ONETTI Y EL INQUISIDOR
Onetti tiene su fama de perdedor de concursos. Perdió ante otros escritores hoy desdibujados, por supuesto. Tal vez había llegado demasiado pronto. Y perdió con Vargas Llosa, entonces joven y cuesta arriba. Llegaba tarde el pobre Onetti. Pero la mala suerte también alcanzó al inmenso escritor uruguayo cuando fue jurado de un concurso de cuentos: terminó en la cárcel.
Durante la dictadura uruguaya, Onetti sufrió una absurda y hasta cómica persecución política. Fue detenido por su papel de jurado de un concurso de cuentos cuyo ganador ganador hacía veladas referencias a la posible homosexualidad de un miembro de la Junta Militar.
Para la historia, queda registrado el interrogatorio.
El oficial inquisidor le preguntó:
- Ninguna, respondió Onetti.
- ¿Pero por quién votó?
- Por nadie.
- ¿Pero por quién habría votado?
- Nunca he votado.
- ¡Ah! ¡Un anarquista!
Más aburrido que asustado, Onetti respondió:
- Y…ponele anarquista si querés. ¿Puedo fumar?
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