UNA PELÍCULA
Cadena perpetua
de Frank Darabont
Gregorio Belinchón
30 de abril de 2020
William Shakespeare es el más prolífico guionista de la historia del cine… sin haber conocido ni siquiera la electricidad. ¿Y el segundo? Pues probablemente Stephen King, por lo inmenso de su obra y por su cuidado con las imágenes, que elevan rápidamente las posibilidades de su traslación audiovisual. Como King nunca ha tenido reparos en que se adapten sus novelas y sus cuentos, hay películas y series de televisión mejores y peores armadas desde sus palabras. Cadena perpetua pertenece al grupo de las excepcionales… también porque su director, Frank Darabont, le tiene cogido el tranquillo a King: ahí están también La milla verde y La niebla.
En Cadena perpetua (1994) desarrolla la amistad entre dos presos, dos tipos por otra parte con gran nivel de decencia para el mundo que les rodea, una cárcel regida por malos bichos. Andy Dufresne (Tim Robbins) y Ellis Boyd "El Rojo" Redding (Morgan Freeman) charlan durante lustros en el patio, en el interior del edificio… Y mientras hablan asisten al paso del tiempo, construyen una relación imposible en el mundo exterior. De fondo, un sentimiento que encuentra eco hoy en la situación actual: esperanza, que es justo la última palabra que se escucha en inglés en Cadena perpetua. Por cierto, Darabont y King eran amigos desde que en 1984 el primero adaptó en el corto La mujer de la habitación la historia homónima del segundo. De ahí que el escritor le vendiera por tan solo 1.000 dólares los derechos para el cine de Rita Hayworth and the Shawshank Redemption, el título original del libro,… y que además, años más tarde, le devolviera a Darabont el cheque sin cobrar con la nota “por si alguna vez necesitas la fianza”. Solo queda una pregunta en el aire: ¿quién pega el cartel que cubre la entrada al túnel?
Cadena perpetua. Frank Darabont. 1994. Disponible en Movistar +.
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