viernes, 30 de noviembre de 2018

Casa de citas / James Salter / No hay una vida completa



James Salter
BIOGRAFÍA
NO HAY UNA VIDA COMPLETA


Pero el conocimiento no te protege. La vida desprecia el conocimiento, lo obliga a esperar sentado en la antesala, a esperar fuera. Pasión, energía, mentiras: eso es lo que la vida admira. No obstante, todo es soportable si la humanidad entera observa. Lo demuestran los mártires. Vivimos dentro de la atención ajena. Nos volvemos hacia ella como flores hacia el sol. 

No hay una vida completa. Hay sólo fragmentos. Hemos nacido para no tener nada, para que todo se nos pierda entre los dedos. Y, sin embargo, esta pérdida, este diluvio de encuentros, luchas, sueños... hay que ser irreflexivo, como una tortuga. Hay que ser resuelto, ciego. Pues cualquier cosa que hagamos, incluso que no hagamos, nos impide hacer la cosa opuesta. Los actos demuelen sus alternativas, he aquí la paradoja. La vida, por tanto, consiste en elecciones, cada cual definitiva y de poca trascendencia, como tirar piedras al mar. 

Hemos tenido hijos, pensó; nunca podremos no tener hijos. Hemos sido mesurados, jamás sabremos lo que es despilfarrar nuestra vida.


James Salter, Años luz


jueves, 29 de noviembre de 2018

Casa de citas / James Salter / Saul Bellow


Saul Bellow

James Salter
BIOGRAFÍA
SAUL BELLOW


Creo que fue Turguéniev, o si no uno de los Goncourt, quien dijo que siempre que los hombres cenan juntos, la conversación gira en torno a las mujeres y el amor. En cualquier caso, así era con Saul Bellow, al menos en los años que yo lo conocí, desde finales de los setenta y en la década de los ochenta. En esa época tenía en mente sobre todo a las mujeres, porque su ex esposa, la tercera, le había puesto un pleito pidiendo más dinero, después de que ganara el Premio Nobel y los seiscientos o setecientos mil dólares que traía consigo. El juicio era en Chicago y Bellow temía que hubieran sobornado al juez. No llegué a conocer a su ex mujer, aunque tengo la sensación de haberlo hecho. Ella estaba en manos, por decirlo así, de un fabuloso contador de historias. Bellow estaba en manos del juez y ella en las de Bellow. Pedía que aumentaran su pensión y la ayuda para mantener a su hijo. Estábamos en Aspen, donde el Instituto de Estudios Humanísticos lo había invitado aquel verano; mientras Bellow nadaba estilo rana –había una piscina–enumeraba los motivos por los que sospechaba del juez y por qué era evidente que ella tenía el ojo puesto en el dinero del premio. Más que el ojo.

James Salter
El arte de la ficción
Barcelona, Salamandra, 2018, pp. 84-85



miércoles, 28 de noviembre de 2018

Casa de citas / James Salter / Kerouac





James Salter
BIOGRAFÍA
KEROUAC

Estaba en Pensacola una tarde, ya después de la guerra, caminando por la calle, cuando me detuve a mirar el escaparate de una librería. Había un libro con una cubierta llamativa titulado la ciudad y el campo. El nombre del autor atrajo mi atención: John Kerouac. Conocía a un Jack Kerouac con el que había estudiado en el instituto y que entonces escribía relatos. ¿Sería él?

Entré y busqué el libro. En la solapa había una fotografía. Lo reconocí inmediatamente. Me quedé atónito. Iba un curso por delante del mío en el instituto, al igual que todos sus amigos. Era fornido y atlético, corría muy rápido. Jugaba al fútbol americano. Sabía que se había ido a Columbia a jugar. Leí varias páginas del libro, y lo compré y me lo llevé a casa.



“Esto lo escribió Jack Kerouac”, le dije a mi mujer, enseñándoselo.



A ella no la conocí hasta mucho después del instituto, así que tuve que ponerla en antecedentes. Le expliqué quién era, pero no le expliqué cómo me había sentido al ver su libro: celoso, incluso asqueado de envidia, superado.

Mi mujer no veía con especial simpatía mi interés por la escritura. Tampoco se oponía; le era indiferente. Pero yo, caminando de uniforme por una calle en Pensacola, de pronto me había topado con la imagen de una vida distinta a la que yo vivía.

La ciudad y el campo del título eran Nueva York –donde Kerouac conoció a las figuras fundamentales de su vida, William Burroughs, Allen Ginsberg, Neal Cassady, y también a varias de las mujeres con las que se casó– y Lowell, Massachussets, su pueblo natal. La escritura está marcadamente influida por Thomas Wolfe. Yo había leído a Thomas Wolfe, las tres novelas colosales, sus largas, exuberantes descripciones de lo prosaico y su naturaleza insaciable, su búsqueda de sentido y amor, que a veces acaban en pie yámbico, la señora Jack, Esther Jack, sacada de su propia vida. Fue esa exuberancia lo que Kerouac encontró en él y transformó en una fuerza torrencial para que la elegía sonara a jazz. Leí La ciudad y el campo; me conmovió profundamente el mero hecho de que se hubiera escrito.

Yo nunca había escrito una novela, aunque lo había intentado. Había escrito varios cuentos. En un momento dado escribí uno mucho más largo y se lo enseñé a un buen amigo. Su novia y él lo leyeron y me aconsejaron que lo rompiera. Es una lección de humildad escribir algo sobre ti mismo y verlo ridiculizado. Claro que yo había fingido que no era sobre mí, pero se traslucía en cada página.

No sé de dónde sale el afán de escribir. No creo que sea innato, pero llega pronto. Yo no albergaba un demon, como al parecer le ocurría a Faulkner, o a D. H. Lawrence, pero hay escritores que no están poseídos de ese modo. No creo que fuera el caso de Ford Madox Ford. John Updike no tenía demon. Tampoco Lampedusa. Sea como sea, el genio obra a su antojo. Lo mío era solo un deseo que podría haber durado hasta cierto punto. Entonces apareció en mi camino una figura compasiva. Era un agente que había dirigido mucho tiempo una revista y que me aceptó a pesar de que no hubiera publicado ni pudiera mostrar nada aparte de aquel único intento, pero yo había seguido trabajándolo y le pareció lo bastante bueno para presentarlo.

En mi otra vida, me habían destinado al transporte aéreo. Era aburrido pero eres joven; los nombres de lugares lejanos significan algo para ti. Nadie pensaba que habría una guerra; eso se había acabado, Hablo de 1946, cuatro años antes de que la Guerra de Corea estallara de repente, como una tormenta, casi pareció que de la noche a la mañana. Cuando eso ocurrió, yo estaba en el cuerpo de cazas y ansioso por entrar en combate. Sería ridículo morir en un caza y que no fuera en la guerra. Fue operístico, decir adiós y cargar con el miedo de no volver… sin confesarlo nunca.

En algún momento recibí una nota de mi agente: Harper’s había rechazado el manuscrito, pero, al devolverlo, el editor había dicho: “Si escribe otro libro, nos interesaría verlo”. Así que por fin era escritor. O quizá lo sería al cabo de cinco años. Ése fue el tiempo que transcurrió desde el momento en que volví a empezar hasta que terminé.

La novela que empecé fue Pilotos de caza. Supe desde el principio cuál sería el estilo, pero no la forma. No podía encontrarla, por más vueltas que le daba y a pesar de que prácticamente la veía, es decir, la imaginaba escrita. Hasta que un día la vi clara. Me senté y escribí en la zona en blanco de un mapa el esbozo de la novela en capítulos. Me la aceptaron e incluso me mandaron un contrato para otra.

James Salter
El arte de la ficción






martes, 27 de noviembre de 2018

Joss Stone / The High Road



https://www.youtube.com/watch?v=fRfz1sJEQ1M



Joss Stone

The High Road 
by James Mercer and Brian Burton


We're bound to wait all night
She's bound to run amok.
Invested enough in it anyhow
To each his own

The Garden needs sorting out.
She curls her lips on the bow,
And I don't know if I'm dead or not,
To anyone...

Come on and get the minimum,
Before you open up your eyes.
This army has so many heads,
To analyze...

Come on and get your overdose
Collect it at the borderline,
And they want to get up in your head...

Cause they know and so do I.
The high road is hard to find.
A detour in your new life.
Tell all of your friends goodbye.

The dawn to end all nights,
That's all we hoped it was.
A break from the warfare in your house,
To each his own...

A soldier is bailing out.
He curled his lips on the barrel.
And I don't know if the dead can talk,
To anyone...

Come on and get the minimum.
Before you open up your eyes.
This army has so many hands,
Are you one of us?

Come on and get your overdose.
Collect it at the borderline,
And they want to get up in your head...

Cause they know and so do I.
The high road is hard to find.
A detour in your new life.
Tell all of your friends goodbye.

It's too late to change your mind,
You let loss be your guide.

It's too late to change your mind,
You let loss be your guide.

It's too late to change your mind,
You let loss be your guide.

It's too late to change your mind,
You let loss be your guide.


https://www.youtube.com/watch?v=D4iKbcjt43k

Joss Stone 

"The High Road" 

LIVE Studio Session


https://www.youtube.com/watch?v=zqzSN3PSPjk

Joss Stone

The High Road (AOL Sessions)


Subtitulada + Lyrics On Screen. Studio Version. Noveno track y segundo single (USA) del nuevo álbum "The Soul Sessions Vol.2". Original de la banda americana de Indie Rock, Broken Bells. Fue lanzada como sencillo en diciembre de 2009, e incluida en su álbum homónimo, y único hasta la fecha, de marzo de 2010. Broken Bells es un proyecto liderado por el reconocido productor y compositor Brian Burton, más conocido por su apodo "Danger Mouse", que ha trabajado con Cee Lo Green, Norah Jones, The Black Keys, U2, entre otros, y el vocalista y guitarrista del grupo The Shins, James Mercer.


https://www.youtube.com/watch?v=gWBG1j_flrg

Broken Bells - The High Road



https://www.youtube.com/watch?v=e8hon59n3XQ

Broken Bells 

The High Road (Live on KEXP)


lunes, 26 de noviembre de 2018

Triunfo Arciniegas/ Diario / Pierna de platino



Triunfo Arciniegas
PIERNA DE PLATINO
Cuatrovientos, 26 de noviembre de 2018

Esta cosa monstruosa, este recipiente del dolor, es una pierna de platino. Además de ojo de vidrio y corazón de piedra, soy Pierna de Platino. Su coloración va a cambiar día a día. Los amigos van a preguntar en qué concurso de novela me gané tal premio y les diré que el honor no lo otorgan por un título específico sino por la obra de toda la vida.

La cirugía, según dicen estos amadísimos magos modernos que son los médicos, fue un éxito. Me aseguraron clavos y tornillos, y todo va por dentro, como la procesión. Pero la anestesia me pateó: sudor, temblores, náusea y vómito. Y el susto, por supuesto. Uno se hace el tranquilo, el obediente e incluso demuestra valentía, pero en el fondo  hay unas ganas de salir corriendo y dejarle la pata a quien sea para que tenga la misericordia de arrojarla a la basura.

Fue una larga semana de espera en el hospital San Juan de Dios hasta que al octavo día, y no precisamente por la tutela sino porque las amistades movieron palitos, apareció un poderoso ángel de la guarda en Bogotá y empezaron a moverse las cosas.

¿Qué harán en estos trances otros más desamparados que yo? En la puerta del hospital se quema el cristiano.

Ay, vida mía, qué dolor, ángel sin ojos en laberintos de luz. Se desmorona el corazón de piedra.

Así que me trajeron a Cúcuta en ambulancia la noche del viernes, me examinaron hasta la conciencia y el sábado en la tarde entré a cirugía. Y salí, que es un detalle pendejo pero clave, al menos para mí.

El domingo verificaron que todo estaba bien y me dieron de alta. René fue a recogerme en la  camioneta y prácticamente me escapé, descalzo, en piyama y sin calzoncillos. Le había advertido que condujera despacio, esquivando los numerosos huecos de las calles cucuteñas, pero la boleta de salida se demoró cuatro horas, las cuatro horas más largas de vida, y ya me sentía como uno de esos viejos que las familias dejan en el hospital y jamás regresan a reclamar, por eso mejor le dije a toda mierda, hijo, vámonos antes de que esta gente se arrepienta, y no nos detuvimos hasta llegar a Cuatrovientos.




viernes, 23 de noviembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario / Nueva novela



Triunfo Arciniegas
NUEVA NOVELA
22 de noviembre de 2018

Creánlo o no, estoy con nueva novela, la segunda de mi Trilogía animal. Así, en una pinche y estrecha camilla de urgencias de la sala de traumas, no en una cama de un cuarto más o menos digno. Envié a mi editora Dulce animal de compañía el pasado lunes 19 y hoy 22 ya estoy con Doncella del Señor, porque ya es suficiente vagancia.

Sigo con la pierna quebrada. Seis días después de que me cayera un muro encima, sigo esperando que me remitan al traumatólogo. Tengo el muslo y la pierna inmovilizados con una férula y dependo de alguien hasta para cargar el celular, así que imagen la situación.  Soy la viva demostración de que nuestro sistema de salud es una mierda. Ya saldré de este lío, pero hay gente que dejan morir. Hoy deben fallar la tutela que entablamos. Pero hay pobres cristianos con cáncer que están mendigando un remedio desde hace meses y que van a terminar muertos por la malparidez ajena.

Hay gente enriqueciéndose con el dolor ajeno. Así de desgraciados son algunos. No les alcanzará la vida para gastarse todo lo que se han robado. Así son los políticos, por decir algo, ratas con corbata. De izquierda o derecha, la misma porquería. En el poder o detrás del poder como lobos acezantes o mezclándose con astucia entre las necesidades de la gente, gritando dolores ajenos en las manifestaciones, atribuyéndose milagros, para luego dar el zarpazo.

Pero sólo quería decir que estoy trabajando en otra novela, contra viento y marea, contra muros y desgraciados. Que la vida se gana trabajando y no esperando que un Mesías resuelva nuestras desgracias.

Sólo quería decir que mis días y mis noches pertenecen ahora a una doncella del Señor.



jueves, 22 de noviembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario / Situación lamentable







Triunfo Arciniegas
Situación lamentable
21 de noviembre de 2018

Situación actual: lamentable.
¿Cómo remedio estas ganas de salir corriendo?  No quiero ver más estas  paredes blancas ni las grises camillas del espanto.
Terminé de escribir la novela y la entregué por correo electrónico al editor. Casi de inmediato empecé a leer la poderosa trilogía de John Berger. Regocijo absoluto, por supuesto.
Pero la realidad, terca e insistente, vuelve una y otra vez, restregándome sin piedad mi propia y frágil existencia.




lunes, 19 de noviembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario / Dulce animal de compañía





Triunfo Arciniegas
DULCE ANIMAL DE COMPAÑÍA
Hospital San Juan de Dios, 18 de noviembre de 2018

Contra viento y marea, contra muros que me caen encima o huesos que se quiebran, sigo trabajando en la novela. Antier, ayer y hoy ya cumplí la jornada. Pero voy a seguir, hasta que el cuerpo aguante, porque debo entregar en dos o tres días la versión definitiva de Dulce animal de compañía, que será publicada por Alfaguara en marzo de 2019.










Triunfo Arciniegas / Diario / Última versión


Dulce animal de compañía
Fotografía de Triunfo Arciniegas


Triunfo Arciniegas

LA ÚLTIMA VERSIÓN

Hospital San Juan de Dios, 19 de noviembre de 2018

Las circunstancias hicieron que fuese de hospital la última versión de mi novela, "Dulce animal de compañía". Terminé una vez más, y menos mal porque mañana se vence el plazo de entrega. En un par de horas vendrá Alejandra con un portátil a esta sala de traumas (me pregunto dónde más podía estar un pobre bebedor de relámpagos traumatizado) para que introduzcamos al formato de Word los cambios de los últimos tres días de trabajo, desde cuando me cayó el bendito muro encima y me fracturó la pierna hasta el desvelo de esta madrugada. Alfaguara publicará la novela en marzo. De manera que en la próxima feria del libro de Bogotá me pasearé muy orondo con novela nueva, ojo de vidrio, corazón de piedra y pata de platino. Por ahí nos veremos, señores.









jueves, 15 de noviembre de 2018

Casa de citas / María Fernanda Heredia y Verónica Mosquera / Sobre la Feria del Libro de Quito




SOBRE LA FERIA DEL LIBRO DE QUITO

Maria Fernanda Heredia compartió una publicación.
15 de noviembre de 2018
Comparto lo que cuenta Verónica Mosquera, con claridad e indignación, sobre la feria del libro de Quito. ¿Me sorprende? Nada. ¿Me enoja? Mucho. Ahí está el resultado de la improvisación y la falta de sentido de unos irresponsables convertidos en autoridades. No solo es su dinero, el mío y el de todos, es el prestigio de la ciudad y del país, es la cultura y la lectura convertidas en chapuza. Qué vergüenza, ministro. Qué vergüenza de ministerio.


Invitar autores internacionales por invitar. 
Improvisar sus actos un día antes, o dos. 
Encontrar presentadores o interlocutores para sus eventos un día antes, o dos (esperar que sean lo suficientemente leídos o preparados para sortear la situación, Google ayuda mucho, porque, por supuesto, no se le facilitan los libros del autor en cuestión; ¡justo esos libros no importan en la feria del libro!).
No tener lista una agenda para cada autor invitado ni al recibirlo (como es lo debido) ni mientras se encuentra aquí. Los pobres no entienden bien qué nomás van a hacer, adónde van después del evento, qué otras actividades tienen, etc.
¡No hay sus libros!, pero no importa, porque aquí están los autores, pues, qué más se puede pedir. 
Difundir folletos con agendas de actividades equivocadas el primer día de feria.
Difundir folletos con agendas medio corregidas los siguientes días de feria. 
Cancelar eventos a ultimísima hora, con inocentes lectores o interesados que ya se lanzaron el viaje y no volverán. 
No comunicar e invitar directamente a quienes más podrían beneficiarse de varias charlas o conferencias especializadas (maestros, estudiantes de colegio o universitarios, gestores culturales, mediadores de lectura, bibliotecarios) = autores invitados desperdiciados al máximo = desperdicio de recursos. 
No importa permitir a los autores difundir su obra, qué pereza comunicarse con los medios de comunicación para elaborar una agenda mínima de medios con cada uno. Improvisar con los medios: los que estén ese rato, que les entrevisten, si quieren, si el autor quiere, es lo de menos. 
Leit motif de las personas de Comunicación de la feria días (no semanas ni meses) antes de a feria y ya iniciada la misma: "no sé, no sé, no sé, no sé, no sé, no te puedo decir".


martes, 13 de noviembre de 2018

Triunfo Arciniegas / Diario 2018 / Invitación quiteña


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Inventado vuelos
Ilustración de Karla Reyes


Triunfo Arciniegas
Invitación quiteña
13 de noviembre de 2018

La tarde del lunes 5 de noviembre de 2018 me enviaron el “itinerario del vuelo para su confirmación” y el martes 6 respondí lo siguiente:

Apreciada Belén:
El regreso a Colombia para el viernes 16 está bien. Perfecto!
Pero la ida no.
Llego de madrugada el miércoles 14 a Quito y a las once de la mañana tengo un evento: voy a hablar dormido.
Necesito que me adelanten el viaje de ida el martes 13. Ojalá temprano, en la mañana, por favor.
Mil gracias.

Un texto fácil de entender para quien domine los principios básicos del español. Sólo necesitaba llegar más temprano a Quito, nada más. Pero no, era demasiado pedir.

Recuerde que el martes 6 de noviembre usted me escribió: “Muchas gracias por su respuesta. Voy a salicitar (sic) a la agencia que me ayude con los cambios, y le envío el nuevo itinerario.”

Por el correo que usted me envió a las siete de la noche del 7 de noviembre, me entero que cambiaron la hora del regreso (Quito-Bogotá-Cúcuta), que estaba bien, y dejaron tal cual la hora del viaje de ida (Cúcuta-Bogotá-Quito). Así que el 8 de noviembre, antes de las siete de la mañana, le escribí “Lo hicieron todo al revés!”. Ese era el título del correo. Y, para evitar dudas, este era el texto: “Hicieron todo exactamente al revés. Lo que estaba bien (el regreso a Colombia) lo cambiaron. Y lo que estaba mal (la ida a Quito) lo dejaron tal cual.”

El mismo 8 de noviembre, usted me escribió: “Mil disculpas por la equivocación, a continuación envío el nuevo itinerario.” 

Entonces cambiaron la hora del vuelo de ida, pero no el de regreso. Es decir, el horario que en un principio estaba bien (“perfecto”, escribí”) no lo mantuvieron. En otras palabras, o hacen al revés las cosas o las hacen a medias.

Como un asunto tan elemental les quedaba grande, escribí de mi puño y letra tanto la ida como el regreso, tomé una foto y se la envié.

Por fin, el 9 de noviembre,  después de las cuatro de la tarde, recibí los itinerarios correctos. Los milagros suceden. Le escribí que, por favor, me enviara los tiquetes. Pasó todo el 10 de noviembre y no hubo respuesta. Pasó el 11 y tampoco. Preocupado y nervioso, le escribí dos o tres veces a Guido Tamayo, quien  no tiene velas en este entierro, por supuesto, y tuvo la gentileza de responderme que estaban a punto de enviarme los tiquetes. Siempre me respondió lo mismo, no importaba el día o la hora. Pero pasó el 12 de noviembre y los tiquetes nunca estuvieron a punto. Y esperé hasta las dos de la mañana del día 13. Luego, cansado y aburrido, me fui a dormir.

Por fin, hoy martes 13, a las tres de la mañana, usted me informa: “Mil disculpas por los cambios de último momento pero hemos tenido inconvenientes con la agencia que se encuentra a cargo de la emisión de los tkt, por lo cual el vuelo que se encontraba confirmado, al momento ya no posee espacios y nos envían la siguiente opción para su confirmación”.

Y, por supuesto, me envían los antiguos horarios. Me pregunto entonces para qué me piden una confirmación si no van a poder a hacer los cambios que solicito. He sido preciso con todos los datos mencionados. Yahoo no me dejará mentir respecto a fechas y horas. Al menos acepten que fueron descuidados y que les hace falta lectura.

Son las siete de la mañana del martes 13 de noviembre y estoy escribiendo este texto desde las seis, cuando me enteré de semejante belleza de noticia. Se suponía que debía viajar hoy a las once. Como vivo en Pamplona, que no tiene aeropuerto, y a menudo la carretera presenta problemas, suelo viajar a Cúcuta el día anterior a los vuelos para evitar sorpresas. ¿Qué esperan? ¿Qué diga que acepto y confirme ahora, después de las siete de la mañana, y me siente a esperar el milagro de los tiquetes? Y cuando lleguen, si es que llegan, ¿salto de inmediato al aeropuerto?

Esta carta constituye un homenaje a Kafka. Esta invitación, diría con más exactitud. Por supuesto, ya no voy a la Feria del Libro de Quito.  Pero no voy por la torpeza y negligencia de  ustedes. No me vayan a pintar con la gente como un incumplido o una persona caprichosa. Les quedó grande el simple asunto de los tiquetes, como sé que les quedó grande México como país invitado. La feria, según entiendo, figura sin país invitado. Y ya no me escriban, por favor. Necesito recuperar horas de sueño. “Deje así”, decimos en Colombia, y hasta podemos quedar de amigos. Ya no importa que me haya quedado como novio en el altar, vestido y alborotado.