jueves, 30 de mayo de 2013

Casa de citas / Anaïs Nin / Un incidente gracioso


Anaïs Nin
UN INCIDENTE GRACIOSO
Febrero de 1932
Traducción de María José Rodellar
  

En el tren, camino de Suiza, se produjo un incidente gracioso. Para no intranquilizar a Hugo, no me había pintado los ojos, me había maquillado muy poco, me había pintado apenas los labios y no me había arreglado las uñas. Estaba contenta de mi negligencia. Tampoco me había vestido con esmero y llevaba un traje viejo de terciopelo negro que me encanta y que está raído en los codos. Me sentía como June. Mi perro Ruby estaba sentado a mi vera y por tanto tenía el abrigo y la chaqueta de terciopelo llenos de pelos blancos. Un italiano que durante el viaje lo había intentado todo para llamar mi atención, finalmente, desesperado, se me acercó y me ofreció un cepillo. Me hizo gracia y me reí. Al terminar de ce­pillar (con el cepillo lleno de pelos blancos) le di las gracias. Él dijo con nerviosismo:
–¿Quisiera tomar un café conmigo?
Le dije que no y pensé qué hubiera pasado de haberme pintado los ojos.


Anaïs Nin
Henry y June / Diario inédito
Plaza & Janés Editores, Barcelona, 1987, pp. 43-44




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