasiado flaco, con la dentadura echada a perder y algunas canas en la barba. En otras circunstancias y con algo de suerte, sería actor o modelo. ¿Qué desgracia llevará a cuestas? ¿Qué tan terrible fue su infancia? ¿Qué mujer torció su destino? ¿Qué será de su familia? ¿Qué pecados lo arrastraron a la puerta de esta iglesia? Le digo unas cuantas cosas, ya no sé cuáles, pero me queda en la memoria su respuesta: “Bellas palabras”. Necesita diez mil pesos para un termo porque quiere dedicarse a vender café. ¿No será para la marihuana? No creo que con diez mil pesos pueda iniciar el negocio. Le pido permiso para tomarle una foto, le doy unas monedas y lo abandono a su propia miseria.





miércoles, 22 de enero de 2020

Triunfo Arciniegas / Diario / Venezuela y otras miserias




Triunfo Arciniegas
VENEZUELA Y OTRAS MISERIAS
Bogotá, 20 de enero de 2020

Chávez jodió a los ricos, es cierto. Pero Maduro perfeccionó la tarea: jodió a los pobres.

Y entre los dos, en veinte años, erosionaron la democracia con estrategias cubanas y transformaron el país más próspero de América Latina en uno de los más miserables.


No es una opinión sino un simple registro de los hechos.

Tanto dolor, tanta desdicha, por la ambición y la ceguera de unos pocos.

Políticos, plaga infeliz. Cómo hierba mala, abundan en todo territorio.

En el calendario chino empieza el año de la rata. Los políticos se relamen: su dicha no acaba. En Colombia, recién elegidos, su siniestra tarea apenas acaba de empezar.

Y no es una opinión sino un registro de los hechos. Según últimos datos, nuestra clase política es la más corrupta del mundo, por encima de Venezuela y México, qué barbaridad.

Qué vergüenza.



martes, 21 de enero de 2020

Triunfo Arciniegas / Diario / Lecturas

El duro ejercicio del exilio
o el socialismo del siglo XXI
Bogotá, 2020
Fotografía de Triunfo Arciniegas
Triunfo Arciniegas
LECTURAS
Bogotá, 19 de enero de 2020

Vi una mujer bonita con un letrero en su camiseta: A veces no, a besos sí. Sin la coma, con letras enormes y en dos líneas, en el sagrado territorio de sus esplendorosos pechos. Mujeres que uno lee al pasar, desde la orilla, desde la ventanilla de un autobús.

Lecturas de la ciudad: mendigos, putas y ladrones. Sobre todo en el caótico centro, mi territorio, que tanto temen las amistades. Venezolanos hasta debajo de las piedras, infelices víctimas del calamitoso experimento llamado socialismo del siglo XXI, la dictadura militar del vecino país, asesina y narcotraficante, hospedaje de otros asesinos, además, la guerrilla colombiana. Triste geografía de adultos y niños muertos de hambre, dos mil seiscientos metros más cerca de las estrellas. Hombres y mujeres que pretenden mantener una familia con la venta de pinches caramelos. Putas como arroz, engrosando la cosecha propia. Ladrones desesperados, confundidos con los nuestros. Y vienen de un país cuyo cínico gobierno tuvo la desfachatez de crear el Viceministerio de la Felicidad Popular. He visto en la avenida diecinueve, entre novena y octava, con estos ojos que se han de tragar la tierra, a un hombre escarbando y comiendo en la basura, como un perro.

En otro viaje a Bogotá, en el Park Way, uno más del millón y medio de venezolanos que deambulan por Colombia, un hombre con ademanes y prendas de mujer, en chancletas y con las uñas mal pintadas, se me acercó a pedir una limosna. Como no le di nada, se alejó diciendo: “Qué hijueputa país”. Ni modo de contradecirle.

Y siguen las lecturas.

Por los letreros de las paredes y la perversidad de los caricaturistas, resulta obvio que ha hecho carrera el cerdo como representación del desastroso presidente que tenemos los colombianos. Pero si a las apariencias físicas nos rebajamos, si uno es el cerdo, el otro es el tuerto, y la suya será una mirada desviada por los siglos de los siglos. Y cualquiera sabe que me refiero al que se quedó con las ganas de ser su presidente. Los manifestantes podrían gritar: “Muera el cerdo, viva el tuerto”. ¿Cómo les quedó el ojo a los pobres ingenuos que ponen su fe en este político obsesionado con el poder?

Y ahora sí, últimas lecturas.

He leído tres libros en estos días: Crónicas de motel, de Sam Shepard, Memoria de jirafa, de María del Rosario Laverde, y Ráfagas de tiempo, de Plinio Apuleyo Mendoza. Ayer empecé Nuevas maneras de matar a tu madre, de Colm Tóibín, y esperan turno, entre otros, Tiempos recios, de Vargas Llosa, y El Oro blanco, de Edmund de Waal.

Hace muchísimos años quería leer Crónicas de motel, una colección de poemas y textos en prosa de diversa extensión, breves en su mayoría. Retratos, fogonazos, páginas dispersas de un diario. Ahora sé que conocía algunos. La atmósfera de este precioso libro le sirvió a Wenders para construir una película de culto, París, Texas. Shepard es toda una leyenda: vaquero, actor, dramaturgo. Premio Pulizer, con más de cuarenta obras de teatro y una envidiable carrera cinematográfica, baterista, amigo y confidente de Bob Dylan y The Rollings Stones. Y no sólo eso: amante en su juventud de otra leyenda, Patti Smith, y marido de Jessica Lange por casi treinta años, nada más ni nada menos. Tengo en casa otros libros de Sam Shepard pero ninguno tan maravilloso y tan desolado como Crónicas de motel.

Memoria de jirafa es una colección de textos breves, numerados, autobiográficos, donde Laverde expone sin altanería o vanidades su propia vida, los días que uno tras otro son la vida, como decía Aurelio Arturo, desde la infancia hasta el momento. Un padre amoroso, admirable, y una madre difícil dominan estas páginas. El libro puede leerse de un  tirón y confundirse con la brisa de la tarde. La edición es modesta y las ilustraciones, espantosas. Pese a estas circunstancias, el libro está destinado a la memoria.

Mendoza no goza de buena fama. Pintores y escritores lo detestan por fisgón. Con Botero fue demasiado indiscreto (en alguna ocasión describió el lunar del culo de una amante del pintor) y Mercedes, la esposa de García Márquez, lo espantó de la casa. Ha explotado hasta el hastío la fama ajena. Pero su libro, Ráfagas de tiempo, donde se borran las fronteras del periodismo y la literatura, es una absoluta maravilla. Más europeo que boyacense, con una prosa precisa y eficaz, y a menudo con frases esplendorosas, Mendoza nos pasea por Bogotá y Caracas pero sobre todo por París y Roma. Una impresionante galería de personajes y momentos íntimos danzan en asombroso equilibrio. Las veinte páginas dedicadas a la ceremonia del Nobel de García Márquez, sabiamente centradas en una foto colectiva, conforman una pieza maestra. y hay por lo menos otras nueve.




lunes, 20 de enero de 2020

Triunfo Arciniegas / Diario / Mangos

El sol de la tarde
Bogotá, 2020
Foto de Triunfo Arciniegas
Triunfo Arciniegas
MANGOS
17 de enero de 2020


Melissa, que tan miserable fue conmigo, dice que su familia me enviará la mitad de sus cenizas. Me servirán de abono para el mango del solar de la casa de Cuatrovientos. Cuando haya cosecha pondré un letrero en la puerta: Se venden mangos envenenados. Imagino haciendo fila en la puerta a los maridos que quieren librarse de la mujer.




sábado, 18 de enero de 2020

Casa de citas / Zadie Smith / Sobre el ranking de los escritores

Zadie Smith






Zadie Smith

EL RANKING DE LOS ESCRITORES



De más joven, yo tenía una noción errónea sobre la genialidad. Cuando hablo con Martin Amis o con Craig Raine, escritores que considero muy buenos, observo que tienen una noción muy anticuada sobre el ranking de autores. Te dirán: Joyce entra en el primero y Greene pertenece a la segunda clase. ¡Es una aberración! Hay cantidad de libros pequeños, de autores desconocidos, que son interesantes, pero son considerados de segunda. ¡No lo son! Edith Warton no es de segunda. Eso son tonterías, ¡es algo propio de machitos! Yo ya no me creo que esto sea una carrera de caballos.






viernes, 17 de enero de 2020

Cada de citas / Zadie Smith / El final de Sobre la belleza







Zadie Smith

EL FINAL DE SOBRE LA BELLEZA


Cuando acabé Sobre la belleza y como una niña escribí FIN al final, me estremeció la sensación de que había escrito justamente el libro que esperaba. Lloré, bebí mucho, bailé en el jardín y me caí. Básicamente, lo disfruté mientras pude. No era tan tonta como para confiar en esa sensación: me sentí igual con el anterior y con el anterior a ése.
Esa sensación dura unas cuatro horas (quizá algo más en el caso de Norman Mailer), y es tan dichosa que es prácticamente trascendental, pero no es real: durante cuatro horas no eres tú, eres un genio, y este libro no es obra tuya, sino que ha caído de los cielos.
Pero el éxtasis no tarda en convertirse en odio, cuaja y se transforma en tolerancia y, unas semanas después, durante la edición, cae en una aburrida resignación. Después de todo, no es un libro caído del cielo. Es un libro escrito por ti, e incluye, en la proporción correcta, los diversos aspectos positivos y negativos de ti, las vicisitudes de tu personalidad, tu ambición, tu voluntad y tu talento.





jueves, 16 de enero de 2020

Casa de citas / Zadie Smith / El misterio de escribir

Zadie Smith




Zadie Smith

EL MISTERIO DE ESCRIBIR


La complejidad es importante. Siempre debería haber algo de misterio en tu trabajo. Me asombra cómo algunos escritores llegan a las presentaciones de sus libros y los sacan de las cajas cual modelos de avión prefabricados. ¡Como si en ellos no hubiera misterios! Encuentro que cuanto más escribes, más te das cuenta del misterio de escribir. Aunque sea algo freudiano o subconsciente, siempre hay algo que no controlas, que simplemente ocurre. Cuantos más autores conoces, más sabes diferenciar al escritor y al que no lo es. Sólo hay que fijarse. Ni siquiera tienes que hablar con ellos para darte cuenta. Salta a la vista. A los de verdad no les gusta mucho entrar en detalle sobre su obra.





Casa de citas / Zadie Smith / Sobre el oficio de escribir


Zadie Smith

Zadie Smith
SOBRE EL OFICIO DE ESCRIBIR


Lo que ha cambiado es que las frases son mejores, más cortas. Tengo más autocontrol. Pero el trabajo es el mismo. Es muy aburrido, por eso es difícil hablar sobre ello. Simplemente hago lo mismo cada día. Si entrevistas a un músico, o un actor, tienen cosas que contar. Yo no tengo historia. Voy a una biblioteca, me siento y escribo y luego vuelvo a casa. Y lo hago una y otra vez durante años. No tengo una idea romántica de lo que hago, para mí es una especie de manipulación con las palabras. Hay autores que crean drama en su vida, pero creo que la escritura pasa a pesar del drama. Las borracheras, los affaires- Nada de eso ayuda a la escritura. Quizá soy una escritora muy domesticada.


Zadie Smith / La clase es un límite de lo que puedes hacer

Zadie Smith / La joven escritora


Zadie Smith



Zadie Smith

LA JOVEN ESCRITORA

La gente habla de esto como si fuera algo inusual. Pero lo que resulta difícil es encontrar a algún escritor inglés que no haya escrito su primera novela a los 20 años. La gente tiene la memoria muy corta… ¡Ocurre casi con cualquier escritor de mi generación, y de la anterior! Ian McEwan fue el que más tardó en escribir su primera novela, ¡y la hizo a los 27! El resto eran muy jóvenes cuando empezaron. Lo mío no es atípico. Casi todos los escritores del mundo comienzan a escribir muy jóvenes. Leen y leen, y un buen día empiezan a escribir. Lo que puede resultar extraño es el éxito que obtengan de público. Pero aun así, la mayoría de escritores ingleses empezó a vivir de lo que creaban desde temprana edad. Lo de escribir me lo tomo muy en serio. El dinero ayuda, pero no hace que el libro sea bueno; las buenas críticas no hacen que un libro sea bueno. Y las ventas tampoco lo convierten en bueno. Está bien toda la atención que le han prestado; pero cuando yo haya muerto, Dientes blancos seguirá siendo el libro que es.





miércoles, 15 de enero de 2020

Triunfo Arciniegas / Diario / Mujeres


Animal nocturno
Bogotá, 2020



Triunfo Arciniegas
MUJERES
Bogotá, 12 de enero de 2020

Dos hombres casi viejos y muy estropeados conversan sobre otro en la Plaza de las Nieves. “Lo tienen jodido las venezolanas”, dice uno, y su siguiente frase es toda una explicación: “Su mujer no le da ni la hora”.