Roberto Fontanarrosa
LA SABIDURÍA
Cuando alcancé la sabiduría, ella se dio vuelta y dijo: ¡Ya me alcanza cualquiera!
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Roberto Alfredo Fontanarrosa (Rosario, Argentina, 26 de noviembre de 1944-ibídem, 19 de julio de 2007) fue un humorista gráfico, dibujante, guionista, historietista y escritor argentino. Fue uno de los artistas y humoristas más destacados del noveno arte en su país, y también es considerado como un destacado escritor de ficción en general (y del cuento corto en particular).
Su carrera comenzó a finales de los años 1960 como dibujante humorístico en la revista Boom de Rosario (1968) luego en Zoom y Deporte 70, destacándose rápidamente por su calidad y por la rapidez y seguridad con que ejecutaba sus dibujos. Estas cualidades hicieron que su producción gráfica fuera copiosa. Por el año 1973 dibuja en las revistas Hortensia y Satiricón y en el diario Clarín.
Su fama trascendió las fronteras de Argentina.
Se le conocía su gusto por el fútbol, deporte al cual le dedicó varias de sus obras. El cuento 19 de diciembre de 1971 es un clásico de la literatura futbolística argentina. Como buen «futbolero» siempre mostró su simpatía por el equipo al que seguía desde pequeño, Rosario Central. En 1954 el pequeño Fontanarrosa, con diez años, fue a la cancha por primera vez a ver al club de sus amores que jugaba frente a Tigre.
Desde 1979 hasta su muerte fue «colaborador creativo» de Les Luthiers, aportando frases y chistes en distintas obras, como por ejemplo, «La gallina dijo eureka», «Canción para moverse», «Cartas de color», «Epopeya de los 15» y «El sendero de Warren Sánchez».
Fontanarrosa falleció el 19 de julio de 2007 (62 años), en Rosario, Argentina. Fue sepultado al día siguiente de su muerte, acompañado por cientos de ciudadanos, entre ellos escritores, actores y autoridades de la política nacional.
La marcha hizo una parada por espacio de unos minutos en cercanías al Estadio Gigante de Arroyito (estadio de Rosario Central; club del cual Fontanarrosa era un reconocido hincha), y luego continuó hacia el norte, hacia el cementerio Parque de la Eternidad en la vecina localidad de Granadero Baigorria, donde reposan sus restos.
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Cambios en tu hijo adolescente
Roberto Fontanarrosa
[Fragmento]
«Tu hijo adolescente está cambiando. Y está cambiando a ojos vista. Lo miras cuando duerme y te asombras de que los pies le asomen una cuarta por el extremo más lejano de la cama. Los brazos se le enredan, como si no encontraran sitio, y la cabeza pende por la otra punta de su lecho como la de un pollo muerto. ¡Y es la misma cama que parecía enorme para él no hace tantos años, cuando con tu esposa decidieron cambiarlo de la cunita con barrotes porque saltaba afuera de ella como si fuese un mono!
Tu hijo ya no tiene el rostro redondeado y rubicundo de cuando era un niño, sino que la cara ha adquirido rasgos angulosos y su color se torna, día a día, más verdoso. Incluso sus movimientos no tienen ahora la armonía de cuando pequeño, cuando todo, absolutamente todo lo que hacía era gracioso. Arrojaba un plato de sopa al piso y era encantador. Aplastaba con su pequeño piecito las mejores flores del jardín de tu casa y arrancaba risas. Retorcía con saña la piel sedosa del paciente perro y movía a elogios.
Ahora está algo torpe, desmañado y le cuesta habituarse a sus nuevas medidas antropométricas, las que ha adquirido durante el desarrollo Se golpea frecuentemente contra las puertas del aparador, empuja sin querer con los codos los vasos de la mesa y se da la frente con estruendo contra el dintel de la puerta del fondo».
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