jueves, 19 de marzo de 2015

Triunfo Arciniegas / Diario / Plagiarios II


Triunfo Arciniegas
Plagiarios II
19 de marzo de 2015

Así responde Pérez-Reverte a la acusación de plagio:

“Con todo el respeto para la señora Verónica Murguía, compruebo con asombro cómo se ha desmesurado hasta el esperpento el contenido de un artículo mío de hace casi veinte años. En ese artículo, que puede encontrarse íntegro en Internet ("Un chucho mexicano"), yo empezaba señalando que la historia me la había contado Sealtiel Alatriste, recogía su versión oral con la mayor fidelidad que pude, y entre los protagonistas de la historia cité el nombre de la escritora Verónica Murguía, a la que yo nunca conocí pero que Sealtiel mencionó como una de las protagonistas del asunto, y de cuya autoría de un artículo anterior sobre el mismo perro (por otra parte, según entendí, muy conocido en el barrio y en la ciudad) me entero ahora. Basta la confrontación de ambos artículos para comprender que sin duda Sealtiel había leído el artículo de la señora Murguía, y que me lo refirió a mí de buena fe. Hablar de plagio en un asunto como éste, cuando un escritor refiere lo que le han contado, cita el nombre de la fuente y cita el nombre de una protagonista de la historia, me parece una irresponsabilidad temeraria y un absurdo disparate. Comprendiendo los intereses y sentimientos de la señora Murguía, a la que ofrecí públicamente mis explicaciones y disculpas cuando fui informado por el diario mexicano La Jornada, le ruego sentido común y prudencia, pues la palabra "plagio" aplicada a este asunto resulta por completo fuera de lugar. Precisamente una escritora, como es ella, debería ser aun más consciente de ello.”

Pérez-Reverte confunde nombrar con citar. Una cosa es mencionar una persona y otra citar sus palabras. En su texto “Un chucho mejicano” usó la historia y frases de Verónica Murguía y se olvidó de las comillas. Pérez-Reverte la nombra como uno de los protagonistas, pero no precisa que Verónica escribió la historia antes que él. No se disculpa el escritor español. Al contrario, considera que la acusación de plagio es  “una irresponsabilidad temeraria y un absurdo disparate”. Y no es así.


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Los dos párrafos anteriores corresponden al "La historia de Sami", el texto de Verónica Murguia publicado en El Laberinto Urbano el 10 de noviembre de 1997.

Así quedan estos párrafos en "Un chucho mejicano", el texto de Arturo Pérez-Reverte publicado en El Semanal el 15 de marzo de 1998:

"La cosa se acentuó cuando a Sami lo atropelló un coche. Un equipo de emergencia compuesto por la dueña de la librería de la esquina, un señor a quien llaman ‘el licenciado’ –todos los vecinos ignoran su nombre-y la escritora Verónica Murguía, que también vive allí, lo envolvieron en una colchoneta y lo llevaron al veterinario; donde un par de vecinos más acudieron a interesarse por su estado, y antes de que entrara a cirugía le dieron una apresurada sesión de transmisión de energía positiva llamada reiki, ante el asombro de los veterinarios."

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Verónica Murguía escribe: "El chiste es que el pobre perdió un ojo. Nos dimos cuenta de casualidad porque no se quejaba". Pérez-Reverte saca un danés de la manga y dice: "Un danés grande como un castillo le sacó un ojo. Los vecinos se dieron cuenta por casualidad, pues Sami no se quejaba".

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Sealtiel Alatriste, por su parte, se lava las manos. El reconocido plagiario no reconoce que le haya contado la historia a Pérez-Reverte. Ni menciona que siempre se trató de una historia ajena. Dijo simplemente que el asunto es entre Pérez-Reverte y la escritora.

En su defensa, Pérez-Reverte cae en el ridículo. Dice que el perro era “muy conocido en el barrio y en la ciudad”. Difícil creer que este pobre perro fuera conocido en Ciudad de México, una de las capitales más grandes del mundo. Y tampoco importa la fama del perro. Lo que importa es que Verónica Murguía escribió la historia primero y Pérez-Reverte no lo reconoce.

Ahora resulta que tenemos dos inocentes plagiarios y “una señora” inconsciente, sin sentido común ni prudencia. Si la cosa sigue así, Verónica Murguía tendrá que pagar daños y perjuicios y suplicar a los dioses que no vuelvan a plagiarla.

Así responde Pérez-Reverte a la acusación de plagio
Sealtiel Alatriste se lava las manos



1 comentario:

Carmen Troncoso Baeza dijo...

De todo hay en la viña del Señor!!