lunes, 14 de febrero de 2022

Triunfo Arciniegas / Diario / Palabras del sediento

Ilustración de David Ladmore



Triunfo Arciniegas
PALABRAS DEL SEDIENTO
14 de febrero de 2022

Hoy es un día para comer pan delante de los pobres. Van a ver un montón de enamorados restregándonos su felicidad. Los verán felices, dándose besos o enviándose apasionadas frases de amor y declarándose amor eterno. ¿A quién carajos le importa?

Y uno ahí parado, sin tarjeta, junto a un cajero del que todo mundo saca plata. Y uno ahí, muerto de sed, a la orilla de un río que no deja de correr.

De niño, en Málaga, pasaba la tarde del domingo frente al cine, esperando que el portero abriera las puertas antes del final de la función para ver gratis una escena. Me acuerdo de algunos besos. De unas cuantas lágrimas. Pero, por supuesto, no los puedo explicar. Creo que por eso me he pasado la vida inventando historias.

Soy el que ve la fiesta a través de la ventana.

Tengo la perversión de inventar. Entro a los recintos más diversos, recorro calles y parques, mirando gente e imaginando vidas. Y a menudo pienso mal. Soy experto en desgracias.

En oscuros callejones duermen los puñales.

No creo que la gente sea tan feliz como parece, no creo en las dichosas situaciones de las fotos. Creo que la gente está empeñada en mantener las apariencias, que le horroriza admitir el fracaso, el sinsentido de la vida, el implacable imperio de la estupidez colectiva y, sobre todo, que tiene de sí misma una opinión demasiado generosa.

Es decir, siempre los otros son los malos. Siempre los otros son los mediocres. Siempre los otros son los desafortunados.

"El infierno son los otros", dice Sartre.

Dicen.

Pero a menudo somos los otros.





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