lunes, 17 de noviembre de 2025

Pareja devorada por los osos

 


PAREJA DEVORADA POR LOS OSOS

Durante más de una década, Timothy Treadwell viajó cada verano al remoto Parque Nacional Katmai, en Alaska, convencido de que podía vivir en armonía con los osos grizzly. Les ponía nombres, hablaba con ellos frente a la cámara y se acercaba a distancias que ningún experto consideraba seguras. Para muchos era un soñador; para otros, un temerario enamorado de la naturaleza.

En octubre de 2003, Treadwell, de 46 años, y su pareja Amie Huguenard cometieron un error fatal: permanecer en la zona más allá del verano, cuando los grizzly se vuelven impredecibles, agresivos y desesperados por conseguir alimento antes de la hibernación. Las advertencias de amigos, familiares y especialistas no fueron suficientes.

Una noche, un oso hambriento irrumpió en su campamento. Treadwell encendió la cámara, pero no retiró la tapa del lente. Aun así, el dispositivo grabó varios minutos de audio del ataque, captando gritos, forcejeos y el desesperado intento de Amie por salvar a Timothy. Esa grabación nunca fue publicada.

Al día siguiente, guardaparques encontraron la tienda destrozada, restos del ataque y al oso responsable, que fue abatido para poder recuperar los cuerpos.

La historia de este hombre que quiso ser “amigo” de los grizzly —y terminó devorado por uno— fue retratada en el documental Grizzly Man (2005), dirigido por Werner Herzog, que explora la obsesión, la naturaleza salvaje y los límites peligrosos entre la pasión y la realidad.


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