Gene Wolfe
UN AMOR SEDIENTO
He dicho que no puedo explicar el deseo que despertaba en mí, y es cierto. La amaba con un amor sediento y desesperado. Sentía que los dos podríamos cometer un acto tan atroz, que el mundo, al vernos, lo encontraría irresistible.
La sombra del torturador, capítulo XVII
No hay comentarios:
Publicar un comentario