Testimonio de la esposa de Isaac Bábel
EL INFORMANTE
Un año antes del arresto, llegué una noche de mi trabajo y Babel me presentó en casa a Y.E. Elsberg, diciendo que trabajaba para Kamenev en la editorial Akademya. Me sorprendió la gentileza de Elsberg: bastaba que yo dijera al pasar que se había arruinado un enchufe para que al día siguiente mandara a un electricista. Cuando Babel comentó que me gustaba el teatro, Elsberg me llevó al Bolshoi a ver una puesta de Iván Susanin, pero me dejó sola en el palco en el primer acto y apareció cerca del final con una bolsa de naranjas. Los amigos habían prevenido a Babel que Elsberg quizás había sido asignado para vigilarlo, pero luego del arresto fue uno de los pocos que siguió viniendo al departamento, con una bolsa de té o libros para Lida. Nunca preguntó nada y nunca hizo el menor intento de derivar la conversación hacia la política. Luego vino la guerra y no lo vi más. Cuando, mucho después, comenzó la “rehabilitación”, se habló mucho del rol de Elsberg durante aquellos años. Una comisión especial se formó para analizar su participación en el arresto de varios escritores. Por supuesto, era una asignación confidencial, pero igual se supo, cuando Elsberg fue expulsado de la Unión de Escritores. Todos supusieron que se levantarían cargos contra él, pero las autoridades no lo permitieron. Por esa época, un día me lo crucé en el Instituto de Literatura. Tenía un aspecto tan miserable cuando me miró, rogándome que le devolviera el saludo, que no pude menos que inclinar la cabeza en su dirección, pero fui incapaz de detenerme.
Fragmentos extraídos de At His Side. The last years of Isaak Babel by A.N. Pirozhkov, traducido del ruso al inglés por la Steerforth Press, de Vermont, en 1998. Traducción: JF
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