Marc Behm
YA NO ERA SUFICIENTEEsa noche, en la tele de su cuarto de hotel vio una película sobre un preso que se había fugado de una cadena de presidiarios y al que perseguían unos sabuesos. Continuamente atravesaba con dificultad arroyos y pantanos para alejar a los perros de su rastro, pero luego tenía que cruzar un desierto y el pelotón le pescaba. Ése también era el problema de Joanna. La estela que dejaba tras de sí era demasiado obvia, y estaba escaseando el agua para cubrir sus huellas. Simplemente ya no era suficiente con cambiarse de nombre y de peluca.
Marc Behm / Becky Yamassee
Marc Behm, La mirada del observador, cap.15
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