martes, 18 de noviembre de 2025

Marie-Thérèse Walter / La mujer durmiente


Marie-Thérèse Walter


Marie-Thérèse Walter

LA MUJER DURMIENTE


Marie Therese Walter (1909-1977) era una joven sueca afincada en Paris cuando con diecisiete años conoce a Picasso (él tenía cuarenta y cinco) a la salida de las Galerias Lafayette. Él aun estaba casado con Olga Khokhlova, por ello el inicio de su relación fue clandestino, años más tarde Marie Therese declararía “vivíamos en secreto y éramos felices”. Fue el nacimiento de la hija de ambos, Maya, lo que hizo que el artista se separará definitivamente de su mujer aunque nunca llegó a casarse con Marie Therese, quien además de con Olga tuvo que “compartir” a Picasso con la fotógrafa Dora Maar.

Desde principios de la década de los treinta hasta 1955 Marie Therese será una constante en la obra del pintor malagueño. En 1932, la pareja se encierra en el Castillo de Boisgeloup donde la joven será retratada durmiendo, leyendo, ante el espejo, sentada, bebiendo... Se convierten entonces en signos identificativos de Marie Therese en la obra de Picasso: la cabellera rubia en muchos casos representada en forma de mechón, y algún elemento sensual que revela la intensa naturaleza sexual de su relación.


Desnudo en el jardín, 1934







Marie Therese Walter es retratada por Picasso en varias obras durmiendo, siendo el sueño símbolo de máxima placidez y pasividad absoluta, una visión masculina de la feminidad.

El sueño (1932) muestra a la modelo dormida, sentada en un sofá orejero, prototipo de mueble burgués, hogareño y apacible. En Marie Therese, Picasso descubre un nuevo sentido de la sensualidad femenina, diferente del conocido durante su relación con Olga Khokhlova. Los pechos, símbolo evidente de lo femenino son representados con exuberancia. Las formas de la modelo son mórbidas recuerdan a las “gigantas” del periodo neoclásico de Picasso.

El rostro bifronte de Walter se divide con una enorme hendidura, muestra a un tiempo dos puntos de vista, frontal y perfil, realizando un ejercicio que venía siendo desarrollado por Picasso desde las pinturas cubistas. La línea es muy importante en este retrato, los contornos separan los colores, los cuales, a diferencia de los utilizados en los últimos retratos de Olga (Gran desnudo del sofá rojo, 1929) no son agresivos, sino que siendo aun vibrantes son armónicos. Toda la pintura transmite una gran calma, reflejo del momento de felicidad que vivía Picasso junto a la mujer a la que amaba.


El sueño, 1932




Mujer dormida, 1934



En Desnudo en el jardín (1934) de nuevo aparece Marie Therese dormida, en este caso yace en un jardín recordando a las míticas ninfas. Podemos reconocerla de nuevo por su característico mechón rubio y sus formas voluminosas. En esta pintura se busca una fusión de la anatomía de la mujer con la naturaleza, siendo esta casi un alter ego de la mujer. Marie Therese es representada como un fruto maduro. Su anatomía humana se convierte en algo inverosímil por la postura enredada, sin embargo, se percibe perfectamente su desnudez, mostrada sin pudor.

Bibliografía:

ROMANO, E. (dir.), Picasso 1915-1973, Unidad, Madrid, 2005

WALTER, C-P., Pablo Picasso 1881-1973, Taschen, Colonia, 2012

http://www.abc.es/cultura/arte/20130205/abci-picasso-subasta-201302051442.html


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