Triunfo Arciniegas
Filósofo de semáforo
Ni el uno ni el otro
Ni me gusta Santos ni me gusta Zuluaga. Que quede claro que ambos me parecen igualmente espantosos y que las elecciones han sido una pelea de hampones. Con Santos la paz no es segura ni me creo la frase que le inventaron los publicistas: “El fin de la guerra o la guerra sin fin”. En cualquier momento, como ha sucedido antes, las FARC pueden suspender las negociaciones y la vida de reyes que llevan en Cuba, y continuarán su siniestra misión hasta que todos se mueran de viejos. O nos moriremos de viejos nosotros, si los dioses lo permiten, esperando el fin de las negociaciones. Me asquea que asesinos y narcotraficantes decidan el destino del país. Por otro lado, con Zuluaga tampoco vienen la catástrofe y el apocalipsis de manera inexorable. Me asquea esta campaña de miedo. Es como si Santos dijera: “Yo soy el camino, la salvación, la verdad y la vida, voten por mí o los matan”. Ninguno es peor que el otro: ambos son peores.
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