lunes, 14 de mayo de 2018

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Triunfo Arciniegas
Biografía
PETRO, EL MESIAS

Cuatrovientos, 14 de mayo de 2018

¿De verdad cree que Petro es el Mesías? ¿De verdad cree que salvará al país con aguacates? ¿De verdad cree que puede salvarlo de su propia miseria y que sin Petro no hay paraíso? ¿Cree que su Bogotá fue "Humana"? Fue un desastre. Petro es arrogante, autoritario y déspota, aparte de mal administrador. ¿Le va a dar su voto a un tipo así? Un político que le hizo trampa a su propio partido. Un político de quien su propia gente desconfía: Carlos Gaviria lo detestaba, Navarro Wolf dice que Petro es un su peor enemigo y Claudia López se distanció. ¿Cree que va a hacer una "Colombia Humana" un político que viene del M-19, responsable del holocausto del Palacio de Justicia, y del Polo, un partido con sonados escándalos de corrupción y cuna de uno de los ladrones más descarados de este país, Samuel Moreno, exalcalde de Bogotá ahora encarcelado? ¿No dijo el mismo Petro durante su alcaldía que la corrupción ronda por las esquinas? 

Petro no es el pueblo, como dicen por ahí, Petro solo es Petro y nadie más, un político.  "Chávez es el pueblo" leí en muchas paredes de Caracas hace unos años, y vean cómo anda el pueblo venezolano, con más de siete millones de personas en el exilio. Nada más en Colombia hay un millón de venezolanos suplicando una moneda o un vaso de agua: un millón de razones para no votar por Petro.

No olvide que socialismo y expropiación van de la mano. No olvide que la política de destruir la riqueza jamás ha funcionado. Como tampoco el odio. El problema es la pobreza, y el socialismo ha resultado un experto en el ejercicio de multiplicar los pobres. Y a manera de pruebas, las desastrosas experiencias de la Cuba de los Castro y la Venezuela de Chávez y Maduro. No olvide que Petro lleva un Chávez por dentro. 

Nadie puede impedir que vote por quien usted quiera, pero aténgase a las consecuencias. Si usted le cree a un populista, allá usted.

Y, por último, no olvide que no soy el enemigo sino el mensajero. No diga que soy un escritor malo o mediocre porque ya me lo han dicho o que de política no sé nada porque también ni haga estúpidos juegos de palabras con mi nombre. No crea que porque escribo para niños veo el mundo color de rosa o que desconozco las artimañas de los políticos en los que tan ingenuamente deposita su fe. Ni me mienta la madre, que murió hace veinte años y era una santa. No me preocupa que usted ya no sea uno de mis lectores. Me preocupa más que en el futuro las políticas socialistas empobrezcan tanto el mundo editorial que ya no sea posible publicar un solo libro, y si uno no pertenece al partido, al único partido, ya no publicará una sola línea ni siquiera en el periódico, que también será el oficial, el Granma local. ¿Exagero? Acuérdese de Chávez clausurando a diestra y siniestra periódicos y canales de televisión. Nada más deprimente, y lo digo, por experiencia propia, que una librería cubana.

En fin, no tengo la oportunidad de tirarme el país. Pero Petro sí, si usted se lo permite.





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