Héctor Tizón
LA CASA Y EL VIENTO
En eso fue sabio un analista en México. Estaba yo al borde del colapso, porque se me había escapado el duende de la botella y alguien me dijo que fuera a ver a un analista argentino, exiliado. Entonces fui yo, tres o cuatro veces, y él me prestaba la oreja, como debe ser. Eso me ponía en una gran tensión porque tenía que ir preparado para hablar porque si no nos quedábamos callados y era bastante ridículo. En algún momento le dije que estaba harto, que me ponía muy nervioso eso de tener que imaginarme en el tren lo que iría a decirle y que incluso a veces lo anotaba en una libreta. "¿Por qué no me presta la libreta?", me dijo. Cuando volví fue claro: "Tiene usted razón, no tiene que venir más. Eso que ha anotado en la libreta, escríbalo". Y eso fue La casa y el viento, "la elaboración del duelo", como dicen los analistas. Tendría que haberse llamado El largo adiós, pero me habían robado el título.
Graciela Speranza
Primera persona
Conversaciones con quince narradores argentinos
Bogotá, Grupo Editorial Norma, 1995, p. 28
1 comentario:
tiene buena prensa, procuraré leerlo.
Saludos
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