jueves, 31 de octubre de 2019

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Triunfo Arciniegas
LAS CIEN MEJORES NOVELAS DE TODOS LOS TIEMPOS
31 de octubre de 2019



En la lista de las cien mejores novelas de todos los tiempos, publicada por The Guardian en 2003, sólo figura una obra latinoamericana: Cien años de soledad. De hecho, en la lista hay solo dos novelas escritas en español. La otra es Don Quijote. A Harold Bloom, el crítico más importante de nuestro tiempo, no le interesaba el realismo mágico, y Nabokov, tan lúcido en otras ocasiones, despreciaba la obra maestra de Cervantes. Cosas que pasan: memorables equivocaciones de grandes escritores. En una selección de las 200 obras colombianas que se hizo en Colombia hace unos meses, Cien años de soledad ocupó el segundo lugar, después de La Vorágine. Por supuesto, otra equivocación.

Tal vez recuerden el mediocre texto de Fernando Vallejo contra la obra maestra de García Márquez. Alguien dijo que Vallejo parecía un hombre tratando de matar un elefante con un cortaúñas. En todas partes hay que gente que pretende tapar el sol con las manos. 

La lista de The Guardian incluye a Roald Dahl, algo que no sucedería con nuestros críticos, que desprecian la literatura para niños. Como cosa curiosa, en vez de Las brujas, Maltida o Los cretinos, de Roald Dahl escogieron El gigante bonachón.

Y Dahl no es la excepción. También figuran Alicia en el país de las maravillas, Mujercitas, Luces del Norte, El llamado de la selva, La telaraña de Charlotte (en vez de Stuart Little), El viento en los sauces, Huckleberry Finn, El señor de los anillos.

De Camus, La peste en vez de El extranjero, y de Raymond Chandler El sueño eterno en vez de El largo adiós, esa maravillosa obra maestra.

De Kundera, escogieron El libro de la risa y el olvido en vez de La insoportable levedad del ser. La obras de Paul Auster y Günter Grass son obvias: La trilogía de Nueva York y El tambor de hojalata.

No podían faltar, por supuesto: Ulises, En busca del tiempo perdido, Cumbres borrascosas, Madame Bovary, Lolita, Tristram Shandy, El conde de Montecristo, Robinson Crusoe, La letra escarlata, Moby Dick, El guardian en el centeno, El señor de las moscas, Herzog.

No se olvidaron de Calvino (Si una noche de invierno un viajero en vez de El barón rampante) ni de Graham Green (El americano impasible en vez de El fin de la aventura) ni mucho menos de Scott Fitzgerald (El gran Gatsby, por supuesto).

Kafka (El proceso, otros hubieran preferido El castillo o La metamorfosis, Dickens (David Copperfield) y Coetzee (Esperando a los bárbaros en vez de Desgracia) son autores imprescindibles en cualquier lista.

De Hemingway escogieron un libro de cuentos, Hombres sin mujeres. ¿No se trata de novelas?

De Faulkner, en vez de Luz de agosto o El ruido y la furia, se decidieron por Mientras agonizo, una maravillosa novela breve. Con Faulkner la cosa es difícil. Lo mismo con Conrad: Nostromo en vez de El corazón de las tinieblas. Y en cuanto a Stevenson, El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde en vez de La isla del tesoro.

De Tolstoi, por encima de Guerra y paz, figura Ana Karenina. De Dostoievski, Los hermanos Karamazov. Y aquí hace falta El maestro y Margarita, de Bulgakov.

Otras lamentables ausencias: Juan Rulfo, Jonathan Franzen, Cormac McCarthy, Truman Capote, Penelope Fitzgerald, Doris Lessing, Iris Murdoch, Marguerite Yourcenar, Mishima, Yasunari Kawabata, Ballard, Julian Barnes, Ian McEwan, Thomas Mann, Alberto Moravia, Thomas Bernhard, Shikibu Murasaki, Naguib Mahfouz.

Al final, supongo, cada quien hace su lista.

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