jueves, 27 de diciembre de 2018

miércoles, 26 de diciembre de 2018

lunes, 24 de diciembre de 2018

Casa de citas / Naipaul / El Lazarillo



V.S. Naipaul 
El Lazarillo

Lo adoro, me encanta su lenguaje. En 1555 había un español delicioso, una lengua maravillosa, y eso fue muy educativo para alguien como yo que estaba tratando de aprender a escribir. El lenguaje y el tono es maravilloso, extraordinario, tan lleno de ironías.

Lágrimas de V.S.Naipaul



jueves, 13 de diciembre de 2018

Casa de citas / Margarita Rosa / Reforma tributaria





Margarita Rosa
REFORMA TRIBUTARIA

Reforma tributaria es el ajuste financiero que hace el Estado a sus ciudadanos para que paguen lo que se roban sus funcionarios.




sábado, 8 de diciembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario / Paisaje de pierna




Triunfo Arciniegas
PAISAJE DE PIERNA
Cuatrovientos, 7 de diciembre de 2018


El paisaje de la pierna cambia cada día. El lila y los azules serían el delirio de cualquier acuarelista. Pero la procesión va por dentro. Entiendo que hay clavos y tornillos y que el hueso terminará soldando. La droga ha disminuido. También el dolor y la inflamación. Con tal de aliviarme, tenía el firme propósito de volverme marihuanero, pero no fue necesario. Ya perdí la preciosa oportunidad. Lo reconozco: estoy mal de relaciones. Al parecer, vivo rodeado de intelectuales zanahorios, maldita sea. En el país de la marihuana no levanté un cachito. Veo que la vida pasa y se me están escapando las perdiciones: nunca asalté un banco ni le mordí la oreja a una monja.

A tres semanas del accidente y a dos de la cirugía, así están las cosas.

Muevo la pierna y me baño solo. Antes no podía mover la pierna un solo centímetro sin una mano ajena, en una operación milimétricamente coordinada. Mientras René o Alejandra giraban el pie, me acomodaba sobre el costado izquierdo para aliviar el dolor de la espalda. Ahora voy solo en silla de ruedas al baño y allí me defiendo con un caminador. Con las muletas terminé enredándome y tuve un resbalón algo patético. Tantos resbalones que he tenido en la vida que mejor ni cuento.

La gente que ha padecido una enfermedad grave o un accidente de ciertas dimensiones, sabe con qué facilidad un hombre hecho y derecho se convierte en un bebé grande, en un monstruoso bebé de ochenta kilos, en mi caso, porque se llega al extremo de depender de los demás hasta para los asuntos más elementales y las necesidades más primarias del cuerpo. Al principio ni siquiera se puede orinar sin la ayuda ajena, carajo, mucho menos ducharse o lavarse los dientes. El pisingo es el más maravilloso de los inventos del hombre.

Lo que quiero decir es que la dignidad se pierde y uno se siente absolutamente miserable.

Mi madre, debido precisamente a una cirugía, pasó los últimos catorce años de su vida en silla de ruedas. Su cuerpo se deterioró año tras año, las infecciones aparecieron como perros hambrientos, hasta que no pudo más y se borró de esta tierra de nadie. Dejamos de ver el dulce paisaje que era ella, el más hermoso de los paisajes de este mundo, y nos quedamos balanceándonos en la frágil cuerda de los días y las noches de los desamparados.

Ahora soy mayor que ella. Ahora soy más viejo que mi propia madre.

Conservo la imagen de mi hermano Darío, camino al baño, llevando en brazos a nuestra madre desnuda. Duele. Una bebé envejecida de prisa. Duele más, como un cuchillo bajo las uñas. Aparté la mirada al instante, pero la imagen sigué ahí, por siempre, aferrada como una garrapata, como llaga y mendigo. Como garraputa, diría.

Somos parameros, extremadamente pudorosos. Pertenecemos a los misterios de la niebla. La desnudez entre nosotros es un asunto de la intimidad. Eso de salir al mundo en pelota no se usa en esta familia.

Al día siguiente de la cirugía en la Clínica San José, una enfermera madrugó a bañarme. Desnudarme no fue difícil. Nunca lo ha sido, dirán por ahí las amantes perdidas. Seguía con esa pinche bata de hospital abierta por detrás que deja el culo al aire. Delirio de violadores, imagino. La enfermera me envolvió la pierna en una bolsa plástica y me bañó como si nada. Hablamos de sus hijos. Y de la dificultad de conservar un marido. Un poco más y ahondamos en la carestía de la vida y la malparidez del gobierno.

Horas después pasó a revisarme. Dijo que le enseñara la herida, la pierna fracturada, para renovar los vendajes. "Ya le mostré todo, la pierna es lo menos", le dije. Y soltó la risa.







Casa de citas / Neflix / Los adolescentes






LOS ADOLESCENTES

Los adolescentes suelen suicidarse así. Se rinden fácilmente. No esperan que su mundo mejore.

1983, Temporada 1, Episodio: El enredo
Neflix


jueves, 6 de diciembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario / Con ese man ni a la esquina



Triunfo Arciniegas
CON ESE MAN NI A LA ESQUINA
(Y ya saben a qué man me refiero.)
4 de diciembre de 2018


Si usted cree en la honradez de los políticos o que los bancos "le están poniendo el alma", está jodido. Todo político alegará inocencia y persecución y tratará de envolver a los pinches electores con su verborrea. Ensayará miles de veces un discurso frente al espejo, con las palabras y la pinta escogidas por sus asesores, y luego grabará un video para los pendejos que abundan en este mundo. Dirá que el suyo es un proyecto de millones de ciudadanos, tratando de hacer creer que él es el pueblo mismo, el elegido, y disfrazando su obsesión de poder y sus ganas de hacer lo que se le dé la gana si alguna vez obtiene el cargo al que tanta hambre le tiene. Todo político nos jode tarde o temprano. No sólo piensen en sus propuestas, piensen quién es el tipo que las hace: un egocéntrico, uno que va tras lo suyo sin importarle a quién tenga que traicionar y que se aliará con quien sea si le resulta provechoso, atropellando ética y principios. Un político es ante todo un animal práctico y absolutamente desvergonzado. Y, sobre todo, un político nunca pierde, ni siquiera cuando cae. "El escándalo pasa y la platica queda", dicen estos cínicos. Pierde el pendejo que cree en esta plaga.




miércoles, 5 de diciembre de 2018

Casa de citas / Simón Vélez / Petro no es bobo

Petro según Matador


Simón Vélez
PETRO NO ES BOBO

¿QUÉ SE LE PASÓ POR LA CABEZA CUANDO VIO EL VIDEO DE PETRO LLENANDO LA BOLSA CON FAJOS DE BILLETES?

Quedé muy indignado con Petro. Cuando él era alcalde, Juan Carlos Montes me había comentado sobre la temática del video, pero entonces me negué a verlo. 

¿QUÉ LE DICE MONTES CUANDO LE HABLA DEL VIDEO?

Me dice que Petro lo acaba de “correr” de la Alcaldía y que él le había hecho un video. Le reclamé, le dije que uno no grababa a un amigo así, que eso no se hacía. Me contestó que Petro había sido muy mala persona cuando fueron guerrilleros, y que al amnistiarse y volverse más importante no había apoyado a sus compañeros. Petro debe estar muy berraco con Juan Carlos, pero en el video de Facebook fue muy conciliador, y habla muy bien de él y de mí. Gustavo Petro no es bobo. Incluso pidió perdón y este país lo perdona todo. 

¿ALGÚN ÁNIMO EXTORSIVO DE PARTE DE MONTES?

No. Petro, como le digo, lo “botó” de la oficina donde estaba la máquina tapa huecos. Lo sacaron como a un perro, alegando corrupción, y él no tuvo nada que ver con corrupción ahí. Entonces Montes fue y se le parqueó en el despacho por varios días, con su señora y las hijas, hasta que Petro lo recibió. Y le mostró el video mientras le preguntaba: “¿corrupto yo o corrupto usted?”. 

Simón Vélez / Nunca le di plata a Petro




martes, 4 de diciembre de 2018

Casa de citas / Simón Vélez / Sobre la izquierda


Hugo Chávez

Simón Vélez
SOBRE LA IZQUIERDA


No son democráticos: se quedan en el poder y se vuelven unos dictadores de mierda, apoyados por el ejército y la policía, como pasa en Venezuela.



sábado, 1 de diciembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario / Confuso y alborotado


Foto de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
CONFUSO Y ALBOROTADO

1 de diciembre de 2018

En mi estado actual, inmóvil y atornillado, con tantas drogas para mantener a raya el dolor, la inflamación y las posibles infecciones, tras quince días de cama, confundo las ilusiones con las alucinaciones.

Nada novedoso, por cierto. Se me dan fácil estas confusiones. No me ilusiono, alucino. Como buen Piscis, soy hombre de extremos. O levito o me arrastro. O todo o nada.

En este caso, y atendiendo las recomendaciones médicas, estoy volando, y todos sabemos que la droga ayuda. El pie no debe tocar tierra en sesenta días. Fueron muy precisos. Hay papeles con sello de la clínica que no me dejan mentir. De modo que estaré orbitando alrededor de la Tierra hasta el 24 de enero de 2019. (3019, escribí en un borrador anterior, cifra que me pareció un tanto exagerada.) Y si para tal fecha ya estoy amañado, ni modo, seguiré como un George Clooney hasta la eternidad.

Dicen que las desgracias no vienen solas. Vienen por rachas, como a menudo pasa con la buena suerte, y esto lo saben muy bien los apostadores. Hace tres o cuatro días, madrugué al baño y me caí. El pie bueno resbaló y me fui de culo. Ya pueden imaginar en el piso a este aprendiz en el arte de las muletas, corneado por el dolor y derrotado en el ejercicio de la más humilde de las faenas cotidianas. Me lastimé la espalda, el brazo derecho y la dignidad. La pierna fracturada siguió tal cual, por suerte hubo espacio para que se deslizara con cierta placidez de bailarina del Bolshoi.

Como tuve que dejar Cuatrovientos y venir de urgencia a casa por unos documentos que me solicita el ángel de la guarda bogotano y que solamente yo podía encontrar, me azotó el clima del páramo y ahora estoy resfriado y con tos. René, atento y prudente, condujo la Bronco con su habitual habilidad, mientras hablábamos de las cosas de la vida, y llegamos sanos y salvos, con Alejandra dormida en el puesto de atrás.

Hicimos pausas para acomodar sobre la almohada la pierna de platino y para comprar mandarinas y comer algo en El Diamante, bebimos el paisaje y tuvimos suerte con los trancones ocasionados por los trabajos en la vída: fueron breves. Ni siquiera nos detuvo la policía, tan elemental, tan primitiva, por no decir otra cosa. La Bronco, poderosa y cómoda, todo un monstruo, inspira recelo. Se les antoja vehículo de mafioso. En fin, un buen viaje.

Pero, al parecer, la niebla de Pamplona me extrañaba y me abrazó con intensidad de amante desbocada, me envolvió en sus razones y me arrojó a una noche de duermevela y delirios.


Así las noches, así los días.