Moñítos Barranquilla, 2011 Fotografía de Triunfo Arciniegas |
Triunfo Arciniegas
PINTAS Y DISFRACES
Podría decirse que el carnaval es el cambio de máscaras. El señor formal, el hombre que va todos los días a la oficina, que sostiene un hogar con sus sabidos altibajos, puede disfrazarse de mujer con la aprobación y regocijo de los otros. Sus gestos femeninos, sus frases atrevidas y hasta sus besos y sus abrazos no son escándalo para nadie. Al contrario, hacen parte de la fiesta y el regocijo de todos.
Otro se disfraza de tigre y disfruta de poderes felinos. A otro el disfraz de vampiro le concede derechos de sangre. Otro es un rey y disfruta de los aplausos y las venias durante breves días. Aquella otra es una negra descarada, con su enorme boca florida, sus piernas al aire y sus senos provocativos. Y aquella, una gata en celo. El recato y el pudor pueden guardarse en el baúl de la vida común y corriente.
En fin, el asunto es asumir otro papel, que rompa con la vida cotidiana. Los disfraces, las máscaras, el licor y la música son parte esencial de la transformación. ¿Y por qué no la maizena, la harina, la espuma? Somos otros y hacemos otras cosas.
Ya volveremos a la vida de siempre y sus miserias.
Barranquilla, 7 de marzo de 2011
El decapitado Barranquilla, 2011 Fotografía de Triunfo Arciniegas |
El pequeño Congo Barranquilla, 2011 Fotografía de Triunfo Arciniegas |
Danzante de Son de Negros Barranquilla, 2011 Fotografía de Triunfo Arciniegas |
La Muerte te señala Barranquilla, 2001 Fotografía de Triunfo Arciniegas |
Medusa la Bella Barranquilla, 2011 Fotografía de Triunfo Arciniegas |
La telaraña Barranquilla, 2011 Fotografía de Triunfo Arciniegas |
El hombre pájaro Barranquilla, 2011 Fotografía de Triunfo Arciniegas |
No hay comentarios:
Publicar un comentario