CABALLOS
Traducción de Basilio Losada
Muchos de los nuestros, muertos los caballos,
combatían a pie. La hoja de mi sable brillaba, lavada por la sangre y la
lluvia. Un artillero enemigo, un chiquillo, me agarró del estribo y me atacó
con un machete. De un sablazo seco y hábil, le cercené la mano derecha.
Poco a poco, la lucha fue cesando. Sólo
esporádicamente se recrudecían algunas escaramuzas. El ejército enemigo estaba
desbaratado. Ya no se oía el estruendo de sus cañones. Diecisiete de ellos
habían sido capturados.
En las laderas y en los montes, en los
herbazales y en los campos había miles de hombres y animales muertos. Brotaba
del suelo un olor a tierra mojada y a sangre y pólvora mezclado con la dulce
fragancia del estiércol de los caballos.
Rubem Fonseca, “Camino de Asunción”
Rubem
Fonseca
El cobrador
Bruguera,
Barcelona, 1980, pp. 97- 101
Rubem Fonseca
CAVALOS
Muitos dos nossos, os cavalos mortos, combatiam a pé. A lâmina da minha espada brilhava lavada de sangue e chuva. Um artilheiro inimigo, um menino, agarrou meu estribo e me atacou com um facão. Decepei-lhe a mão direita, num golpe seco e hábil.
Aos poucos a luta foi cessando, apenas pequenas escaramuças ocorriam esporadicamente. O exército inimigo havia sido desbaratado. Não se ouvia mais o estrondo dos seus canhões. Dezessete deles haviam sido capturados.
Nas ribanceiras e montes, nas macegas e capoeiras estavam caídos corpos mortos de muitos milhares de homens e animais. Saía do chão um cheiro de terra molhada e sangue e pólvora misturado com a fragrância doce da bosta dos cavalos.
Rubem Fonseca
O Cobrador
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