Diario
Pirata 2
Bogotá, 20 de julio de 2013
"A mí también me sacaron un ojo", me grita un vagabundo en la Séptima, en pleno centro, porque llevo un parche. Me niego a darle dinero y me insulta. "Por ser tan horrible tiene esa vida tan desgraciada", le digo. Entro a una tienda a comprar una Coca-cola y ya no me sigue. No sé si anda por ahí cuando salgo. Pienso que puedo defenderme con la misma botella de Coca-cola.
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