LECTURAS
9 de abril de 2019
Terminé uno de los cinco libros pendientes, El gato, de Simenon. Se trata de una de las llamadas novelas duras, y con razón. Los personajes son dos viejos que se odian. Es el segundo matrimonio de ambos, y ambos anhelan a los cónyuges difuntos. Ella le mata el gato al marido, y él despluma el loro de la mujer. No se hablan, se intercambian papelitos. Seguí leyendo Ursúa, de Ospina. Como necesitaba corroborar un dato de Pedro Páramo, busqué la novela y terminé leyéndola toda, con el mismo regocijo, con la misma fascinación. Definitivamente, una obra maestra. ¿Cuántas veces la habré leído? Las imágenes continúan en mi mente con la misma intensidad: ese deslumbrante comienzo, la muerte de Juan Preciado, la agonía de Susana San Juan, el desaforado amor de Pedro Páramo por una mujer que no era de este mundo. Saqué veintidós citas para publicar en Ficciones. Empezaré a subirlas cuando termine la correspondencia de Emma Reyes.
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