Francis Bacon
Isabel Rawsthorne standing in a street in Soho
Pintora, diseñadora y modelo de innumerables artistas, la británica Isabel Rawsthorne (1912-1992) vivió un siglo en el arte, con el arte y para el arte sin despreciar los goces de lo mundano.
Casada tres veces, primero con el periodista Sefton Delmer, corresponsal que fue del Daily Express durante la Guerra Civil española y la invasión de Polonia por la Wehrmacht en 1939 y del que se divorciaría durante la 2ª Guerra Mundial; después, en 1947, con Constant Lambert, un compositor y director de orquesta famoso por sus trabajos para el ballet ruso de Serge Diaghilev’s y, tras la muerte de este en 1951, con el también compositor británico Alan Rawsthorne.
Su vida a caballo entre París y Londres le permitió establecer una buena relación con sus contemporáneos André Derain, Jacob Epstein, Alberto Giacometti, Balthus, Eduardo Paolozzi, Pablo Picasso y Francis Bacon entre otros y dar a conocer su obra en los círculos pictóricos europeos. También mantuvo una relación social en los ambientes cultos en que se movían Simone de Beauvoir, Sartre, Jean Wahl, René Leibowitz y Georges Bataille con quién se dice que mantuvo relaciones al igual que con su gran amigo, Alberto Giacometti.
A Francis Bacon le conoció en Londres, durante su segundo matrimonio, formando con él y el pintor Lucian Freud un grupo puntero en la pintura figurativa.
En su relación pictorica con Francis Bacon, ella le sirvió como modelo en numerosos retratos y en la relación personal, tal vez como amante, a pesar de ser Bacon, un conocido homosexual. De Francis Bacon se cuenta que dijo durante una entrevista a una famosa revista francesa: "Tú sabes, yo también hice el amor con Isabel Rawsthorne, una mujer muy hermosa que fue modelo de Derain y novia de Georges Bataille".
En este enigmático cuadro titulado "Isabel Rawsthorne, de pie en una calle en el Soho", Francis Bacon retrató a Isabel basándose en dos fotografías que John Deakin, un fotografo inglés ligado al grupo de Bacon, había hecho a Isabel por encargo de este.
Ella estaba de pie delante de un escaparate con un automóvil a sus espaldas, automóvil que Bacon transforma en un toro-automóvil situando a Isabel en una especie de ruedo y en la línea entre sol y sombra, esta última de un azul intenso.
De sus manos parece pender lo que puede ser un capote y su postura, altiva, recuerda la figura del matador. A la derecha y sobre esa especie de espejo cóncavo, una serie de espectadores contempla la faena.
Bacon fue un enamorado de España y de la fiesta de los toros a la que asistió con frecuencia y de la que realizó su serie de "Tauromaquias". Este cuadro pintado en 1967 pudo ser un avance o estudio para dichas tauromaquias.
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