viernes, 8 de mayo de 2020

Un libro / Giorgio Agamben / Autorretrato en el estudio

Giorgio Agamben


UN LIBRO

Autorretrato en el estudio

de Giorgio Agamben


Javier Rodríguez Marcos
24 de abril de 2020





Kit de supervivencia cultural para el encierro (día 42)


El estado de alarma provocado por el coronavirus ha llevado a Giorgio Agamben a desempolvar su teoría sobre el estado de excepción. “Los hombres”, ha escrito, “se han acostumbrado tanto a vivir en condiciones de crisis perpetua y de perpetua emergencia que no parecen darse cuenta de que su vida se ha reducido a una condición puramente biológica y ha perdido todas las dimensiones, no solo sociales y políticas, sino también humanas y afectivas. Una sociedad que vive en un estado de emergencia perpetua no puede ser una sociedad libre. De hecho, vivimos en una sociedad que ha sacrificado la libertad a las llamadas ‘razones de seguridad’ y se ha condenado por esto a vivir en un perpetuo estado de miedo e inseguridad”.
La polémica nunca le ha amedrentado y el debate prosigue, pero vayamos al libro más “confinado” de los suyos: Autorretrato en el estudio. Sin perder de vista sus preocupaciones filosóficas –el poder, el saber-, Agamben repasa en él su vida a partir de los objetos, postales y fotografías que ha llevado de casa en casa: de la plaza Delle Coppelle al Vicolo del Giglio -un apartamento a dos pasos del Campo dei Fiori que le prestó Ramón Gaya en Roma– y de allí al Campo de San Polo, en Venecia. A Gaya se lo presentó en Madrid José Bergamín, que ocupa algunos de los pasajes más conmovedores del libro. Los otros son para amigos y maestros leídos como Walter Benjamin, Simone Weil y Herman Melville o vividos como Guy Debord, Italo Calvino, Claudio Rugafiori, Giorgio Colli o Martin Heidegger, al que trató cuando no era más que un doctorando veinteañero que acudía a los seminarios que el autor de Ser y tiempo impartía en al pueblo provenzal de Le Thor. “Si pienso en los amigos y en las personas a las que he amado”, escribe Agamben, “me parece que todas tienen algo en común que solo podría expresar con estas palabras: lo indestructible en ellas era su fragilidad, su infinita capacidad de ser destruidas”. Su autorretrato da fe de que además de frágiles eran memorables.

Autorretrato en el estudio. Giorgio Agamben. Traducción de Rodrigo Molina-Zavalía y María Teresa D’Meza. Adriana Hidalgo, 2019. 

EL PAÍS

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