Bibiana Bernal
CRUZAR
Fragmento inédito
Fragmento inédito
Salgo de la casa como quien espera entrar
en la vida al cruzar la puerta. Y todo, a pesar de no haber ocurrido nunca de
la misma forma, parece una eterna repetición. Subir al bus. Bajar. Entrar al
café. Permanecer. Salir. Subir al bus. Bajar. Llegar a la casa. Permanecer.
Hasta volver a salir sin haber regresado del todo. Ir. Venir. Sin estar aquí o
allá. Sin ir o regresar de lado alguno. Sin habitar o ser habitado por ningún
espacio. Sin entrar o salir de sitios o personas. Sin que nadie entre o salga
de mí. La casa. El bus. El café. La casa. Yo. Yo. Yo. Yo. En todos y en
ninguno. En mí y deshabitada. Yendo y viniendo. Entrando y saliendo. No voy. No
estoy. No regreso. He estado demasiado tiempo a solas conmigo. Estaría bien
ausentarme. Irme como todos se han ido. Como nunca han estado. El problema no
es estar sin nadie sino estar demasiado conmigo. Hace falta que alguien me
habite un poco. Ausentarme de mí en alguien. Llegar a mi intimidad y que no falte
otra. La de alguien cercano. La de un extraño. El sexo de cualquiera. El sexo.
Otro. Que no sea el mío lastimado. Dolorido de tanta soledad acariciada. Que
otro se venga. Estar mojada de la humedad de otro. No imaginario. No recordado.
Alguien que se moje aquí, ahora, dentro de mí y conmigo. Una hora tocándome. Y
nada. Y duele. Y dolerá parar o seguir. Ya ni eso. Ni tocarme sirve. Hasta el
último placer ahora duele.
BIBIANA BERNAL EN CASA DE CITAS
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