jueves, 27 de diciembre de 2018

miércoles, 26 de diciembre de 2018

lunes, 24 de diciembre de 2018

Casa de citas / Naipaul / El Lazarillo



V.S. Naipaul 
El Lazarillo

Lo adoro, me encanta su lenguaje. En 1555 había un español delicioso, una lengua maravillosa, y eso fue muy educativo para alguien como yo que estaba tratando de aprender a escribir. El lenguaje y el tono es maravilloso, extraordinario, tan lleno de ironías.

Lágrimas de V.S.Naipaul



jueves, 13 de diciembre de 2018

Casa de citas / Margarita Rosa / Reforma tributaria





Margarita Rosa
REFORMA TRIBUTARIA

Reforma tributaria es el ajuste financiero que hace el Estado a sus ciudadanos para que paguen lo que se roban sus funcionarios.




sábado, 8 de diciembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario / Paisaje de pierna




Triunfo Arciniegas
PAISAJE DE PIERNA
Cuatrovientos, 7 de diciembre de 2018


El paisaje de la pierna cambia cada día. El lila y los azules serían el delirio de cualquier acuarelista. Pero la procesión va por dentro. Entiendo que hay clavos y tornillos y que el hueso terminará soldando. La droga ha disminuido. También el dolor y la inflamación. Con tal de aliviarme, tenía el firme propósito de volverme marihuanero, pero no fue necesario. Ya perdí la preciosa oportunidad. Lo reconozco: estoy mal de relaciones. Al parecer, vivo rodeado de intelectuales zanahorios, maldita sea. En el país de la marihuana no levanté un cachito. Veo que la vida pasa y se me están escapando las perdiciones: nunca asalté un banco ni le mordí la oreja a una monja.

A tres semanas del accidente y a dos de la cirugía, así están las cosas.

Muevo la pierna y me baño solo. Antes no podía mover la pierna un solo centímetro sin una mano ajena, en una operación milimétricamente coordinada. Mientras René o Alejandra giraban el pie, me acomodaba sobre el costado izquierdo para aliviar el dolor de la espalda. Ahora voy solo en silla de ruedas al baño y allí me defiendo con un caminador. Con las muletas terminé enredándome y tuve un resbalón algo patético. Tantos resbalones que he tenido en la vida que mejor ni cuento.

La gente que ha padecido una enfermedad grave o un accidente de ciertas dimensiones, sabe con qué facilidad un hombre hecho y derecho se convierte en un bebé grande, en un monstruoso bebé de ochenta kilos, en mi caso, porque se llega al extremo de depender de los demás hasta para los asuntos más elementales y las necesidades más primarias del cuerpo. Al principio ni siquiera se puede orinar sin la ayuda ajena, carajo, mucho menos ducharse o lavarse los dientes. El pisingo es el más maravilloso de los inventos del hombre.

Lo que quiero decir es que la dignidad se pierde y uno se siente absolutamente miserable.

Mi madre, debido precisamente a una cirugía, pasó los últimos catorce años de su vida en silla de ruedas. Su cuerpo se deterioró año tras año, las infecciones aparecieron como perros hambrientos, hasta que no pudo más y se borró de esta tierra de nadie. Dejamos de ver el dulce paisaje que era ella, el más hermoso de los paisajes de este mundo, y nos quedamos balanceándonos en la frágil cuerda de los días y las noches de los desamparados.

Ahora soy mayor que ella. Ahora soy más viejo que mi propia madre.

Conservo la imagen de mi hermano Darío, camino al baño, llevando en brazos a nuestra madre desnuda. Duele. Una bebé envejecida de prisa. Duele más, como un cuchillo bajo las uñas. Aparté la mirada al instante, pero la imagen sigué ahí, por siempre, aferrada como una garrapata, como llaga y mendigo. Como garraputa, diría.

Somos parameros, extremadamente pudorosos. Pertenecemos a los misterios de la niebla. La desnudez entre nosotros es un asunto de la intimidad. Eso de salir al mundo en pelota no se usa en esta familia.

Al día siguiente de la cirugía en la Clínica San José, una enfermera madrugó a bañarme. Desnudarme no fue difícil. Nunca lo ha sido, dirán por ahí las amantes perdidas. Seguía con esa pinche bata de hospital abierta por detrás que deja el culo al aire. Delirio de violadores, imagino. La enfermera me envolvió la pierna en una bolsa plástica y me bañó como si nada. Hablamos de sus hijos. Y de la dificultad de conservar un marido. Un poco más y ahondamos en la carestía de la vida y la malparidez del gobierno.

Horas después pasó a revisarme. Dijo que le enseñara la herida, la pierna fracturada, para renovar los vendajes. "Ya le mostré todo, la pierna es lo menos", le dije. Y soltó la risa.







Casa de citas / Neflix / Los adolescentes






LOS ADOLESCENTES

Los adolescentes suelen suicidarse así. Se rinden fácilmente. No esperan que su mundo mejore.

1983, Temporada 1, Episodio: El enredo
Neflix


jueves, 6 de diciembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario / Con ese man ni a la esquina



Triunfo Arciniegas
CON ESE MAN NI A LA ESQUINA
(Y ya saben a qué man me refiero.)
4 de diciembre de 2018


Si usted cree en la honradez de los políticos o que los bancos "le están poniendo el alma", está jodido. Todo político alegará inocencia y persecución y tratará de envolver a los pinches electores con su verborrea. Ensayará miles de veces un discurso frente al espejo, con las palabras y la pinta escogidas por sus asesores, y luego grabará un video para los pendejos que abundan en este mundo. Dirá que el suyo es un proyecto de millones de ciudadanos, tratando de hacer creer que él es el pueblo mismo, el elegido, y disfrazando su obsesión de poder y sus ganas de hacer lo que se le dé la gana si alguna vez obtiene el cargo al que tanta hambre le tiene. Todo político nos jode tarde o temprano. No sólo piensen en sus propuestas, piensen quién es el tipo que las hace: un egocéntrico, uno que va tras lo suyo sin importarle a quién tenga que traicionar y que se aliará con quien sea si le resulta provechoso, atropellando ética y principios. Un político es ante todo un animal práctico y absolutamente desvergonzado. Y, sobre todo, un político nunca pierde, ni siquiera cuando cae. "El escándalo pasa y la platica queda", dicen estos cínicos. Pierde el pendejo que cree en esta plaga.




miércoles, 5 de diciembre de 2018

Casa de citas / Simón Vélez / Petro no es bobo

Petro según Matador


Simón Vélez
PETRO NO ES BOBO

¿QUÉ SE LE PASÓ POR LA CABEZA CUANDO VIO EL VIDEO DE PETRO LLENANDO LA BOLSA CON FAJOS DE BILLETES?

Quedé muy indignado con Petro. Cuando él era alcalde, Juan Carlos Montes me había comentado sobre la temática del video, pero entonces me negué a verlo. 

¿QUÉ LE DICE MONTES CUANDO LE HABLA DEL VIDEO?

Me dice que Petro lo acaba de “correr” de la Alcaldía y que él le había hecho un video. Le reclamé, le dije que uno no grababa a un amigo así, que eso no se hacía. Me contestó que Petro había sido muy mala persona cuando fueron guerrilleros, y que al amnistiarse y volverse más importante no había apoyado a sus compañeros. Petro debe estar muy berraco con Juan Carlos, pero en el video de Facebook fue muy conciliador, y habla muy bien de él y de mí. Gustavo Petro no es bobo. Incluso pidió perdón y este país lo perdona todo. 

¿ALGÚN ÁNIMO EXTORSIVO DE PARTE DE MONTES?

No. Petro, como le digo, lo “botó” de la oficina donde estaba la máquina tapa huecos. Lo sacaron como a un perro, alegando corrupción, y él no tuvo nada que ver con corrupción ahí. Entonces Montes fue y se le parqueó en el despacho por varios días, con su señora y las hijas, hasta que Petro lo recibió. Y le mostró el video mientras le preguntaba: “¿corrupto yo o corrupto usted?”. 

Simón Vélez / Nunca le di plata a Petro




martes, 4 de diciembre de 2018

Casa de citas / Simón Vélez / Sobre la izquierda


Hugo Chávez

Simón Vélez
SOBRE LA IZQUIERDA


No son democráticos: se quedan en el poder y se vuelven unos dictadores de mierda, apoyados por el ejército y la policía, como pasa en Venezuela.



sábado, 1 de diciembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario / Confuso y alborotado


Foto de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
CONFUSO Y ALBOROTADO

1 de diciembre de 2018

En mi estado actual, inmóvil y atornillado, con tantas drogas para mantener a raya el dolor, la inflamación y las posibles infecciones, tras quince días de cama, confundo las ilusiones con las alucinaciones.

Nada novedoso, por cierto. Se me dan fácil estas confusiones. No me ilusiono, alucino. Como buen Piscis, soy hombre de extremos. O levito o me arrastro. O todo o nada.

En este caso, y atendiendo las recomendaciones médicas, estoy volando, y todos sabemos que la droga ayuda. El pie no debe tocar tierra en sesenta días. Fueron muy precisos. Hay papeles con sello de la clínica que no me dejan mentir. De modo que estaré orbitando alrededor de la Tierra hasta el 24 de enero de 2019. (3019, escribí en un borrador anterior, cifra que me pareció un tanto exagerada.) Y si para tal fecha ya estoy amañado, ni modo, seguiré como un George Clooney hasta la eternidad.

Dicen que las desgracias no vienen solas. Vienen por rachas, como a menudo pasa con la buena suerte, y esto lo saben muy bien los apostadores. Hace tres o cuatro días, madrugué al baño y me caí. El pie bueno resbaló y me fui de culo. Ya pueden imaginar en el piso a este aprendiz en el arte de las muletas, corneado por el dolor y derrotado en el ejercicio de la más humilde de las faenas cotidianas. Me lastimé la espalda, el brazo derecho y la dignidad. La pierna fracturada siguió tal cual, por suerte hubo espacio para que se deslizara con cierta placidez de bailarina del Bolshoi.

Como tuve que dejar Cuatrovientos y venir de urgencia a casa por unos documentos que me solicita el ángel de la guarda bogotano y que solamente yo podía encontrar, me azotó el clima del páramo y ahora estoy resfriado y con tos. René, atento y prudente, condujo la Bronco con su habitual habilidad, mientras hablábamos de las cosas de la vida, y llegamos sanos y salvos, con Alejandra dormida en el puesto de atrás.

Hicimos pausas para acomodar sobre la almohada la pierna de platino y para comprar mandarinas y comer algo en El Diamante, bebimos el paisaje y tuvimos suerte con los trancones ocasionados por los trabajos en la vída: fueron breves. Ni siquiera nos detuvo la policía, tan elemental, tan primitiva, por no decir otra cosa. La Bronco, poderosa y cómoda, todo un monstruo, inspira recelo. Se les antoja vehículo de mafioso. En fin, un buen viaje.

Pero, al parecer, la niebla de Pamplona me extrañaba y me abrazó con intensidad de amante desbocada, me envolvió en sus razones y me arrojó a una noche de duermevela y delirios.


Así las noches, así los días.


viernes, 30 de noviembre de 2018

Casa de citas / James Salter / No hay una vida completa



James Salter
BIOGRAFÍA
NO HAY UNA VIDA COMPLETA


Pero el conocimiento no te protege. La vida desprecia el conocimiento, lo obliga a esperar sentado en la antesala, a esperar fuera. Pasión, energía, mentiras: eso es lo que la vida admira. No obstante, todo es soportable si la humanidad entera observa. Lo demuestran los mártires. Vivimos dentro de la atención ajena. Nos volvemos hacia ella como flores hacia el sol. 

No hay una vida completa. Hay sólo fragmentos. Hemos nacido para no tener nada, para que todo se nos pierda entre los dedos. Y, sin embargo, esta pérdida, este diluvio de encuentros, luchas, sueños... hay que ser irreflexivo, como una tortuga. Hay que ser resuelto, ciego. Pues cualquier cosa que hagamos, incluso que no hagamos, nos impide hacer la cosa opuesta. Los actos demuelen sus alternativas, he aquí la paradoja. La vida, por tanto, consiste en elecciones, cada cual definitiva y de poca trascendencia, como tirar piedras al mar. 

Hemos tenido hijos, pensó; nunca podremos no tener hijos. Hemos sido mesurados, jamás sabremos lo que es despilfarrar nuestra vida.


James Salter, Años luz


jueves, 29 de noviembre de 2018

Casa de citas / James Salter / Saul Bellow


Saul Bellow

James Salter
BIOGRAFÍA
SAUL BELLOW


Creo que fue Turguéniev, o si no uno de los Goncourt, quien dijo que siempre que los hombres cenan juntos, la conversación gira en torno a las mujeres y el amor. En cualquier caso, así era con Saul Bellow, al menos en los años que yo lo conocí, desde finales de los setenta y en la década de los ochenta. En esa época tenía en mente sobre todo a las mujeres, porque su ex esposa, la tercera, le había puesto un pleito pidiendo más dinero, después de que ganara el Premio Nobel y los seiscientos o setecientos mil dólares que traía consigo. El juicio era en Chicago y Bellow temía que hubieran sobornado al juez. No llegué a conocer a su ex mujer, aunque tengo la sensación de haberlo hecho. Ella estaba en manos, por decirlo así, de un fabuloso contador de historias. Bellow estaba en manos del juez y ella en las de Bellow. Pedía que aumentaran su pensión y la ayuda para mantener a su hijo. Estábamos en Aspen, donde el Instituto de Estudios Humanísticos lo había invitado aquel verano; mientras Bellow nadaba estilo rana –había una piscina–enumeraba los motivos por los que sospechaba del juez y por qué era evidente que ella tenía el ojo puesto en el dinero del premio. Más que el ojo.

James Salter
El arte de la ficción
Barcelona, Salamandra, 2018, pp. 84-85



miércoles, 28 de noviembre de 2018

Casa de citas / James Salter / Kerouac





James Salter
BIOGRAFÍA
KEROUAC

Estaba en Pensacola una tarde, ya después de la guerra, caminando por la calle, cuando me detuve a mirar el escaparate de una librería. Había un libro con una cubierta llamativa titulado la ciudad y el campo. El nombre del autor atrajo mi atención: John Kerouac. Conocía a un Jack Kerouac con el que había estudiado en el instituto y que entonces escribía relatos. ¿Sería él?

Entré y busqué el libro. En la solapa había una fotografía. Lo reconocí inmediatamente. Me quedé atónito. Iba un curso por delante del mío en el instituto, al igual que todos sus amigos. Era fornido y atlético, corría muy rápido. Jugaba al fútbol americano. Sabía que se había ido a Columbia a jugar. Leí varias páginas del libro, y lo compré y me lo llevé a casa.



“Esto lo escribió Jack Kerouac”, le dije a mi mujer, enseñándoselo.



A ella no la conocí hasta mucho después del instituto, así que tuve que ponerla en antecedentes. Le expliqué quién era, pero no le expliqué cómo me había sentido al ver su libro: celoso, incluso asqueado de envidia, superado.

Mi mujer no veía con especial simpatía mi interés por la escritura. Tampoco se oponía; le era indiferente. Pero yo, caminando de uniforme por una calle en Pensacola, de pronto me había topado con la imagen de una vida distinta a la que yo vivía.

La ciudad y el campo del título eran Nueva York –donde Kerouac conoció a las figuras fundamentales de su vida, William Burroughs, Allen Ginsberg, Neal Cassady, y también a varias de las mujeres con las que se casó– y Lowell, Massachussets, su pueblo natal. La escritura está marcadamente influida por Thomas Wolfe. Yo había leído a Thomas Wolfe, las tres novelas colosales, sus largas, exuberantes descripciones de lo prosaico y su naturaleza insaciable, su búsqueda de sentido y amor, que a veces acaban en pie yámbico, la señora Jack, Esther Jack, sacada de su propia vida. Fue esa exuberancia lo que Kerouac encontró en él y transformó en una fuerza torrencial para que la elegía sonara a jazz. Leí La ciudad y el campo; me conmovió profundamente el mero hecho de que se hubiera escrito.

Yo nunca había escrito una novela, aunque lo había intentado. Había escrito varios cuentos. En un momento dado escribí uno mucho más largo y se lo enseñé a un buen amigo. Su novia y él lo leyeron y me aconsejaron que lo rompiera. Es una lección de humildad escribir algo sobre ti mismo y verlo ridiculizado. Claro que yo había fingido que no era sobre mí, pero se traslucía en cada página.

No sé de dónde sale el afán de escribir. No creo que sea innato, pero llega pronto. Yo no albergaba un demon, como al parecer le ocurría a Faulkner, o a D. H. Lawrence, pero hay escritores que no están poseídos de ese modo. No creo que fuera el caso de Ford Madox Ford. John Updike no tenía demon. Tampoco Lampedusa. Sea como sea, el genio obra a su antojo. Lo mío era solo un deseo que podría haber durado hasta cierto punto. Entonces apareció en mi camino una figura compasiva. Era un agente que había dirigido mucho tiempo una revista y que me aceptó a pesar de que no hubiera publicado ni pudiera mostrar nada aparte de aquel único intento, pero yo había seguido trabajándolo y le pareció lo bastante bueno para presentarlo.

En mi otra vida, me habían destinado al transporte aéreo. Era aburrido pero eres joven; los nombres de lugares lejanos significan algo para ti. Nadie pensaba que habría una guerra; eso se había acabado, Hablo de 1946, cuatro años antes de que la Guerra de Corea estallara de repente, como una tormenta, casi pareció que de la noche a la mañana. Cuando eso ocurrió, yo estaba en el cuerpo de cazas y ansioso por entrar en combate. Sería ridículo morir en un caza y que no fuera en la guerra. Fue operístico, decir adiós y cargar con el miedo de no volver… sin confesarlo nunca.

En algún momento recibí una nota de mi agente: Harper’s había rechazado el manuscrito, pero, al devolverlo, el editor había dicho: “Si escribe otro libro, nos interesaría verlo”. Así que por fin era escritor. O quizá lo sería al cabo de cinco años. Ése fue el tiempo que transcurrió desde el momento en que volví a empezar hasta que terminé.

La novela que empecé fue Pilotos de caza. Supe desde el principio cuál sería el estilo, pero no la forma. No podía encontrarla, por más vueltas que le daba y a pesar de que prácticamente la veía, es decir, la imaginaba escrita. Hasta que un día la vi clara. Me senté y escribí en la zona en blanco de un mapa el esbozo de la novela en capítulos. Me la aceptaron e incluso me mandaron un contrato para otra.

James Salter
El arte de la ficción






martes, 27 de noviembre de 2018

Joss Stone / The High Road



https://www.youtube.com/watch?v=fRfz1sJEQ1M



Joss Stone

The High Road 
by James Mercer and Brian Burton


We're bound to wait all night
She's bound to run amok.
Invested enough in it anyhow
To each his own

The Garden needs sorting out.
She curls her lips on the bow,
And I don't know if I'm dead or not,
To anyone...

Come on and get the minimum,
Before you open up your eyes.
This army has so many heads,
To analyze...

Come on and get your overdose
Collect it at the borderline,
And they want to get up in your head...

Cause they know and so do I.
The high road is hard to find.
A detour in your new life.
Tell all of your friends goodbye.

The dawn to end all nights,
That's all we hoped it was.
A break from the warfare in your house,
To each his own...

A soldier is bailing out.
He curled his lips on the barrel.
And I don't know if the dead can talk,
To anyone...

Come on and get the minimum.
Before you open up your eyes.
This army has so many hands,
Are you one of us?

Come on and get your overdose.
Collect it at the borderline,
And they want to get up in your head...

Cause they know and so do I.
The high road is hard to find.
A detour in your new life.
Tell all of your friends goodbye.

It's too late to change your mind,
You let loss be your guide.

It's too late to change your mind,
You let loss be your guide.

It's too late to change your mind,
You let loss be your guide.

It's too late to change your mind,
You let loss be your guide.


https://www.youtube.com/watch?v=D4iKbcjt43k

Joss Stone 

"The High Road" 

LIVE Studio Session


https://www.youtube.com/watch?v=zqzSN3PSPjk

Joss Stone

The High Road (AOL Sessions)


Subtitulada + Lyrics On Screen. Studio Version. Noveno track y segundo single (USA) del nuevo álbum "The Soul Sessions Vol.2". Original de la banda americana de Indie Rock, Broken Bells. Fue lanzada como sencillo en diciembre de 2009, e incluida en su álbum homónimo, y único hasta la fecha, de marzo de 2010. Broken Bells es un proyecto liderado por el reconocido productor y compositor Brian Burton, más conocido por su apodo "Danger Mouse", que ha trabajado con Cee Lo Green, Norah Jones, The Black Keys, U2, entre otros, y el vocalista y guitarrista del grupo The Shins, James Mercer.


https://www.youtube.com/watch?v=gWBG1j_flrg

Broken Bells - The High Road



https://www.youtube.com/watch?v=e8hon59n3XQ

Broken Bells 

The High Road (Live on KEXP)


lunes, 26 de noviembre de 2018

Triunfo Arciniegas/ Diario / Pierna de platino



Triunfo Arciniegas
PIERNA DE PLATINO
Cuatrovientos, 26 de noviembre de 2018

Esta cosa monstruosa, este recipiente del dolor, es una pierna de platino. Además de ojo de vidrio y corazón de piedra, soy Pierna de Platino. Su coloración va a cambiar día a día. Los amigos van a preguntar en qué concurso de novela me gané tal premio y les diré que el honor no lo otorgan por un título específico sino por la obra de toda la vida.

La cirugía, según dicen estos amadísimos magos modernos que son los médicos, fue un éxito. Me aseguraron clavos y tornillos, y todo va por dentro, como la procesión. Pero la anestesia me pateó: sudor, temblores, náusea y vómito. Y el susto, por supuesto. Uno se hace el tranquilo, el obediente e incluso demuestra valentía, pero en el fondo  hay unas ganas de salir corriendo y dejarle la pata a quien sea para que tenga la misericordia de arrojarla a la basura.

Fue una larga semana de espera en el hospital San Juan de Dios hasta que al octavo día, y no precisamente por la tutela sino porque las amistades movieron palitos, apareció un poderoso ángel de la guarda en Bogotá y empezaron a moverse las cosas.

¿Qué harán en estos trances otros más desamparados que yo? En la puerta del hospital se quema el cristiano.

Ay, vida mía, qué dolor, ángel sin ojos en laberintos de luz. Se desmorona el corazón de piedra.

Así que me trajeron a Cúcuta en ambulancia la noche del viernes, me examinaron hasta la conciencia y el sábado en la tarde entré a cirugía. Y salí, que es un detalle pendejo pero clave, al menos para mí.

El domingo verificaron que todo estaba bien y me dieron de alta. René fue a recogerme en la  camioneta y prácticamente me escapé, descalzo, en piyama y sin calzoncillos. Le había advertido que condujera despacio, esquivando los numerosos huecos de las calles cucuteñas, pero la boleta de salida se demoró cuatro horas, las cuatro horas más largas de vida, y ya me sentía como uno de esos viejos que las familias dejan en el hospital y jamás regresan a reclamar, por eso mejor le dije a toda mierda, hijo, vámonos antes de que esta gente se arrepienta, y no nos detuvimos hasta llegar a Cuatrovientos.




viernes, 23 de noviembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario / Nueva novela



Triunfo Arciniegas
NUEVA NOVELA
22 de noviembre de 2018

Creánlo o no, estoy con nueva novela, la segunda de mi Trilogía animal. Así, en una pinche y estrecha camilla de urgencias de la sala de traumas, no en una cama de un cuarto más o menos digno. Envié a mi editora Dulce animal de compañía el pasado lunes 19 y hoy 22 ya estoy con Doncella del Señor, porque ya es suficiente vagancia.

Sigo con la pierna quebrada. Seis días después de que me cayera un muro encima, sigo esperando que me remitan al traumatólogo. Tengo el muslo y la pierna inmovilizados con una férula y dependo de alguien hasta para cargar el celular, así que imagen la situación.  Soy la viva demostración de que nuestro sistema de salud es una mierda. Ya saldré de este lío, pero hay gente que dejan morir. Hoy deben fallar la tutela que entablamos. Pero hay pobres cristianos con cáncer que están mendigando un remedio desde hace meses y que van a terminar muertos por la malparidez ajena.

Hay gente enriqueciéndose con el dolor ajeno. Así de desgraciados son algunos. No les alcanzará la vida para gastarse todo lo que se han robado. Así son los políticos, por decir algo, ratas con corbata. De izquierda o derecha, la misma porquería. En el poder o detrás del poder como lobos acezantes o mezclándose con astucia entre las necesidades de la gente, gritando dolores ajenos en las manifestaciones, atribuyéndose milagros, para luego dar el zarpazo.

Pero sólo quería decir que estoy trabajando en otra novela, contra viento y marea, contra muros y desgraciados. Que la vida se gana trabajando y no esperando que un Mesías resuelva nuestras desgracias.

Sólo quería decir que mis días y mis noches pertenecen ahora a una doncella del Señor.