martes, 30 de enero de 2024

Triunfo Arciniegas / Diario / Un Cristo demasiado hermoso


Cristo según Salustiano García 


Triunfo Arciniegas

UN CRISTO DEMASIADO HERMOSO

29 de enero de 2024


Una polvareda ha levantado el cartel de la Semana Santa de Sevilla 2024. Dicen los detractores que el Cristo no representa ni la fe ni los valores ni el fervor religioso y, desde luego, solicitan que sea retirado.

Nadie discute la calidad del trabajo, pues al fin y al cabo su autor, Salustiano García, es un pintor reconocido a nivel mundial, con obras en museos y colecciones privadas de Alemania, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, entre otros países, sino la “feminización” del Cristo.

Malpensado y perverso, imagino que las señoras escurren la baba de tanta devoción mientras las monjas reconocen en el fondo del corazón que un hombre tan apuesto es el esposo que se merecen. Un Cristo sin heridas, sobre el fondo rojo tan característico de las obras del pintor sevillano y que en este caso parece recién inventado. Tal es la armonía.

Sorprendido por el escándalo, Salustiano García alega que ha hecho una obra “amable, elegante y bella” y que para ver sexualidad en su Cristo hay que estar enfermo.

“Cuando me pidieron crear el cartel de Semana Santa, estuve tentado de representar a Jesucristo yacente, pero esa idea la deseché pronto”, dice el pintor, quien tomó como modelo a su propio hijo Horacio, de 27 años. “Caí en la cuenta de que mi trabajo siempre se había posicionado del lado más sereno e iluminado de la vida y de las cosas".

El Cristo de Salustiano García, una celebración.


Casa de citas / Gabriel Zaid / Y para qué leer

 

Ilustración de Jan Tada


Gabriel Zaid

Y PARA QUÉ LEER


“¿Y para qué leer? ¿Y para qué escribir? Después de leer cien, mil, diez mil libros en la vida, ¿qué se ha leído? Nada. Decir: yo sólo sé que no he leído nada, después de leer miles de libros, no es un acto de fingida modestia: es rigurosamente exacto, hasta la primera decimal de cero por ciento. Pero ¿no es quizá eso, exactamente, socráticamente, lo que los muchos libros
deberían enseñarnos? Ser ignorantes a sabiendas, con plena aceptación. Dejar de ser ignorantes, para llegar a ser ignorantes inteligentes. […] Quizá, por eso, la medida de la lectura no debe ser el número de libros leídos, sino el estado en que nos dejan. ¿Qué demonios importa si uno es culto, está al día o ha leído todos los libros? Lo que importa es cómo se anda, cómo se ve, cómo se actúa, después de leer. Si la calle y las nubes y la existencia de los otros tienen algo que decirnos. Si leer nos hace, físicamente, más reales.”




lunes, 29 de enero de 2024

Casa de citas / Hilary Jordan / Florecimiento

 

Hilary Jordan

MUDBOUND


Laura

El algodón floreció a finales de mayo. Fue algo mágico, como estar rodeada de miles de pequeñas hadas brillando a la luz del sol. Unos días tarde las flores adquirieron un tono rosáceo y después cayeron, revelando unas cápsulas verdes no más grandes que la punta de mi dedo. Madurarían durante el verano y abrirían en el en agosto. Mis mareos matutinos habían comenzado a principios de mayo, así que supongo que llevaba dos meses embarazada.





Hilary Jordan / Mudbound

 


Hilary Jordan
MUDBOUND

"Mientras los McAllan se ponen a prueba en todos los sentidos, dos célebres soldados de la Segunda Guerra Mundial regresan a casa para ayudar a trabajar en la granja. Jamie McAllan es todo lo que su hermano mayor Henry no es: encantador, guapo y sensible a la difícil situación de Laura, esposa de Henry, pero también atormentado por sus recuerdos del combate. Ronsel Jackson, el hijo mayor de los aparceros negros que viven en la granja de los McAllan, vuelve a casa de luchar contra los nazis con el brillo de un héroe de guerra, sólo para enfrentarse a batallas mucho más personales -y peligrosas- contra la intolerancia arraigada de sus propios compatriotas. Es la improbable amistad de estos dos hermanos de armas, Jamie y Ronsel, y las pasiones que despiertan en los demás, lo que impulsa esta novela de debut. Mudbound revela cómo todo el mundo se convierte en protagonista de una tragedia a gran escala, incluso cuando luchan por el amor y el honor" 

BOOK JACKET

domingo, 28 de enero de 2024

Tatiana Tîbulac / El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes 2

 




Tatiana Tîbuleac

EL VERANO EN QUE MI MADRE TUVO LOS OJOS VERDES

 2

Además de sus otros defectos, mi madre estaba siempre deslumbrantemente blanca, como si antes de acostarse se quitara la piel y la dejara toda la noche en una bañera llena de nata. Su piel no tenía arrugas ni lunares. No tenía olor, ni vello ni otras señales corrientes. A veces me preguntaba si no sería un trozo de masa resucitada.

Bajo los sobacos de mi madre nacían dos pechos como dos balones de rugby, orientados en direcciones distintas y, en la cabeza, un cabello de muñeca que llevaba siempre trenzado en forma de cola de sirena. Su cola de sirena me volvía loco; sin embargo, era el tema de conversación favorito de los chicos de la escuela.

«Sirena en celo», le decían todos y se meaban de risa cuando venía a buscarme para llevarme a casa. Mi padre la llamaba «vaca imbécil». La nueva mujer de mi padre, «kielbasa», salchicha, en polaco. Y solo yo estaba obligado a llamarla «mamá».

Hasta el día de hoy, cuando soy casi tan viejo como ella aquel verano, no he conocido nunca a una mujer peor vestida. Ni siquiera aquellos dos años en que, justo después del accidente, viví junto a una fábrica procesadora de pescado en el norte de Francia. Imaginad a más de cien mujeres feas que se visten cada día para matar cangrejos, gambas, langostinos y otras porquerías. Mi madre se vestía aún peor. Era aún más fea. Tenía unos pantalones, unas blusas y una ropa interior más horribles que toda la fábrica, las empleadas y los crustáceos de mierda juntos.

De haber podido, la habría cambiado en dos segundos por cualquier otra madre del mundo. Incluso por una borracha, incluso por una que me zurrara todos los días. Las borracheras y las palizas las habría soportado yo solo, mientras que su fealdad y su cola de sirena estaban a la vista de cualquiera. Las veían mis compañeros, las veían los profesores y la gente del barrio. Lo peor, sin embargo, era que las veía Jude.

Algunas tardes, cuando volvía a casa después de clase —yo sin decir ni pío en todo el camino y ella diciendo ton- terías sin parar—, no la podía soportar. Me daban ganas de meterla en la lavadora y poner en marcha el programa de escaldar sábanas. Encerrarla en el congelador y sacarla hecha migas. Irradiarla. En aquellos momentos, cuando tenía en la cabeza las caras de mis compañeros deformadas por la risa y a Jude lánguida, degustando sus chistes guarros, quería que mi madre estuviera muerta.

Sabía que todos se reían de mí. Que los chicos escupían cuando yo pasaba a su lado, que Jude me despreciaba. Que era un don nadie y que tendría mucho más sentido que me ahogara o que me ahorcara de una puta vez, o que me pegara un tiro, o cualquier otra cosa. Porque cualquier otra cosa sería mejor que lo que yo era: el producto asqueroso de una piel blanca.


Tatiana Tîbulac

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes

Impedimenta, Madrid, 2020



Casa de citas / Tatiana Tibuleac / El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes l

 




Tatiana Tubuleac

EL VERANO EN QUE MI MADRE TUVO LLS OJOS VERDES


1

Aquella mañana en que la odiaba más que nunca, mi madre cumplió treinta y nueve años. Era bajita y gorda, tonta y fea. Era la madre más inútil que haya existido jamás. Yo la miraba desde la ventana mientras ella esperaba junto a la puerta de la escuela como una pordiosera. La habría matado con medio pensamiento. Junto a mí, silenciosos y asustados, desfilaban los padres. Un triste hatajo de perlas falsas y corbatas baratas, venido a recoger a sus hijos defectuosos, escondidos de los ojos de la gente. Al menos ellos se habían tomado la molestia de subir. A mi madre yo le im- portaba un pimiento, al igual que el hecho de que hubiera conseguido terminar unos estudios.

Dejé que sufriera casi una hora; observé que al principio se mostraba irritada, caminaba arriba y abajo a lo largo de la valla, luego se quedó inmóvil, a punto de echarse a llorar, como alguien con quien se hubiera cometido una injusticia.

Tampoco entonces bajé. Pegué la cara al cristal y permanecí así, contemplándola, hasta que salieron todos los chicos: incluso Mars, con su silla de ruedas, incluso los huérfanos, a los que tras la puerta esperaban las drogas y los hospicios.

Jim, mi mejor amigo, me saludó con la mano y gritó que no me suicidara en verano. Estaba con sus padres, que lo habrían vendido por sus órganos en un abrir y cerrar de ojos si no les hubieran importado los comentarios de la gente. La madre de Jim, guapa y nacarada, lanzó una larga carcajada con la barbilla levantada y el pelo arregla- do en tres capas. Rieron también nuestra tutora psicótica y el profe de Matemáticas, y la directora... La única persona normal de la escuela. De hecho, nos echamos a reír todos, porque había sido un chiste muy bueno. No era necesario fingir cuando estábamos solo nosotros.

Además, el último día de clase los profesores se habrían reído de cualquier cosa con tal de vernos marchar. Si no para siempre, sí al menos para el verano; entretanto, la mitad de ellos intentaría encontrar otro trabajo. Algunos lo conseguían y se les perdía la pista. Otros, sin embargo, menos afortunados, se veían obligados a regresar cada otoño con los mismos alumnos diabólicos a los que detestaban y temían. Despegué la cara de la ventana como una pegatina desgastada. Era, por fin, libre, pero mi futuro tenía algo de la solemnidad de un cementerio engalanado.

Empecé a descender lentamente las escaleras. En el segundo piso, junto al despacho de la psiquiatra, me detuve y garrapateé con las llaves, en la pared, «Puta». Si me hubiera visto alguien, le habría dicho que era mi agradecimiento por todos aquellos años de terapia. Pero los pasillos estaban desiertos, como después de un terremoto. En nuestra escuela no aguantaban ni las infecciones.

En la planta baja, como una mierda de perro, estaba Kalo —mi segundo mejor amigo—, que fumaba un cigarrillo a la espera de una tía lejana que tenía que llevárselo a su casa una semana. La madre de Kalo se había ido a España para dar masajes a un oligarca ruso —esta era su versión, por supuesto—. Salvo Kalo, todos sabían a qué se dedicaba su madre, pero se lo callaban porque era un chaval majo. Y lo era. Retrasado, pero majo.

Le pregunté si sabía qué iba a hacer después de estar con su tía y antes de que nos fuéramos a Ámsterdam, pero me dijo que no iba a hacer nada. Como todos nosotros, por otra parte. Las nonadas no iban a hacer nada. Durante los años que pasé en esa escuela, no escuché a ningún compañero presumir de unas vacaciones, como si, además de estar locos, fuéramos también unos leprosos. Ya teníamos suficiente con que nos dejaran pasar los veranos sin correa ni bozal. ¿Para qué íbamos a gastar en unas vacaciones? Sentí asco de Kalo, de Jim, de mí mismo. Éramos unos despojos humanos —pólipos y quistes, y encima extirpados—, pero teníamos las pretensiones de unos riñones y un corazón. Siempre me ha gustado la anatomía. Me viene, seguramente, de mi madre, que tendría que haber sido profesora de Biología, pero se quedó en vendedora de rosquillas. De mi padre no tengo nada.

Me quedé con él y fumamos juntos un cigarrillo porque vi que estaba triste y que esquivaba mi mirada; luego me acordé de su hermana mayor, casada en Irlanda con un granjero. Le pregunté por qué no pasaba con ella una semana en lugar de con la vieja. Kalo me respondió como a un idiota: la pasaría, claro que la pasaría, le había enviado ya una limusina, porque su hermana se moría de ganas de cuidar de ese «desquiciado» durante todo el verano. Cuando me despedí, le solté un capirotazo y le dije que nos veríamos dentro de dos semanas en la estación y que no se gastara todo el dinero. Kalo respondió simplemente que allí estaría.

En cuanto me vio, mi madre empezó a gritar que me diera prisa, que no había pagado el aparcamiento. Encendí otro cigarrillo y subí al coche fumando. «Has vuelto a fumar hierba, has vuelto a fumar hierba», la oí hablando sola. Abrí la ventanilla y lancé un escupitajo hacia la puerta. La escuela empezó a menguar a nuestras espaldas junto con los siete años que había perdido allí a lo tonto, como en un juego de azar. No había cambiado nada. Mika seguía muerta, y yo todavía quería pegar a la gente.

Tatuaba Tibuleac
El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes
Impedimenta, Madrid, 2020




sábado, 27 de enero de 2024

Casa de citas / Gabriel Zaid /



Gabriel Zaid
UN FRAUDE 
A LAS VISITAS

"El arte del elogio es difícil, inadaptado a la velocidad y magnitud que la moderna producción de elogios requiere."

 ***

"¿Cómo leer poesía? No hay receta posible. Cada lector es un mundo, cada lectura diferente."

*** 

"No aceptamos lo dado, de ahí la fantasía."

*** 

"El problema del libro no está en los millones de pobres que apenas sabe leer y escribir, sino en los millones de universitarios que no quieren leer, sino escribir."

***

"Hay frases que llaman la atención sobre sí mismas, distraen del tema sobre el cual se hablaba y sorprenden incluso al que las dijo, como una revelación, por lo que dicen y lo bien que lo dicen."

*** 

"Un libro no leído es un proyecto no cumplido. Tener a la vista libros no leídos es como girar cheques sin fondos: un fraude a las visitas."

***

“La curiosidad ha sido fundamental para el desarrollo de la humanidad. ¿En qué momento empezamos a considerarla malsana?"

***

"La literatura oral no desapareció con la escritura, ni va a desaparecer. Circula despreocupadamente, sin firma ni control." 

***

“Dejar el campo, irse a la ciudad, hacer carrera universitaria, tener coche, y prosperar hasta lograr tener una casa de campo…”



viernes, 26 de enero de 2024

Casa de citas / James Baldwin / El talento

 

Ilustración de Dane Shue

James Baldwin 

EL TALENTO


«El talento es insignificante. Conozco muchas ruinas talentosas. Más allá del talento están todas las palabras usuales: disciplina, amor, suerte, pero, sobre todo, persistencia».


jueves, 25 de enero de 2024

Un libro / Alasdair Gray / Pobres criaturas

 


Alasdair Gray
POBRES CRIATURAS

Pobres criaturas’, novela que transforma en púas la sexualidad femenina victoriana. Glasgow bien vale una misa – Federico Lidia

Visionario, barroco y escandaloso – The Independent

Ingenioso y deliciosamente bien escrito – The New York Times

El mejor escritor escocés desde Sir Walter Scott – Anthony Burgess”


Casa de citas / Roberto Fontanarrisa / Estamos distraidos

 


Ilustración de Quentin Blake

Roberto Fontanarrosa
ESTAMOS DISTRAÍDOS


Mi amiga Colette solía decir, y hace ya mucho tiempo, 'Estamos entrando en la edad del nunca me había pasado'...

Y es así. 

Decimos: 'Es curioso. Nunca me había pasado, me agaché a recoger un tenedor y se me trabaron cuatro vértebras de la columna.

Escuchamos: 'Es notable. Nunca me había pasado. Mordí un caramelo de limón y un premolar se me partió en ocho pedazos.

Es que, así como se habla de un Primer Mundo y de un Tercero sin que nadie conozca a ciencia cierta cual es el Segundo, nosotros hemos pasado de la Primera Edad a la Tercera sin recalar por la Segunda y el cuerpo acusa recibo de tal apresuramiento.

El tiempo mismo, incluso, ha tomado una consistencia gelatinosa, plástica, mutante.

Calculamos: - 'Cuánto hace que se mudó Ricardo a su nueva casa?'.

Y arriesgamos: - 'Tres, cuatro años'. Hasta que alguien, conocedor, nos saca de la duda: 'Catorce'.

Suponemos ante el amigo encontrado ocasionalmente en la calle: -'Tu pibe debe andar por los seis, siete años'.

- 'Tiene diecinueve - nos contesta el amigo

- Vení Tacho!'. Y nos presenta a una bestia de un metro ochenta, pelo verde, un clavo miguelito clavado en la ceja y un cardumen de granos sulfurosos en la mejilla.

Se corrobora entonces aquello que, dicen, decía John Lennon: 'El tiempo es algo que pasa mientras nosotros estamos distraídos haciendo otra cosa'. Y suerte que estamos distraídos haciendo otra cosa. Mucho peor es aburrirse.

Es dulce rememorar ciertos momentos, pero más me entusiasma pensar en las cosas que tengo para hacer. Es que muchos de esos ciertos momentos son muy viejos.

Y por lo tanto vale recordar el consejo dado por Javier Villafañe cuando alguien le preguntó cómo hacía para conservarse tan joven pasados los ochenta años. - 'No me junto con viejos', respondió el maestro.

Yo quiero agregar lo que un día dijo Jean Louis Barrault, famoso mimo francés: 'La edad madura es aquella en la que todavía se es joven, pero con mucho más esfuerzo'. 


Triunfo Arciniegas / Diario / Premios nacionales

 




Triunfo Arciniegas
PREMIOS NACIONALES
25 de febrero de 2024


Perdonen que lo diga con tanta crudeza: la tediosa, larga y enredada inscripción de los proyectos en el programa de los estímulos o premios nacionales es una mierda. ¿A qué genio se le ocurrió el “deslumbramiento”? ¿Tan miserable es su vida que nos tiene que joder a todos los que pretendemos participar? Es más fácil escribir el libro que inscribirlo.

Llevo más de tres días en el proceso y hay preguntas que todavía no entiendo. René viajó desde ayer para auxiliarme y desperdiciamos el bendito domingo porque aún no coronamos.

De verdad hay expresiones que no sé qué putas significan. Supongo que hacen parte de la jerga intelectual bogotana. Supongo, no aseguro. No me atrevo a ofender a los señores. 

Dicen que no hay que llenar una casilla, pero si no se hace los dioses no permiten continuar con la exasperante tarea. Dicen, por ejemplo, que si soy el autor del libro presentado no debo diligenciar una autorización, y es lógico, cómo me autorizo a mí mismo. Pero no, hay que llenar la casilla, y entonces termino autorizándome. Ojalá mañana no se me olvide autorizarme a desayunar. Imprimo, firmo, escaneo y envío. Y luego desayuno.

Es solo un ejemplo. Uno de tantos. ¿Para qué hablar de las veces en que uno resulta fuera del ruedo y con todo borrado? ¿Para qué decir que obligan al participante a diligenciar algo que se llama “Soy cultura”? Y ahí lo único que no preguntan es de qué mal se va a morir uno. ¿Qué importa si soy blanco, negro o verde? ¿Influirá en la calidad de mi escritura? ¿Palenquero o gitano? ¿Paletero o naranjero? ¿Defensa derecho o delantero izquierdo? ¿Por qué quieren saber si soy transgénero o binario o no sé qué otra cosa? Tuve que acudir a “la llamada a un amigo”, para que me explicara algunos retorcimientos y estiramientos sexuales. ¿Qué genero tenía al nacer? Jamás me habían preguntado esa pendejada. Al nacer, no sé, no me acuerdo de ese día. ¿Qué deficiencias tengo? ¿Estoy loco o sólo soy maniaco depresivo? ¿Cojeo o cojo mal? ¿O soy un mal cojo? Perdón, se me olvidaba que ahora no se pueden llamar las cosas por su nombre. Debería decir “hombre con desplazamiento especial”. ¿Dije hombre? Hay que ser incluyente. Los demás también cogen y cojean. En fin, divago. ¿La luz me quema? ¿De verdad sólo salgo de noche? ¿O sólo salgo solo? Y que cuánto gano al mes. ¿Cómo para qué? Y más cosas así. ¿No les gustaría saber cuántas veces respiro al día, qué tan oscuros son mis pensamientos o qué tan lastimada tengo el alma? Qué triste es la tarea de confesarse con el Estado.

La plata finalmente no será para quienes tengan el mejor proyecto sino para quienes logren culminar el proceso. Imagino los errores que encontrarán los virtuosos jurados que revisen las inscripciones, pero no la cantidad de personas que no podrán cumplir con el berenjenal y perderán la posibilidad de ganarse unos pesitos que tanta falta hacen en estos tiempos aciagos.


25 de febrero de 2024



miércoles, 24 de enero de 2024

Un libro / Maggie O’Farrell / El retrato de casada

 


Maggie O’Farrell

EL RETRATO DE CASADA


El matrimonio era su destino. Ahora tendrá que sobrevivir a él. La esperadísima nueva novela de Maggie O’Farrell tras el gran éxito internacional de Hamnet.

Florencia, mediados del siglo XVI. Lucrezia, tercera hija del gran duque Cosimo de’ Medici, es una niña callada y perspicaz, con un singular talento para el dibujo, que disfruta de su discreto y tranquilo lugar en el palazzo. Pero cuando muere su hermana Maria, justo antes de casarse con Alfonso d’Este, primogénito del duque de Ferrara, Lucrezia se convierte inesperadamente en el centro de atención: el duque se apresura a pedir su mano, y su padre a aceptarla. Poco después, con solo quince años, se traslada a la corte de Ferrara, donde es recibida con recelo. Su marido, doce años mayor, es un enigma: ¿es en realidad el hombre sensible y comprensivo que le pareció al principio o un déspota implacable al que todos temen? Lo único que está claro es lo que se espera de ella: que proporcione cuanto antes un heredero que asegure la continuidad del título. 

Con la misma belleza y emoción con las que nos cautivó en Hamnet, Maggie O’Farrell vuelve a demostrar su inigualable talento para adentrarse en los recovecos del pasado en El retrato de casada, una novela que reinterpreta desde la ficción un capítulo de la Italia renacentista y narra la lucha contra el destino de una joven asombrosa. 

«O’Farrell es simplemente excepcional (...) Delicadamente escrita y llena de imágenes vívidas.» The Guardian 

«Ingeniosa, imaginativa, humana, irónica, verdadera... todavía mejor que su última novela.» Scotsman 

«Esta cautivadora historia sobre el poder, la política y la lucha de una mujer por su supervivencia es otra obra maestra de la autora.» The Globe and Mail

«Lo que hace tan interesantes sus novelas es su apuesta por cambiar siempre de ángulo o decidirse por el más inesperado, su estilo lírico y delicado aunque directo y estremecedor, su atención al detalle producto de una investigación profunda que, sin embargo, llega con gran naturalidad a la página.» Mariana Enriquez

«Lo más notable de Maggie O’Farrell no es el amenazante, claustrofóbico, estético fondo histórico que sirve de base a 'El retrato de casada', sino lo que Marguerite Yourcenar llama el tono de una ficción histórica.» Lourdes Ventura (El Cultural)

«Si para algo tiene destreza Maggie O'Farrell es para trazar personajes femeninos, para dotarlos de vida.» Lara Hermoso (Efecto Doppler - RNE)

«O’Farrell es una gran contadora de historias.» Mey Zamora.

«Vuelve a sobresalir O’Farrell en el estilo delicado, en el ritmo, en la construcción de ambientes.» Adolfo Torrecilla.

«Es la calidad narrativa de O'Farrell, su brillante capacidad para la introspección psicológica y su plástica recreación del pasado, la que engancha al lector.» Andrés Seoane (El Mundo)

«O’Farrell lleva a la superficie lo que permanece invisible y escondido.» Karina Sainz Borgo (ABC)

«Maggie O’Farrell ha encontrado una voz narrativa novedosa que le permite descender hasta los recodos más apartados del intimismo.» Javier Ors (La Razón)

«O’Farrell recrea con maestría la explosión del Renacimiento (...). Retrata con empatía la soledad y desesperación de una adolescente culta y brillante, enviada lejos de casa como moneda de cambio, aterrorizada en su noche de bodas (...) y asfixiada por las intrigas de una salvaje encrucijada político-doméstica. Lo que hoy llamaríamos un gaslighting de manual.» Leticia Blanco (El Periódico)

«Como ya hiciera en la aclamadísima 'Hamnet', O’Farrell despliega en 'El retrato de casada' un lienzo descriptivo de colores impensados.» María Paredes (The Objective)

«No hay página en la que O'Farrell no te deje deslumbrado. Una literatura tan eficaz, tan visual y tan poética. Jesús Marchamalo» (Culturas 2 - TVE)

«O’Farrell, que es capaz de llevar al lector con la máxima eficacia a las habitaciones y las cocinas de un ‘palazzo’ del siglo XVI.» Pablo Martínez Zarracina (El Correo)

«Maggie O’Farrell se sumerge en la vida de Lucrecia de Médici en El retrato de casada, novela sobre la indefensión de una niña, con la misma solvencia que usó en Hamnet.» Berna G. Harbour (Babelia / El País)

«Sumirse en la lectura de 'El retrato de casada' es dejarse caer en un feliz abandono, pues su prosa, cuajada de imbricados detalles, suma en cada página belleza y calidad.» Raquel Jiménez (Zenda)

«En 'El retrato de casada' todo fluye en medio de un suspense lujosamente imaginado; O’Farrell es generosa en imágenes, y su prosa rezuma cierto perfume embriagador. (...) Ninguna sensación o efecto luminoso queda sin reflejar. O’Farrell escribe en un cercano tercer tiempo presente y el lector, por momentos, llega a la conclusión de que esta autora irlandesa de ficción no ha recibido todavía los adjetivos que se merece: ingeniosa, inventiva e irónica. Incluso veraz.» Luis M. Alonso (La Nueva España)

«Una novela que, como ocurre con todas las de O’Farrell, se lee de un tirón. Engancha y seduce. (...) Y, otra vez, como ha ocurrido con sus otras novelas, crea a un personaje enorme.» Paula Corroto, El Confidencial

BOOKS GOOGLE




Personajes / Nativos

 



Nativos del pueblo Emberá Katío.

Dabeiba, años 70






Un personaje / Antoine Cheval

 


UN PERSONAJE
Antoine Cheval

La verdad, qué vergüenza con los extraterrestres cuando se enteren del grado de idiotez al que hemos llegado.

Antoine Cheval, un francés, se casó con sí mismo después de muchas relaciones fallidas y rechazos de propuestas de amor.


Casa de citas / Oliver Stone / Barbie y otras ridiculeces

 


Oliver Stone

BARBIE Y OTRAS RIDICULECES


'Barbie' es una película ridícula. Ryan Gosling está perdiendo el tiempo si trabaja en esa mierda por dinero, tendría que hacer películas más serias, no debería formar parte de esta infantilización de Hollywood. Ahora todo es fantasía, fantasía y fantasía, incluyendo las películas de guerra: más fantasía y fantasía. Incluso las películas de 'Fast & Furious' que solían gustarme, se han convertido en Marvel, quiero decir, ¿cuántos coches chocando puedes ver?... A mayores, en el avión vi 'John Wick 4', que dura tres horas y pico, y me quedé dormido unas 778 veces, me despertaba una y otra vez y tenía que enfrentarme al tipo matando a más y más gente. Es como si el mundo hubiera degenerado en la no-lógica.


martes, 23 de enero de 2024

Un libro / Benjamín Labatut / Maniac

 




Joric

21 de enero de 2024

Benjamín Labatut, quien ya mostró en su anterior ‘Un verdor terrible’ (Anagrama, 2020) una extraordinaria habilidad para imbricar la ficción con el ensayo biográfico y la divulgación histórica, teje en ‘MANIAC’ (Anagrama) el hilo invisible que conecta la vida de tres genios muy diferentes: el angustiado físico austríaco Paul Ehrenfest, quien mató a su hijo discapacitado y se suicidó tras el ascenso del nazismo y la irrupción en la física teórica de la “fuerza bruta de la artillería matemática”; John von Neumann, el Oppenheimer de las matemáticas, la encarnación de los temores de Ehrenfest sobre el inmenso poder destructivo de los delirios de la razón; y Lee Sedol, el gran maestro del juego de mesa Go, quien decidió retirarse tras perder contra el programa de inteligencia artificial AlphaGo, creado por un estudioso de las teorías de Neumann. Tres nombres propios que le sirven al autor para construir una magistral ficción histórica llena de sugestivas reflexiones sobre los límites del pensamiento y los dilemas éticos de la tecnología.

JNSP

Un libro / Hernán Díaz / Fortuna

 



Hernán Díaz
Fortuna



Joric
21 de enero de 2024


Ha encabezado casi todas las listas de lo mejor de 2023. Y no es para menos. Hernán Díaz ha confirmado las expectativas que había creado con su debut, el (neo)western ‘A lo lejos’ (Impedimenta, 2020). Su nueva novela, galardonada con el Premio Pulitzer, es un impresionante rascacielos metaliterario levantado por medio de un exuberante dispositivo narrativo que combina varias voces y estilos. El libro se compone de cuatro partes articuladas por medio de una serie de deslumbrantes piruetas narrativas que añaden más y más capas de significado al relato original. El resultado de esta superposición de relatos es un fascinante puzle literario armado a través de una prosa cautivadora, desbordante de ideas, riqueza formal y sorprendentes giros dramáticos. ‘Fortuna’ (Anagrama) es una exploración de las entrañas del capitalismo, del funcionamiento del mundo de las finanzas del que dependemos todos. Pero también un viaje estilístico de la novela de finales del siglo XIX hacia la modernista, de Edith Wharton a Virginia Woolf. Novelón. 


JNAP


lunes, 22 de enero de 2024

Un libro / Easton Ellis / Los destrozos

 




Bret Easton Ellis
LOS DESTROZOS


Joric

21 de enero de 2024


‘Los destrozos’ (Random House) ha sido un sorpresón. Easton Ellis parecía un autor del “pasado”, un señor cascarrabias de la generación X (un poco como Chuck Palahniuk) a quien el cambio de siglo y de los tiempos no había sentado demasiado bien. Pero no, la novela es magnífica. Articulada por medio de un gran flashback, la historia está narrada a través de un magnético monólogo interior, una primera persona (poco fiable) que relata su progresiva bajada a los infiernos. Un doloroso y paranoico viaje con perturbador misterio al fondo (la trama noir es la que “tira” de la novela, la que hace que pasemos páginas como si estuviéramos leyendo al Stephen King de los 80), impulsado por la represión emocional (homosexual), la soledad familiar, el tedio existencial y la angustia vital. Un camino de iniciación que es también un homenaje de Ellis, a la manera de Tarantino en ‘Érase una vez en… Hollywood’ (2019), a la ciudad de Los Angeles de su juventud

JNSP

Un libro / Ottessa Moshfegh / Lapvona

 



Ottessa Moshfegh
LAPVONA

Joric 
21 de enero de 2024

Qué buenas son las novelas de Ottessa Moshfegh. Ambientada en una aldea medieval del este de Europa (la autora se ha inspirado en sus ancestros maternos croatas), la historia que narra ‘Lapvona’ (Alfaguara) no puede ser más gore, escatológica (en ambos sentidos de la palabra) y macabra. Un oscurísimo y libérrimo cuento gótico, casi folk horror, que le ha valido a la autora amenazas de cancelación (Moshfegh ha explicado varias veces que la agenda política de las redes sociales se la pasa por el “lapvona”) y ha escandalizado hasta al mismísimo John Waters. La novela, narrada en tercera persona (lo habitual en Moshfegh es utilizar la primera), describe un mundo horrible, sucio y violento, como una pesadilla sadiana donde la deformidad moral, de herencia cristiana, genera monstruos. Una fábula grotesca, bañada por una fangosa ironía, tan repulsiva como fascinante.

JENESAUSPOP

Un libro / Quentin Tarantino /

 


Quentin Tarantino

MEDITACIONES DE CINE


Joric

21 de enero de 2024


Muere un cineasta y nace un escritor. ‘The Movie Critic’ va a ser la décima y, parece, última película de Tarantino. Pero, por otro lado, ha iniciado una carrera como escritor de lo más prometedora. Tras la novelización de ‘Érase una vez en Hollywood’ (Reservoir Books, 2021), llega su primer libro de cine. Y es una gozada. ‘Meditaciones de cine’ (Reservoir Books) es una mezcla de biografía cinéfila y análisis sobre las películas de los 70. Las que le gustan a Tarantino o le marcaron de alguna manera. Salvo un par de capítulos dedicados a relatar su formación cinéfila y analizar el Nuevo Hollywood, los demás están centrados en hablar sobre una película en concreto. Pero a hablar como lo hace Tarantino, salpicando su torrencial y apasionado discurso con jugosas anécdotas, reveladoras referencias y eruditas opiniones. Sin duda, uno de los libros de cine más divertidos, ingeniosos y contagiosamente entusiastas publicados en mucho tiempo

JNSP

https://jenesaispop.com/2024/01/21/469107/mejores-libros-2023/ 




Casa de citas / keanu Reeves / Los animales

 

Keanu Reeves

Keanu Reeves

LOS ANIMALES

Las buenas personas son aquellas que aman a los animales. Los animales son criaturas especiales, y cualquiera que haya tenido la buena suerte de tener una relación con ellos lo sabe bien.

La nobleza animal es una verdadera enseñanza. Gracias a ellos somos personas más modestas, más empáticos, más cariñosas. Nos dan su amor incondicionalmente, sin pedir nada a cambio, nos hacen bien. 


domingo, 21 de enero de 2024

Marian Engel / Oso / Citas perversas









Marian Engel
OSO

El fuego resplandecía. El oso dormía resollando; de vez en cuando guiñaba el ojo más próximo a las llamas. Lou fue entrando en calor, se quitó los zapatos y se descubrió frotando los pies descalzos en el pelaje suave y espeso del oso, explorándolo con los dedos, descubriendo más y más profundidades, capas y más capas. (Cap. 8)

sábado, 20 de enero de 2024

Casa de citas / Marian Engel /Oso

 




El oso lamía. Buscaba. Lou podría haber sido una pulga a la que él estaba persiguiendo. Le lamió los pezones hasta que se le pusieron duros y le relamió el ombligo. Ella lo guio con suaves jadeos hacia abajo.

Movió las caderas: se lo puso fácil.

—Oso, oso— susurró, acariciándole las orejas. La lengua, no solo musculosa sino también capaz de alargarse como una anguila, encontró todos sus rincones secretos. Y, como la de ningún ser humano que hubiera conocido, perseveró en darle placer. Al correrse sollozó, y el oso le enjugó las lágrimas.

Marian Engel, Oso, p. 112


viernes, 19 de enero de 2024

Casa de citas / Gustavo Bolívar /



 Dice, con razón, Gustavo Bolívar:

“Qué fue primero: ¿El corrupto o el que cuenta la historia del corrupto? ¿El narco o el que cuenta la historia del narco? ¿Para no afectar la imagen deben escritores y cineastas tapar la verdad? ¿No es mejor que el corrupto deje de robar, el narco de traficar y el asesino de matar?”

Pero a Bolívar se le olvidó añadir: ”¿Qué fue primero? ¿El político o el que cuenta la historia del político?  ¿Roy Barreras, Armando Benedetti, Ernesto Samper, Piedad Córdoba, Gustavo Petro o los que alguna vez contarán sus perversas historias?”


18 de enero de 2023




jueves, 18 de enero de 2024

Casa de citas / Daddy Yankee y la música

 


Lo que en realidad dijo Daddy Yankee sobre la música clásica 

El artista urbano fue malinterpretado por la prensa dominicana.


Redacción Entretenimiento

13 de agosto de 2014


Pese a que varios medios de República Dominicana reseñaron a principios de esta semana que el cantante puertorriqueño Daddy Yankee había indicado que “la música clásica es peor que el reguetón porque le gustaba a Adolfo Hitler”, (lo que generó una oleada de críticas al músico), a través de las redes sociales se conoció la entrevista completa donde se evidencia que el artista urbano fue malinterpretado.

martes, 16 de enero de 2024

Un personaje / Sofía Vergara

 



Sofía Vergara

Sofía Vergara protagonizó un incómodo momento cuando fue invitada por primera vez al programa español, “El Hormiguero”, para promocionar su nueva película de Netflix, “Griselda”.

A lo largo del episodio, la actriz colombiana fue blanco de constantes burlas por parte del animador, Pablo Motos, quien en un momento cuestionó su acento y pronunciación en inglés.

“¿Cómo dices Modern Family?”, le preguntó el presentador, luego que Vergara le comentó sobre el desafío que significó para ella su nuevo personaje, a diferencia del rol de “Gloria Delgado-Pritchett”, que la llevó a la fama en la serie Modern Family.

Sin embargo, la intérprete no dejó pasar la situación, y cuestionó de vuelta al animador que anteriormente la había criticado por teñirse el pelo y usar pestañas postizas.

“¿Me sale mal? ¿Es porque hablas mejor inglés que yo? ¿Cuántas nominaciones al Emmy tienes tú en Estados Unidos? ¿Cuántas veces te nominaron a los Golden Globes?”, le respondió, sacando aplausos del público.

Fuente: Facebook