martes, 30 de julio de 2019

Triunfo Arciniegas / Diario / Philip K. Dick

Philip K. Dick
Ilustración de Cristóbal Fortúnez

Triunfo Arciniegas
BIOGRAFÍA DE PHILIP K. DICK
27 de julio de 2019



Algunos se preguntarán quién es Philip K. Dick sin saber que han visto unas cuantas películas basadas en sus historias. En Neflix hay, por lo menos, tres: Blade Runner, Los agentes del destino y El vengador del futuro. ¿Y quién no conoce Total Recall o Minority Report?



Emmanuel Carrère dice: “Dick es un escritor mayúsculo, comparable a Dostoievski. Lo pensaba entonces y sigo pensándolo ahora.” Por su parte y hablando de la ciencia ficción norteamericana, Stanislaw Lem lo consideró un visionario entre charlatanes.



Fabulador, genio, profeta, loco, farsante, iluminado, psicótico, radical, drogadicto, místico, esotérico, paranoico, así fue Philip K. Dick, entre otras cosas. Maravilloso y grandioso escritor, sin duda alguna.



Leí hace unos días, con verdadero regocijo, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Aunque se toma libertades, la novela le sirvió a Ridley Scott para hacer una gran película, Blade Runner, un clásico de la cinematografía. No están los animales eléctricos ni la televisión ni la esposa de Deckard, el protagonista, pero el guión es magnífico. No está en la novela uno de los monólogos más famosos del cine, que es una obra colectiva en realidad, de los guionistas y del mismo actor que representa al replicante, Rutger Hauer: lágrimas en la lluvia. Pero es una maravillosa novela. En el primer capítulo, Deckard sube a la azotea a ver a su pinche oveja eléctrica y conversa con el vecino, dueño de una yegua de carne y hueso y, además, preñada. Los animales se han extinguido y los pocos que quedan son carísimos. Un animal vivo otorga estatus a su dueño. Deckard sueña con uno y más adelante, con la paga que obtiene por retirar tres replicantes, consigue una cabra. Aunque se considera un policía retirado, su oficio es el de cazarrecompensas o, como se dice en la novela, cazador de beneficios. Más animales aparecen en las páginas de Philip K. Dick: un avestruz carísima, un puma inalcanzable, un búho, una araña, un sapo. 

Después de la guerra, el planeta está en ruinas. El polvo nuclear recorre la tierra y la gente se está yendo a Marte. Quedan los que no tiene medios para largarse. Los replicantes hacen los trabajos domésticos. Algunos escapan de Marte y se refugian en la Tierra. No hay manera de diferenciarlos de los seres humanos. Dekard se encargará de retirar los últimos seis. De eso trata la novela.


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