Triunfo Arciniegas
Filósofo de semáforo
TODO UN ARTE, UN DOLOROSO ARTE
Retorcerle el cuello a la ilusión hasta matarla y luego darle un garrotazo por si acaso, si aún por terquedad respira, si aún por equivocación mueve las orejas, y mantener en alto el garrote y golpear sin vacilar las veces necesarias.
Filósofo de semáforo
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