miércoles, 5 de octubre de 2016

Casa de citas / Truman Capote / Tres fragmentos de "Mojave"



Truman Capote
Biografía

Tres citas de "Mojave"



I

“Un día me dice Hulga que la va a visitar una prima suya. Ivory Hunter. He olvidado su nombre auténtico, está en el certificado de matrimonio, pero no lo recuerdo. Había tenido unos tres maridos antes que yo; probablemente, ni se acordaba del nombre con que nació.

II

“Sí, señor, Ivory era todo sexo. En todos los sentidos que quiera usted emplear la palabra. Pasó exactamente un mes desde el día que la conocí al día que me casé con ella. No cambió mucho, me daba bien de comer, siempre tenía interés en oír cosas de los judíos del club, y fui yo quien redujo la sexualidad, bastante, por la presión sanguínea y todo eso. Pero ella nunca se quejó. Recitábamos la Biblia juntos, y todas las noches ella leía revistas en voz alta, buenas revistas, como Reader's Digest y The Saturday Evening Post, hasta que me quedaba dormido. Siempre decía que esperaba morirse antes que yo, porque se le partiría el corazón y quedaría desamparada. Era cierto que no tenía mucho que dejarle. Ningún seguro, sólo algunos ahorros en el banco que convertí en una cuenta conjunta, además de poner el remolque a su nombre. No, no puedo decir que hubiera una mala palabra entre nosotros hasta que se peleó con Hulga.”

III

“Ivory juró una y otra vez que no era verdad. ¿Ella? ¿Dejar ella que un mejicano asqueroso como Freddy le pusiera un dedo encima? Explicó que Hulga estaba furiosa y celosa porque ese chico la había dejado pelada y creía que se estaba jodiendo a todo bicho viviente entre Cat City e Indio. Afirmó que yo la había ofendido prestando oídos a tales mentiras, aun cuando Hulga era más digna de lástima que de insultos. Y se quitó el anillo de boda que yo le había dado —perteneció a mi primera mujer, pero ella dijo que no importaba, porque sabía que yo había amado a Hedda y que eso le añadía valor—, y me lo tendió diciendo que si no la creía, que ahí tenía el anillo y que cogería el primer autobús que saliera hacia cualquier parte. Así que se lo volví a poner en el dedo y nos hincamos de rodillas en el suelo y rezamos juntos.

 Nota
Se trata de tres citas de “Mojave”, uno de los cuentos de Música para camaleones, tres fragmentos de la historia que George le cuenta a su infiel mujer, y sólo tienen un propósito: picar al lector. Si bien la curiosidad mató al gato, también hace al lector. En este enlace, el cuento completo, por supuesto.

Truman Capote, “Mojave”

Y una vez que haya leído este cuento, el lector no soportará las ganas de leerse "Música para camaleones" de princiupio a fin. Vale la pena tener el libro en la biblioteca y saborearlo una y otra vez a lo largo de los años.





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