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sábado, 6 de septiembre de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / ¿Quién le cree a Petro?



Triunfo Arciniegas
¿QUIÉN LE CREE A PETRO?
5 de agosto de 2025

Uno se pregunta de dónde sacaron los marranos. ¿Del Tolima o del mismo Japón? ¿Cuándo prepararon tantísimas lechonas? ¿Viajaron en primer clase? 

Según Petro, el pabellón de Colombia en Osaka vendió diez millones de toneladas de lechona, una cifra que equivale a diez mil millones de kilos de carne. Si se traduce esa cifra en porciones de 250 gramos —lo que pesa un plato estándar— el resultado sería 40.000 millones de raciones, es decir, cinco veces más que la población mundial. Datos claves de Infobae.

Cinco veces la población mundial pasó a comer lechona en el pabellón de Colombia. Es decir, toda la humanidad y como 32.000 millones de extraterrestre.

¿Habrá un imbécil que se crea semejante cuento?



miércoles, 3 de septiembre de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Fractura

 


Triunfo Arciniegas
FRACTURA
1 de septiembre de 2024


Don Domingo, taxista y vecino, estaba en el patio un domigo en la tarde del mes pasado. Muy tranquilo. De pronto se cayó y se partió el femur. El problema es que tiene más de ochenta.

“Le cayeron diez años encima”, dice su esposa. Y me hace el resumen de todos los afanes que ha vivido en estas cuatro semanas.

No quiero ni pensarlo.

Nos despedimos bajo la lluvia. No hubo tiempo para enseñarle mi bolsa de remedios. Pierna quebrada mata lumbago.





domingo, 31 de agosto de 2025

De Petro a Cepeda




Triunfo Arciniegas
DE PETRO A CEPEDA
31 de agosto de 2025

La actual virulencia de los partidarios de Cepeda me hace acordar de los petristas hasta hace muy poco. Ante cualquier crítica a Petro le decían a uno hasta de qué se iba a morir. Ahora han bajado el tono porque reconocen que no hay cómo defender a un presidente tan mediocre y ególatra. Y empiezan a poner su pinche fe en Cepeda, tan siniestro.






sábado, 30 de agosto de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Nueve millones de visitas


Triunfo Arciniegas 
NUEVE MILLONES DE VISITAS
29 de agosto de 2025

Uno de mis blogs, “De otros mundos”, empeñado en hacer lectores felices, pasó de las treinta mil visitas en este día bendito. Gracias. En uno o dos meses este blog alcanzará la dichosa cifra de nueve millones de visitas. 

Después de una larga tanda japonesa, “De otros mundos” se dio una pausa con la grandiosa Patricia Highsmith y ahora se engolosina con el inmortal Hans Christian Andersen.

Escriba en el buscador “blogs de Triunfo Arciniegas” y seleccione “De otros mundos”.

Se encontrará con diez años de lecturas, por lo menos. Quiero decir que será dificil agotarlo en una década. Y sólo en español. Porque también puede entrar a los blogs en inglés (“Kiss” y “Dragon”), portugués (“Pessoa”), francés (“Rimbaud”) e italiano (“Dante”). Como si fueran pocos, hay dos blogs de biografías (uno en inglés y otro en español) y otro de fotografías mías.

Se me olvidaba: hay un blog dedicado a la minificción, “Mester de brevería”. Y otro mucho más personal que baja a esta tierra de nadie como agua fresca desde la montaña, “Ficciones”.

Una cosa más: no hay publicidad. No cobro un peso aunque a veces trabajo dieciocho horas diarias. No he cobrado ni cobraré. Hacer el lectores es uno de los propósitos de mi vida. Porque me gusta la gente que lee y porque creo que con un mundo repleto de gente ansiosa por alcanzar la siguiente página, regocijada y embadurnada de placer, no hay tiempo de matarnos.

Grazie mille.



jueves, 28 de agosto de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Sobre el engaño



Triunfo Arciniegas
SOBRE EL ENGAÑO

“El placer de la lectura”, un sitio que frecuento a pesar del excesivo y descarado uso de la propaganda, confunde información con publicidad. ¿Cómo puede recomendar García Márquez una novela que nunca leyó? Si el maestro murió en 2014, ¿cómo putas leyó una novela publicada en 2023? 

“El placer de la lectura” confunde al lector y abusa de la buena fe enredando datos.

Es obvio que en las listas cuelan los títulos de las grandes editoriales para hacernos creer que se trata de grandes libros y no siempre es así. Son obras muy promocionadas pero no necesariamente las mejores novedades disponibles. 

No hay tiempo, la vida es demasiado corta y no se puede desperdiciar leyendo pendejadas. Tampoco se puede tirar el dinero en obras que no son la gran cosa y que más temprano que tarde terminarán en el mar sin fondo del olvido.

27 de agosto de 2025

lunes, 18 de agosto de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / La vida

 

Charlie Goodall 


Triunfo Arciniegas
DIARIO
16 de agosto de 2025

1

Hace unos días Verónica vino en un sueño a mi casa y me preguntó qué hacía acá viviendo esta vida tan desgraciada. “En cualquier parte mi vida es desgraciada”, le dije.

2

El año pasado, después de mucho tiempo, fui al médico y me remitió al siquiatra. Midió mi presión, mi peso y mi estatura. Supe que había perdido casi tres centímetros. Ante mi asombro, me habló de la disminución de las uniones entre las vértebras. Eso fue lo que entendí. El asunto es que esa mañana salí de casa más o menos normal y regresé enano y loco.



martes, 12 de agosto de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Tratado de la muerte

 




Triunfo Arciniegas
TRATADO DE LA MUERTE
10 de agosto de 2025

En otras palabras, ¿significa que los colombianos debemos hacernos matar para defender al dictador, narco, ladrón y asesino Nicolás Maduro? 

Qué desgraciado. Como si no se estuviera derramando suficiente sangre en este país, Petro no encuentra la manera de meternos en otras guerras. O apoyando a Venezuela. O contra Perú. “Patria o muerte”, dijeron Castro y Chávez. “Libertad o muerte”, grita Petro, levantando una bandera siniestra.

Están obsesionados con la muerte. Empeñados en exterminar al enemigo. El exterminio, por supuesto, es el sostén de toda dictadura.

Qué tiempos tan siniestros.

Y qué político tan oscuro, retorcido y prepotente tenemos en la presidencia. 



martes, 15 de julio de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Mensaje parroquial

 




Triunfo Arciniegas
MENSAJE PARROQUIAL
7 de Julio de 2025

Como en Colombia, al parecer, se preocupan más por los asesinos que por la víctima, se informa que al Cojo, sicario venezolano que el 24 de abril de 2024 acabó con la vida del periodista Jaime Vásquez, en Cúcuta, no le han pagado el trabajo. Y como ningún trabajo es deshonra, se agradece a las personas de buen corazón que colaboren con la causa. 

El defensor del pueblo, encargado de velar por sus derechos, no puede hacerlo todo solo.

O al menos, y siguiendo la política del Gobierno, envíen mansajes de compresión y cariño al pobre sicario mencionado, en primer lugar, y luego a los demás integrantes de la organización al que pertenece, el Tren de Aragua. 

Amén.




lunes, 7 de julio de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Mensaje parroquial



Triunfo Arciniegas
PARROQUIAL
7 de agosto de 2025

Como en Colombia, al parecer, se preocupan más por los asesinos que por la víctima, se informa que al Cojo, sicario venezolano que el 24 de abril de 2024 acabó con la vida del periodista Jaime Vásquez, en Cúcuta, no le han pagado el trabajo. Y como ningún trabajo es deshonra, se agradece a las personas de buen corazón que colaboren con la causa. 

El defensor del pueblo, encargado de velar por sus derechos, no puede hacerlo todo solo.

O al menos, y siguiendo la política del Gobierno, envíen mansajes de compresión y cariño al pobre sicario mencionado, en primer lugar, y luego a los demás integrantes de la organización al que pertenece, el Tren de Aragua. 

Amén.




Triunfo Arciniegas / Diario / Embarradas



Triunfo Arciniegas
EMBARRADAS

1

Federico García Lorca, poeta homosexual, no tuvo hijos. Pero Petro “casi” habla con su nieta.

2

Petro intentó besar a la reina Letizia en Sevilla. ¿Para presumir de su amistad como hizo con el papa Francisco? Patético.

3

El estrambótico militar que acabó con Venezuela, Hugo Chávez, quiso abrazar a la reina Isabel ll.




4

En Chile, Petro confundió a María Isabel Allende Bussi con la autora de ‘La casa de los espíritus’. “Con Isabel Allende, hija del presidente compañero Salvador Allende, una de las mejores escritoras de Latinoamérica”, trinó.

El 24 de diciembre de 2024, Petro confundió el lugar de nacimiento de Gabriel García Márquez.

6

Petro confunde Armagedón con Agamenón. "El mismo ser humano en su codicia está creando las condiciones de un Agamenón, la destrucción del clima que mata la vida”, dijo. Si Petro leyera como presume, sabría que Agamenón fue el comandante griego en la guerra de Troya, hermano de Menelao y esposo de Elena.

7

En 2018,  Petro confundió un actor porno con el campeón nacional de física cuántica, el boyacense José Manuel Velásquez. Acompañó el trino con una foto del actor porno Ángel Muñoz. Las redes se divirtieron como nunca.






domingo, 29 de junio de 2025

Casa de citas / Mobland / Un cuchillo filoso

 

Tom Hardy, Pierce Brosnan y Helen Mirren

MOBLAND
UN CUCHILLO FILOSO Y UNA CUCHARA

“En 1984 estaba en cárcel, trabajando en un cuchillo. Había conseguido una punta fina y filosa, luego de meses, y mi compañero me delató. Entonces él ganó una celda propia, con tele y baño, y yo seis semanas en solitario y un año más a mi sentencia. Cuando salí, en 1988, encontré al traidor. Le sorprendió mucho verme. Lo senté en su viejo sillón, tomé el cable del televisor, le até las manos y le corté la lengua. Luego fui a la cocina por una cuchara y le hice comer sus ojos. Luego le corté el puto cuello.”

Conrad Harrigan (Pierce Brosnan)
“Mobland”,  Temporada 1, Episodio 7

La traducción omite un dato pues dice que con la cuchara Conrad le sacó los ojos al traidor y no que se los hizo comer. 

***

Amanecimos con el séptimo episodio de “Tierra de mafia”, una serie magnífica. ¿Qué se puede decir sin echar a perder el espectáculo? Muy poco. Véanla. Es un éxito mundial. Ya confirmaron la segunda temporada. No era para menos.

La escena del cuchillo y la cuchara poco tiene que ver con el desarrollo de la trama de “Mobland”. Sólo acentúa el carácter del personaje. Así que no hay problema.

28 de junio de 2025



lunes, 16 de junio de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Petro no entendió nada

 




Triunfo Arciniegas

PETRO NO ENTENDIÓ NADA 

Aparte de que desconoce las normas mínimas de redacción, este man no entendió nada. No escribe con claridad porque, entre otras cosas, le falta claridad para pensar. 

El texto es un jeroglífico de un muchacho de bachillerato.

¿Acaso en este día glorioso no marchó el pueblo? ¿De dónde se agarra este político para mezclar marcha y consulta popular? ¿Cómo se le ocurre asociar Uribe y consulta popular? El hombre que hoy lucha por su vida porque le metieron dos balazos en la cabeza, ese mismo que posible y desgraciadamente ya sacaron del juego, es un conocido opositor de la tal consulta. 

“Nos engañaron”, dice, cual inocente quinceañera, acudiendo al plural cuando le conviene.

Por supuesto, el pueblo quiere la paz que Petro no consiguió ni conseguirá. Una promesa que le quedó grande. Por supuesto, el pueblo no quiere las muertes que la inseguridad de su Gobierno ha permitido. El pueblo tampoco quiere la tolerancia con los malandros y los asesinos. Ni menos el ramillete de corruptos que este Gobierno ha reunido.

Es Petro quien quiere la consulta popular, no el pueblo. El político confunde los términos. Petro no es el pueblo, como tampoco lo era el nefasto dictador Hugo Chávez aunque ordenara escribirlo en todas las esquinas. El pueblo somos todos. Yo soy parte del pueblo pero nunca de semejante engendro de mentiras, mitomía y mediocridad.

“Vamos a las calles”, amenaza. Pero que lo hagan sin indígenas pagos, sin estudiantes obligados, sin autobuses alquilados, sin almuerzos, sin contratos. Es decir, sin despilfarrar el dinero de los colombianos. El despilfarro también es corrupción.

En fin, resulta difícil comentar un texto que no se entiende. Un texto tan pésimamente escrito. Una cosa que sólo sirve para desbaratar en un taller de redacción. 

15 de junio de 2025





jueves, 24 de abril de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / El Papa en la carretera

 


EL PAPA EN LA CARRETERA

Soñé que el Papa Francisco manejaba un camión como loco, muerto de risa. Unas veces con sandías y otras con gallinas que dejaban un reguero de plumas. El camión casi se volteaba en las curvas, seguido por la polvareda. Así, vestido de blanco, cambiaba una llanta como si nada y se secaba el sudor con el solideo, la ostia de tela que usan como sombrero todos los Papas, hasta los dueños de un camión. O se detenía en una tienda de la carretera a beber, con la misma prisa y sin una sola pausa, una jarra de cerveza.

-Tengo una misa -decía, pasando el antebrazo por la boca para limpiarse la espuma, como camionero que se respete.

Preguntaba por la salud de dos o tres vecinos y, trepándose al camión con maromas de trapecista, arrojaba al aire una moneda que parecía besar las nubes antes de caer dormida en el mostrador.

Y seguía su camino, solo, feliz, eterno.

24 de abril de 2025










miércoles, 23 de abril de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / El Papa y yo

 




Triunfo Arciniegas
EL PAPA Y YO
22 de abril de 2025

“Se me fue un gran amigo”, dice Petro. ¿Qué tal la modestia de este man? ¿Cada cuánto se veían? ¿Pasaban tiempo juntos? ¿O sólo algunas vacaciones? ¿Dónde? ¿Compartían un café, un té o un mate? ¿El alcoholismo de Petro? ¿El “café de leche”? 

¿Petro visitaba al Papa cada vez que se desaparecía? ¿Durante sus numerosas “agendas privadas”? Y como a Trump, que no bebe alcohol, ¿Petro invitó al Papa a tomarse un whisky?

En su círculo, supongo, hay que invitar a beber a todo el mundo y olvidarse de sus propias palabras: el whisky hace más daño que la cocaína.

¿El Papa amaba el egocentrismo de Petro? ¿Sus frecuentes mentiras? ¿Su capacidad para odiar y dividir? ¿Sus trampas? ¿Sus oscuras artimañas para conseguir la presidencia?

“Me siento algo solo”, dice Petro. Así que la muerte del Papa es lo de menos. Lo que debe preocuparnos es la soledad del mandatario.

Vida malparida.


Triunfo Arciniegas / Diario / El Papa Francisco



Triunfo Arciniegas
EL PAPA FRANCISCO
21 de abril de 2025

Se me acabó la fe pero me queda el respeto. Ha fallecido el Sumo Pontífice, la máxima autoridad de la Iglesia Católica. Jamás cometería  la vulgaridad de la cantante que rompió la foto del papa en público. No hay necesidad de ofender a los demás. En cuestiones de fe, ante todo el respeto. 

Seguí con atención el coraje del papa para mantenerse con vida y lamento que haya perdido la batalla. Ha sido una persona importantante para toda la humanidad, tal es su indiscutible dimensión, y se mantendrá en nuestra memoria.

Existen o han existido miles de religiones y cada una de ellas se considera la verdadera. Miles de dioses y millones de creyentes. Miles de dioses desaparecidos porque murieron sus creyentes. Hasta la última tarde del mundo, cuando no quede huella de nada y los húmedos dedos del  viento dejen de acariciar los árboles sedientos.

Esta noche contemplaremos las estrellas, estremecidos por la eternidad del Universo y la fugacidad de nuestra propia existencia.

21 de abril de 2025




miércoles, 16 de abril de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Retrato de la desolación

 



Triunfo Arciniegas
RETRATO DE LA DESOLACIÓN
15 de abril de 2025

Gonzalo y Álvaro, en compañía de Morgana, portan las urnas con las cenizas de su padre, el escritor Mario Vargas Llosa, fallecido el pasado 13 de abril, en Lima. Gonzalo con ambas manos, casi como un niño que protege el más preciado de los objetos, y Álvaro con una sola mano y encima de una carpeta, como diestro camarero, expresando el dominio que le ha servido para enfrentar el acoso periodístico de los dos o tres últimos y difíciles años. La foto me parece impecable: la palmera y los postes que podrían confundirse con afilados árboles al fondo y los escaños vacíos a la orilla, ese muro mediano que se extiende al infinito y las blancas e interminables columnas de un edificio sin nombre. Expresa, además, la jerarquía: Álvaro, el mayor, avanza resguardado por sus hermanos, mientras Morgana, la menor, marca una leve distancia. Es una lástima que el diario ABC no mencione al fotógrafo. 

No hay consuelo que valga. No hay gloria que alivie el dolor de la ausencia. Todos dirán que ahí queda la obra, grandiosa, admirable, y es cierto, pero el padre ha muerto. No hay consuelo que valga.

Los tres visten con elegancia y sobriedad. Gonzalo y Álvaro caminan con la cabeza baja, y Morgana mira al frente. Los tres portan la ausencia, más que las cenizas.

Los lectores lamentamos la muerte del escritor pero no experimentamos la convivencia ni el peso de los lazos de la sangre. Seguimos con la obra, como siempre, concluida por el portazo de la muerte. Una obra esencial, valiosa, bella, pero sólo es una parte de una infinita biblioteca, la verdad sea dicha. Vargas Llosa ya es otro muerto entre tantos muertos prestigiosos de toda biblioteca. Lo demás es palabrería. Otros autores vienen en camino hacia la muerte y continuaremos la ceremonia de los asombros.

Pero, en cambio, Gonzalo, Álvaro y Morgana han entrado por primera vez en el territorio sin salidad de la orfandad, donde la muerte seguirá sucediendo. Lo que para lectores ya comienza a ser parte del pasado y mucho más cuando baje la marea del espectáculo, para los hijos será el presente eterno.

Por eso la foto resulta tan impresionante. Tan definitiva. Tan dolosamente bella y pura.


15 de abril de 2025


Triunfo Arciniegas / Diario / Vargas Llosa

 

Mario Vargas Llosa

Triunfo Arciniegas
VARGAS LLOSA
14 de abril de 2025

A sus 89 años y junto a sus seres queridos, ha fallecido en Lima uno de los grandes escritores de nuestro tiempo, Mario Vargas Llosa. Los  agradecidos lectores del mundo entero recibimos la noticia con profundo dolor. 

En la medida de lo posible seguí su obra a través de los años. Desde las poderosas obras iniciales, La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y La Casa Verde, hasta La guerra del fin del mundo y La fiesta del Chivo, entre otras. Seguí su obra periodística. Leí y sigo leyendo otra obra maestra suya, La orgía perpetua, lúcida exploración de Madame Bovary.

Ninguno otro novelista de su generación exploró con tanto acierto y lucidez la arquitectura literaria, es decir, la estructura del objecto verbal, tanto en su propia obra como en los textos dedicados a otros escritores. Aparte de creador, fue un teórico, un crítico de talla mayor.

Ha valido la pena.

Gracias, maestro.

viernes, 28 de marzo de 2025

José Martí / El monstruo

 


José Martí

EL MONSTRUO


Toda mi vida he recordado esta frase pero de otra manera: “Porque conozco al monstruo, puedo hablar de sus entrañas”. Ahora veo que existe otra: “Puedo hablar del monstruo porque conozco sus entrañas”.



martes, 4 de marzo de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Perdido en Venecia

 




Triunfo Arcinuegas
PERDIDO EN VENECIA
28 de febrero de 2025

Ahí estoy, en ese ojo, más perdido que el putas.

Venecia es un laberinto.

A menudo se habla de la felicidad del viaje pero no de los contratiempos: la maleta extraviada, el vuelo perdido, la reserva cancelada, las esperas en los aeropuertos, las discusiones con la gente, el taxista que se aprovecha de la situación, el cansancio, el sueño atrasado, el alma que no llega, el descontrol en que caemos cuando se abandonan las pequeñas rutinas de la vida cotidiana.

Todo es nuevo y no hay tiempo de asimilar la información, y peor cuando se viaja en otro idioma. Los locales consideran que lo suyo es fácil y práctico y lo que pasa es que llevan haciéndolo toda la vida. Uno, como viajero, apenas empieza. No solo no hay direcciones fáciles sino palabras imposibles y costumbres absurdas.

Viajar es un duro ejercicio. Se requiere salud, en primer lugar. No se viaja con la nostalgia. El hogar se queda en casa. Si uno no deja amores pendientes, mucho mejor. Lo dijo el sabio: Amor de lejos, amor de pendejos.

Antes se viajaba preguntando, ahora se acude a Google Maps y otras herramientas. Todo se hace por el celular. Yo sigo preguntando. Me gusta tratar a la gente.

Vine a Venecia hace siete años con Claudia, y fue un viaje divertido y feliz. Llegamos en tren a la estación Santa Lucía y fuimos, siguiendo la señalización, hasta la piazza San Marcos. Sin las señales todavía la estaríamos buscando la famosa piazza. Llegamos de día y nos fuimos al atardecer a Bologna sin tropiezo alguno. Un viaje feliz y pare de contar. La felicidad no es materia narrativa.

En este viaje a Venecia, en cambio, he cometido todos los errores. Y los errores cuestan tiempo y dinero. Hace tres o cuatro días, aunque había ensayado todo el recorrido, perdí el viaje: los tiquetes de ida y vuelta. Pensaba que había dos transportes diferentes: uno hasta Mestre y otro hasta Tronchetto. Pensaba que en la estación Tiburtina debía ubicar el autobús con destino a Venecia, por supuesto, y en eso me concentré. Después de haber salido del apartamento a la Piazza di Genova para llegar a la Piazzale de Lido y tomar el Maremetro hasta Piramide, donde se debe buscar la línea B con destino Rebbia y bajarse en Tiburtina con dos horas de anticipación, después de todo eso dejé pasar un bus que decía Zagrebi o algo así. Era ese. Lo supe un minuto después. La hora de salida era a las 11: 59, y exactamente a la medianoche, cuando el Itabús 2792 abandonaba Triburtina, entendí la cosa: el maldito número. Ya no había nada que hacer. Volví a hacer el recorrido en sentido inverso pero con el agravante que a esa hora ya no funcionaba el Metromare. Mediante una videollamada, Jaime me orientó para tomar el bus de los borrachos. Volví a Ostia de pie, entre parranderos y el incómodo equipaje. Hora y media, el trayecto que el Metromare cubre en media. Cuando debía estar durmiendo acercándome a Venecia, me caía de cansancio entre borrachos alebrestados que hablan entre sí como si estuvieran a cientos de metros de distancia. Un estruendoso intercambio de risas y trivialidades que no le importan a los demás. Manada de estúpidos.

Los italianos no son como esperaba. Con semejante comida, con esos quesos y esos vinos, con esos bellísimos paisajes, la música, la pintura y otras maravilla de “la dolce vita”, los imaginaba más alegres y serviciales. Los encuentro cerrados, hoscos e incluso groseros. Hacen mercado de mal genio. No les sonríen a los extraños ni se disculpan si tropiezan con uno.

Se amargan muy pronto. Consentidos por sus madres, se quedan como niños y luego se amargan. Sobre todo las mujeres, que envejecen mal. Me he cruzado con infinidad de criaturas bellas, pero no con una sola señora como para caer rendido. Todos fuman como locos desde la adolescencia. Otra cosa: andan en manadas, sobre todo los hombres, desde niños. 

Aunque esta vez logré tomar el autobús correcto, luego de cierta angustia porque venía con “ritardo”, me equivoqué con el punto de destino. Debí escoger Tronchetto en vez de Mestre. Lo supe cuando los tiquetes ya estaban comprados. En Mestre se bajaron casi todos, dije que iba a Tronchetto pero el conductor pidió que le enseñara el tiquete y tuve que bajarme. Era la una de la madrugada y hacía un frío espantoso. ¿Qué hacer? No era más que un pinche paradero, no una estación para refugiarse. Llevaba un saco de dormir pero no había sitio un sitio adecuado para extenderlo.

Tenía la equivocada idea de que Mestre y Tronchetto estaban cerca, y marqué la ruta en el celular. Salí rumbo a Venecia como si fuese Marco Polo y media hora después o algo así supe que me había salido de la ruta. Había seguido un camino paralelo y no encontraba la forma de saltar. Tuve que devolverme. Ya me dolían las manos de tanto frío y el equipaje se hacía cada vez más pesado. Vi una bicicleta abandonada y pensé que haría mi gloriosa entrada como uno más de los poderosos ciclistas colombianos. Descubrí que era eléctrica y no había manera de usarla. Seguí caminando hasta que mi falso camino se unió con la ruta marcada por el celular. Encontré un largo sendero de hojas secas que en otra oportunidad hubiera fotografiado con emoción de montañero. El sendero se acabó y corrí al otro lado de la carretera antes de que me atrapara alguno de los pocos pero veloces autos que circulaban a esa hora. Seguí la vía peatonal hasta que se acabó. Atravesé la carretera, exponiéndome a los autos, hasta que encontré otros cincuenta o cien metros de vía peatonal, y al final avancé entre el breve espacio entre dos  muros de metal como un ladrón. No me crucé con nadie. Ni con la policía. En algún momento quise extender el saco y tratar de dormir hasta el amanecer. Por suerte continué. Vi un paradero. Y un joven. Lo saludé y me senté a esperar el autobús. Si alguien espera en un paradero, hay un autobús. Verdad de Perogrullo. El autobús que sea. Con tal de salir de allí. Demoró unos quince o veinte minutos. Y entonces supe la enorme distancia que me hacía falta por recorrer para llegar a Venecia. Me bajé en la Piazza Tronchetto, pero no en la estación. Compré una Coca-Cola y unas papas fritas con sabor a limón en un “Indian”, una pequeña tienda, una caseta, y le pregunté al hombre cómo podía llegar a la estación Tronchetto, con la intención de pasar al baño, recargar los celulares y tal vez dormir un par de horas. Entendí sus señas y, para más certeza, marqué el destino en el celular. Me puse en camino luego de la Coca-Cola y las papas. Llegué, puede decirse que llegué, pero no encontré la puerta. Una manera elegante de decir que seguía perdido tres horas después de llegar a Mestre. 

Iluminado por el Espíritu Santo, reconocí que lo importante ahora no era la estación de Tronchetto sino la exploración de Venecia. Encontré las señales que conducen a la Piazza san Marco y me imaginé que estaría allí antes del amanecer. Luego, siguendo las señales, llegaría a la estación Santa Lucía. No fue así. Perdí las señales. En Venecia uno se extravía en menos de un minuto. Calles estrechas, numerosas calles estrechas que se entretejen como una obra del demonio, y que finalizan de súbito. Hay que retroceder, buscar un puente y pasar al otro lado. El pobre Espíritu Santo me reveló que me guiara por las aguas, que avanzara hasta encontrar los causes más gruesos y en algún momento de la vida el gran canal me acogería como un pobre náufrago latinoamericano. El milagro sucedió. Alabados sean los dioses por su infinita misericordia. Vi el canal y, al otro lado, la estación Santa Lucía. Crecé el puente y amanecí en la estación. Tomé las primeras fotos e hice un recorrido sin alejarme más de la cuenta, sin perder el punto de partida. Pero estaba demasiado cansado para salvar el día. Encontré un supermercado y con la deliciosa privisión de queso, jugo y otras delicias fui a una banca de cemento. La temperatura mejoró. En algún momento vinieron a sentarse unos jóvenes mexicanos muy bien vestidos. Conversaron con esas floridas expresiones tan propias de su país hasta que fueron rescatados por un par de mujeres. Me acomodé para recuperar fuerzas y dormí por unos instantes, absolutamente molido. 

Me equivoqué hasta de día. Esperaba fotografiar  amantes desquisiados junto a un puente o lujuriosas damas desnudas en los portables del amanecer. Pero nada. Pocos disfraces. Debo volver para el remate de domenica, lunedì e martedì. El miércoles de ceniza comienzan el arrepentimiento y los cuarenta días de abstinencia. No hay problema ni con lo uno ni con lo otro. Remordimientos no tengo. Y en cuanto a pecar, no hay con quién.

Quedaba por resolver el asunto del regreso. ¿Para qué buscar la estación de Tronchetto si debía regresar a Roma desde Mestre? Si no permitieron seguir a Tronchetto de venida, tampoco me dejarán abordar desde Mestre. ¿Y cómo llegó desde la estación Santa Lucia? Había sucedido lo que temía: el celular de los datos, el celular con mi número italiano, se quedó sin carga. No encontré sitio para remediar el problema.

Iba a donde me guiaba la intuición, una de las manifestaciones del Espíritu Santo, pero el demonio me detuvo en el muelle de un vaporeto que tal vez podría llevarme a Mestre. Lo abordé como quien se lanza al abismo. Hice un recorrido loco, bordeando la isla, una estación tras otra, hasta llegar a Lido. A última hora, me había dicho, tomo el vaporeto en sentido contrario. Vi de pronto que el vaporeto giraba y que repetía las estaciones: estábamos de regreso. Me tranquilicé. Me bajé en la misma estación donde el demonio me interrumpió el iluminado sendero del Espíritu Santo.

El Espíritu tenía razón. Encontré cinco o seis autobuses estacionados y uno de ellos decía: “Stazione Mestre  f / s”. Estuve a punto de besar la tierra al estilo del papa. Como aún no estoy oficialmente canonizado, me abstuve. No falta el entrometido que vaya al Vaticano con el chisme de que me las estoy dando de santo. Ya tendré tempo para desquitarme. Voy a santificar hasta el guarapo. Abordé y me mantuve alerta. Después de las dos primeras paradas, le pregunté a un muchacho para asegurarme y me dijo “next”,  girando mano como si enrollara una madeja. Agregó que era de Brasil, de Rio, cuando le conté de dónde venía. “¿Copacabana?”, pregunté. Sonrió y dijo en inglés algo que no entendí. Ya tenía que bajarme. Mil gracias y adiós. 

O no encontré o no existe una estación de Itabús en Mestre. Si no hay una estación. ¿dónde me siento mientras llega la hora? ¿Dónde me resguardo del frío hasta el amanecer? Estaba exactamente frente a la elegante estación del tren. Arrojando el tiquete de Itabús a la basura, pregunté cuàl era el próximo tren con destino a Roma y una mujer muy querida me respondió que en quince minutos. La pantalla le informó que no quedaba un solo puesto disponible. 127 euros. “Y el siguiente?” Quedaba un solo puesto. 110 euros, es decir, medio millón de pesos colombianos, la tercera parte del salario mínimo actual en Colombia. Lo tomé, y menos de dos horas estaba acomodado en el tercer vagón del Italo 8925 de las 17: 17 con destino a Roma / Termini. No salió a tiempo y llegó a Roma con casi media hora de retraso, pero qué elegancia, qué esplendor. Una muchacha pasó tres veces ofreciendo bebidas, galletas y frutos secos. A mi lado se sentó una italiana mayor que estuvo estudiando durante todo el trayecto y sólo recibió agua. Devoró un banano con aristocrática elegancia lo que tal vez era su cena, un pinche banano. A su lado soy el troglotica que surgió del páramo. En el puesto de adelante venía una joven pareja. La mujer, con traje de carnaval, se enrolló sobre su puesto de tal manera que su cabeza descansó en el regazo del hombre y sus pies desnudos se apoyaron contra la ventanilla. Un velo transparente cubría sus divinas piernas. Qué imagen tan perturbadora. No pude ver su rostro.

Le hice un par de breves preguntas a la mujer mayor. Tuvo la gentileza de responderme pero no se despidió en Roma. Se levantó sin mirarne y se alejó como si nada, como si no hubiéramos compartido un extenso kilometraje. No dio oportunidad de al menos una mínima conversación. Tal vez me vio como un migrante más. Tal vez sólo quería seguir leyendo y tomando apuntes. Tal vez preparaba una conferencia. Ya no tendremos una historia. Estoy seguro de que cuando recogió la maleta ya me había olvidado para siempre.

“Acá uno es solo”, dijo mi hermano. Abel, otro immigrante colombiano, me contó el otro día: “Uno sale a la calle y con quién habla?”

Los inmigrantes se mantienen en sus pequeños círculos, hablando su propio idioma. Los italianos no les abren las puertas de su casa. Ni siquiera responden una simple pregunta en la calle.

Tampoco aceptan los pequeños favores de la cortesía. No aceptan que uno les ceda el puesto o que paguen primero en el supermercado cuando llevan un solo producto. “No nos quieren deber nada, no quieren rebajarse”, precisa mi hermano.

28 de febrero de 2025

miércoles, 26 de febrero de 2025

Triunfo Arciniegas / Diario / Cumpleaños

 

Triunfo Arciniegas
Ostia, 26 de febrero de 2025


Triunfo Arciniegas
CUMPLEAÑOS
Ostia, Italia
26 de febrero de 2025

Un cumpleaños plácido y sin remordimientos, con un elemental “gelato” de tres euros pero frente al mar Tirreno y a escasos treinta minutos del escándalo romano. Es una exageración, por supuesto. La vida fluye. Miles y miles de personas circulan por “la ciudad abierta” sin tropiezos. 

Ostia es un lugar como para sentarse a escribir una novela, con exquisitos restaurantes a la mano y una librería espectacular, con infinitos bosques y sin perturbaciones, y una playa interminable.

No hubo más celebración.

Parece que vuelvo a los cumpleaños solitarios en inesperados lugares.

Es el final del invierno, con unos tibios días a veces, y otras con un frío moderado, con viento o lluvia.

Sólo quiero agradecer “la bondad de Los extraños”, como diría Blanche Dubois. Nunca veré en carne y hueso a la mayoría de las personas que tuvieron el bello gesto de recordar mi cumpleaños. Así es el extraño mundo que ahora vivimos.

¡Grazie mille!