miércoles, 10 de abril de 2019

Casa de citas / Emma Reyes / El cura


Emma Reyes
EL CURA

Les estaba contando que era sábado el día del desorden, tanto las niñas como las monjas, porque no hacíamos reglamento. Cuando llegué con el desayuno, el cura estaba de pie. Sonriente y gentil me ayudó a poner el charol en la mesa. Yo no sé más, pero de un solo golpe sentí que su brazo me envolvía la cintura y con la otra mano me empujó la cabeza para atrás y me dio un beso en la boca y luego bajó las manos y me apretó los pechos. Estoy segura que fue María que me ayudó, pero no sé cómo pensé y metí una pierna entre la pierna de la mesa, tiré todo el desayuno al suelo. El ruido que hizo ese charol cuando cayó fue tan fuerte que hasta el cura se asustó y no desayunó y se fue corriendo, pero antes de irse me dio un empujón tan fuerte que yo fui a estrellarme con la cabeza contra San Cristóbal. Solo recuerdo que dulcemente me fui cayendo en el suelo.
Emma Reyes
Memoria por correspondencia
Bogotá, Laguna Libros, 2012, p. 232


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