EL SEÑOR DE LAS SIRENAS
19 de marzo de 2022
A pesar de todo, hay gente bella.
En estos días de porquería, de políticos ansiosos de poder y riquezas y otros hampones, escuchar a don José García, "El señor de las sirenas", es un verdadero regocijo.
Qué viejo tan bello. Con qué ternura y con qué sabiduría habla de su oficio. "Dibujo en el barro", dice.
Don José quedó ciego a los cincuenta y cinco y no se dio por vencido. Lo dice a su manera: "Pero no se me apagó la vida".
Cuando pasen por Oaxaca, vayan a saludarlo y compren sus obras. En San Antonino Castillo Velasco lo encontrarán. Ni si quiera tiene que preguntar dónde vive el Señor de las Sirenas porque les tengo el dato: Calle Libertad No. 14, Taller "Manos que ven". Ahí lo encontrarán con su esposa, Santa Reina Teresita Mendoza. No se despidan sin llevarse algo suyo. No regateen, sean generosos y siéntase afortunados. "Una vez fui a Oaxaca y hable con don José", podrán decir el resto de su vida, y las sirenas dirán a todo el mundo que es cierto.
A pesar de todo, hay gente bella.
En estos días de porquería, de políticos ansiosos de poder y riquezas y otros hampones, escuchar a don José García, "El señor de las sirenas", es un verdadero regocijo.
Qué viejo tan bello. Con qué ternura y con qué sabiduría habla de su oficio. "Dibujo en el barro", dice.
Don José quedó ciego a los cincuenta y cinco y no se dio por vencido. Lo dice a su manera: "Pero no se me apagó la vida".
Cuando pasen por Oaxaca, vayan a saludarlo y compren sus obras. En San Antonino Castillo Velasco lo encontrarán. Ni si quiera tiene que preguntar dónde vive el Señor de las Sirenas porque les tengo el dato: Calle Libertad No. 14, Taller "Manos que ven". Ahí lo encontrarán con su esposa, Santa Reina Teresita Mendoza. No se despidan sin llevarse algo suyo. No regateen, sean generosos y siéntase afortunados. "Una vez fui a Oaxaca y hable con don José", podrán decir el resto de su vida, y las sirenas dirán a todo el mundo que es cierto.
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