Ingrid Betancourt Poster de T.A. |
Berta Lucía Estrada
Ingrid Betancourt
Mi relación con Ingrid ha pasado por diferentes etapas. La primera fue una gran admiración por su valentía; me refiero a las huelgas de hambre que hizo en el Senado colombiano o como cuando se postuló como candidata a la Presidencia de la República. También seguí con mucho interés su campaña, en la que creo recordar que distribuía condones en la calle; uno de los aspectos que influyó en mi decisión de votar por ella, ya que apruebo las posturas contestarias, además de ser un acto de sensatez en un país de doble moral como es el nuestro. Pero cuando fue secuestrada, debo confesarlo, sentí cólera y rechazo, ya que creía que ella había buscado ser secuestrada, no para quedarse 6 ½ años de su vida pudriéndose en la selva, sino para ser liberada en 48 o 72 horas con un comunicado de las FARC, lo que en ese entonces sucedía con alguna frecuencia, y lo que habría aumentado su popularidad. Durante esos años de infortunio me llegó a desestabilizar que sólo preguntaran por ella; ya que era consciente que habían muchas otras personas que estaban sufriendo el mismo calvario. Pero luego hubo un cambio en mi actitud. Cuando regresé a Francia en 2005 y vi su rostro en las Alcaldías de ciudades y pueblos por los que pasaba, entendí que ella visibilizaba la infamia del secuestro. Poco tiempo después yo misma hacía parte de uno de los grupos de apoyo a Ingrid Betancourt. El día de su liberación lloré, sentí que el terror que había vivido, era el mismo que mi país ha experimentado en esta larga guerra fratricida en la que estamos inmersos hace ya más de cincuenta años.
1 comentario:
Buenas tardes Triunfo: Quiero agradecer esta breve reseña en Casa de Citas, es un gran elogio y muy generoso además.
Saludos, Berta Lucía Estrada Estrada
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