Triunfo Arciniegas
LA MANO CALIENTE
4 de septiembre de 2011
La idea que tengo es publicar de cuando en cuando fragmentos del diario, no tan íntimos, por supuesto, sino asuntos que pueda compartir con los lectores sin sonrojarme y sin comprometer los secretos ajenos. He mantenido un diario toda mi vida, tengo decenas de cuadernos guardados en cajas de cartón. Luego, con el surgimiento de la tecnología, continué el vicio en el computador. Más que pensamientos, registro hechos. Mi diario no trata de reflexiones sobre la vida sino de la vida misma, en carne y hueso, desgarrada y a menudo patética. Soy un miserable notario de mi propia existencia.
FICCIONES es un blog cuya naturaleza es la literatura. Seguiré subiendo cuentos, poemas, textos breves, fotografías, pero de cuando en cuando haré una pausa para registrar la vida cotidiana. Creo que las entradas serán más numerosas, aunque nunca alcanzaré el rito de DE OTROS MUNDOS, donde al fin y al cabo entra todo el mundo. Podré explicar a los lectores la política de este blog, para decirlo de alguna manera: por qué tal escritor o tal actriz, por qué una semana para Carver o un novenario para Cortázar, por qué el blog se abre a la fotografía, la pintura, el cine, el humor, las noticias raras e incluso la política, como si pretendiera abarcar el universo. Y creo que, cuando viaje, tendré una preciosa oportunidad para hablar a los lectores de otros mundos, precisamente, en vivo y en directo. Ya veremos cómo funciona la cosa.
Me encanta el diario que llevó Alejandra Pizarnik, sobre todo en París: un diario poético, un material elaborado. Jamás podría hacer algo así, no está en mis capacidades. No tengo su delirio ni su alto registro poético, no me fascina tanto la muerte como a ella ni enloquezco con el lenguaje. Por otra parte, considero que el diario requiere un lenguaje crudo, sin mayor elaboración. Eso se queda para el mundo de la ficción, donde a uno se le va la vida.
He notado en estos dos o tres últimos años el abandono del diario. Paso semanas y a veces meses sin escribir una sola línea, y me angustia porque mi memoria es frágil. Necesito recurrir al diario para saber cómo sucedieron ciertas cosas. Además, la escritura del diario mantiene la mano caliente y el ojo alerta.
Este alejamiento me ha llevado finalmente a la decisión de publicar fragmentos en el blog. ¿Por qué? Porque así me veo obligado a escribir. Estoy tan fascinado con el ejercicio de los blogs que tengo que escribir algunas líneas para alimentar esta dulce fiera. Estas líneas, estos cinco párrafos, son como una tarea que no realizaría en otras circunstancias. Soy como el director de un periódico que teme publicar en la edición de mañana solo páginas en blanco.
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