Ingmar Bergman y Liv Ullmann Rodaje de Sonata de otoño, 1978 |
Liv Ullmann
BERGMAN
Ingmar casi no hablaba, pero nos enviaba constantes señales de humo. Estábamos muy cerca el uno del otro y él me conocía perfectamente. Fue un rodaje extraño, en digital, estaba su inspiración pero no la cámara. El último día de rodaje hubo una fiesta, pero él no fue. Me dijo que quería coger un avión a su isla lo antes posible. Nos dio las gracias al equipo y se marchó. Era su despedida. Él lo sabía, nosotros lo sabíamos.
Liv Ullmann / Bergman no era Dios
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