sábado, 17 de septiembre de 2022

Sobre el doloroso arte de imaginar


Triunfo Arciniegas
SOBRE EL DOLOROSO ARTE DE IMAGINAR
17 de septiembre de 2022

Imaginen un candidato a la presidencia que diga: “Les tengo unas promesas para cuando no sea presidente”. No lo dicen, pero así pasa. Y el próximo candidato dirá lo mismo. ¿Estoy exagerando? ¿Qué pasó con la promesa de los congresistas sobre la rebaja del requete millonario sueldo? Que lo harán dentro de cuatro años, malparida sea mi vida. Que Bogotá está cara. Que nunca habían aguantado tanta hambre. Que tienen deudas. ¿No dijo uno de estos desgraciados, hace unos años, que no tenía ni para la gasolina?

“Qué cinismo, que ni vergüenza tiene”, como dijo el insigne filósofo mexicano Juan Gabriel.

Imaginen entonces al candidato al Senado diciendo: “Me voy a rebajar el sueldo cuando ya no sea senador”.

Pero hay algo peor: la gente que cree en estos políticos de mierda. Y perdón por el pleonasmo.

¿Estoy exagerando? ¿Alguien cree que dentro de cuatro años los trenes atravesarán el país? Todavía creen en los cuentos del país bonito y la vida sabrosa porque el asunto apenas empieza, pero cada vez se parecerán más a esas novias cuyo hombre no deja de engañarlas con la primera que aparezca.

Imaginen a Petro diciendo en campaña: “Voy a poner impuesto al salchichón y la gaseosa”. Ni las putas votan a por él. Las putas menos. Cómo se van a joder su propio almuerzo.

No lo dijo, por supuesto, pero es lo primero que hace. Habló de impuestos para las cuatro mil personas más ricas del país, y ahora se van a fregar hasta las pobres putas.

Qué bonito país.



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