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domingo, 18 de diciembre de 2022

Casa de citas / Jesús Ferrero / Los que te leen y los que no

 




Jesús Ferrero
LOS QUE TE LEEN Y LOS QUE NO
6 de julio de 2021


Con los amigos y conocidos detecto a menudo lo siguiente: los que me han leído suelen decir que no me han leído, los que no me han leído suelen decir que me han leído.

Cuando no te han leído, les resulta muy fácil y oportunista exclamar: ¡Acabo de leer tu novela y me ha encantado! Nunca dan detalles de su lectura, nunca evocan las escenas que al parecer tanto les han conmovido: no pueden porque ni siquiera han abierto tu libro. Se trata de sinvergüenzas que quieren quedar bien contigo. En cambio los que te han leído, y hasta les ha gustado tu libro y les ha inspirado y ayudado, esos tienden a negar que te han leído, por mezquindad, por vileza intelectual, y a veces por razones aún peores. En España es una vieja costumbre: es lo tradicional.

Ambas tribus de mentirosos le toman a uno por más tonto de lo que es. Una actitud imperdonable que no obstante suelo perdonar, sabiendo que no me engañan. Uno es zorro viejo y descubre esas mentiras a la velocidad del sonido.

Supongo que muchos escritores estarán de acuerdo conmigo.


EL BOOMERAN




domingo, 4 de diciembre de 2022

Casa de citas / Jesús Ferrero / Honestidad intelectual




Jesús Ferrero
Honestidad intelectual
21 de marzo de 2017


En un determinado momento, ser superficial le pareció a Wilde lo mismo que ser cómplice de una monstruosidad: algo que destruía la voluntad y aniquilaba toda posible verdad adherida a las palabras.

Era como si de pronto Wilde se diese cuenta de la tragedia que implicaba haber desperdiciado el talento. O lo que sería lo mismo: haber utilizado la agudísima mirada que le habían regalado el azar o la necesidad para hacer observaciones superficiales en lugar de haberla utilizado para profundizar.

Tengo la impresión de que esa clase de certezas te pueden producir, a una edad muy determinada, una angustia de consecuencias mortales. A Wilde se la produjo, a pesar de que nunca fue verdaderamente superficial. Pero al final de sus días él no lo creía así, y pensaba que había dedicado más talento a la vida que a la escritura, y que podía haber llegado más lejos, mucho más lejos, en la exploración de la verdad.

Se trata de un examen de conciencia en el que Wilde demuestra que, más allá o más acá de sus superficialidades y sus profundidades, nunca le faltó la honestidad intelectual.

EL BOOMERAN

Casa de citas / Jesús Ferrero / Del amor y sus relatos


 

Jesús Ferrero
Del amor y sus relatos
29 de noviembre de 2018

"Lo que hace que los amantes no se aburran nunca de estar juntos es que se pasan el tiempo hablando siempre de sí mismos”, dice François de La Rochefoucauld.

“En los inicios de un amor los amantes hablan del futuro, en sus postrimerías, del pasado" dice André Maurois.

Dos reflexiones irónicas y acertadas que nos obligan a pensar que en el amor los relatos son tan importantes como el sexo, y ocupan más tiempo y espacio.

Dependiendo del argumento de esos relatos, podemos adivinar en qué fase del amor estamos.

EL BOOMERAN


sábado, 18 de diciembre de 2021

Casa de citas / Jesús Ferrero / El planeta Cortázar

Julio Cortázar según Sábat




Jesús Ferrero
El planeta Cortázar
10 de abril de 2017


Juraría que fue en octubre de 1975 cuando conocí a Cortázar. Me había enterado de su dirección gracias a la información que daba de su persona la revista Triunfo, y una tarde ventosa y plomiza me dirigí a su domicilio. Me abrió la puerta de su casa Ugné Karvelis y le pregunté si estaba Julio como si fuese un amigo de toda la vida. Desconcertada, Ugné contestó que sí y me dejó pasar. Cuando vi la larga silueta de Cortázar recortándose en la penumbra del vestíbulo de su pequeño apartamento de la rue de l´Éperon por poco me desmayo.

A pesar de que no me conocía, Cortázar se comportó conmigo con una cordialidad exquisita, y mantuve con él una conversación dubitativa y absurda, por culpa de mi nerviosismo y mi admiración. Ya para entonces había leído casi toda su obra, pero lo ignoraba todo acerca de su vida. Nunca he sentido demasiado interés por la vida de los escritores, pero Jesús Marchamalo me está curando de esa enfermedad con sus penetrantes y sugestivas semblanzas de autores que venera y que venero. La última que acaba de aparecer adquiere la forma de un cómic, y tiene por protagonista a Cortázar.


El libro se lee sin querer, y más que un cómic parece una película. El dibujante, Marc Torices, que se dedica también a la animación, consigue trasmitir a este excepcional tebeo toda la viveza del cine. La voz en off es la de Jesús Marchamalo, que posee un estilo tremendamente acogedor y un distinguido sentido del humor que nunca resulta hiriente. La ironía sin vinagre que tanto valoraba Torrente Ballester, y que es la verdadera ironía.

A través de un prólogo fulgurante (utilizo el adjetivo que más le gustaba a Julio), donde asistimos al advenimiento del planeta Cortázar, y de dieciocho capítulos en los que se utilizan los colores de forma significativa y simbólica, como lo suele hacer el cine, nos vamos adentrando en la vida y los hechos de Julio Cortázar, de forma elíptica y al mismo tiempo precisa.


La lectura resulta tan envolvente como divertida, y adquiere la velocidad que suelen tener las secuencias en los sueños. Cuando lo acabas, escuchando la última música de Cortázar (la que oía cuanto estaba a punto de morir) crees haberte perdido en una alucinación bendita: la vida azarosa del autor de Rayuela y de Historia de cronopios y famas, que estuvo siempre presidida por la magia: la magia que le salía al paso y la que él mismo buscaba en su perpetuo divagar entre la realidad y el deseo, convirtiendo sus encuentros y desencuentros con las personas, los animales y las cosas en deslumbrantes y laberínticos territorios de ficción.


Cortázar, Jesús Marchamalo y Marc Torices
Nórdica ediciones, 2017