Horace Walpole: El castillo de Otranto
La novela gótica
Horace Walpole, hijo de Robert Walpole, buscó escapar de la política que, según él, había destruido a su padre. Publicó El castillo de Otranto, una historia gótica, en 1764, afirmando que era la traducción de un texto hallado en la biblioteca de una familia católica e impreso en Nápoles en 1529. Inicialmente se publicó de forma anónima, pero tras una exitosa recepción, Walpole añadió un segundo prefacio donde reconocía la autoría. La idea de presentar al autor como editor era un recurso común, ya que daba la impresión de autenticidad. También protegía al autor de una recepción crítica de la obra. La originalidad se consideraba parte del individualismo, lo cual, según Kilgour, genera ansiedad ante la influencia y, a su vez, una rivalidad entre el pasado y el presente. Identificarse con otros autores se consideraba una forma de contrarrestar la competencia y el individualismo. Al incluir la palabra «gótico», creó un nuevo tipo de novela romántica, un género que otros podrían seguir. El término «gótico», en las décadas posteriores a la gloriosa revolución, fue una categoría dentro de los debates sobre economía, política y cambio social. Se consideró como un período distante y no específico de ignorancia y superstición del cual había surgido una nación civilizada y una pureza constitucional y virtud política de las cuales la nación estaba alienada.