domingo, 28 de diciembre de 2025

Triunfo Arcinegas / Diario / Mis gatos


Toni

Mío

Triunfo Arciniegas
MIS GATOS
27 de diciembre de 2025

Cuando Cata murió, destrozada por los perros, me quedé con la única compañía de Mío. Luego llegó Nino, que desapareció mientras pasaba una temporada en casa de René y yo resolvía algunos pendientes en Bogotá. Conseguí dos gatos grises un tanto salvajes, muy hermosos, en la finca vecina de La Mancha. Nacieron en el monte, cerca de una mina de carbón, según me contaron. Los conseguí sin proponérmelo. Mi hermano Darío y yo fuimos a la finca de Genaro por un vaso de agua y terminamos trayendo el par de gatos. Pregunté por bromear si me vendían uno y la esposa de Genaro dijo que pedía llevarme ambos si quería. A su nieta, una niña de unos ocho años, le prometí unas acuarelas.

Dejé a Mío en casa de René para evitar conflictos. Los gatos grises estuvieron perdidos en mi casa un par de meses. Comían a escondidas y no tuvimos el acercamiento que esperaba. Uno prefirió la azotea y terminó desapareciendo. Tuvo que disputarse el territorio con otros gatos. De pronto se asustó, huyó y no encontró el camino de regreso. Supongo que así fue. 

Me quedé con el otro, el más gris, que prefería el estudio y otros rincones seguros. Al final se pasó a la azotea y dejé de verlo. Rescaté a Mío de la casa de René y entonces apareció en la calle el gato más gris, que empecé a llamar Toni, pues en la finca los llamaban Tom y Jerry.  En realidad, nunca pude diferenciarlos. Dejé la puerta entreabierta y Toni volvió a casa.

Sigue esquivo, pero hemos tenido acercamientos. Siempre aparece a la hora de la comida y no se espanta como antes. Entra al dormitorio y a veces se trepa a la cama. Pasa parte de la tarde en la ventana donde Mío toma el sol. Todavía no son amigos. A veces se gruñen. 





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