miércoles, 3 de abril de 2013

Diario / Rocinante



Fantasma
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
Rocinante
2 de abril de 2013 

El domingo se murió mi caballo. Hay distintas versiones sobre su muerte y, por supuesto, se contradicen. "Amaneció muerto", dijeron. "Está tirado en el camino", dijeron. La noticia me llegó por teléfono. Ayer (lunes) conseguí los obreros para enterrar el cuerpo antes de que empezaran a protestar los vecinos y esta mañana fuimos en la Bronco. Resulta que ni amaneció muerto ni estaba tirado en el camino. Ya lo enterraron. Por el camino fui averiguando las cosas. Me dijeron que murió en la finca de un vecino y que estaba enterrado en su patio. Me dijeron que el vecino lo amarró porque se saltó a su finca a perseguir a las vacas. Y que el caballo se ahorcó. El vecino me dio otra versión. Dijo que amarró el caballo porque iba camino a Pamplonita y que en seguida llamó a Wilmer, a quien se lo prestaba desde hace un par de años para que llevara sus productos a Pamplona y lo trajera con mercado. Dijo que Wilmer lo vio vivo. Dijo que entraron a tomar algo y que a los diez minutos el caballo estaba muerto. Es una versión difícil de creer, pero no vi señales de forcejeo donde lo amarraron. Si el caballo se hubiera encabritado habría huellas en el piso. El vecino no se explica la muerte. Dijo que tal vez fue un infarto. Dijo que se hinchó. Rocinante apenas tenía unos cinco años y era el único animal que me quedaba en La Mancha, como bauticé la finca oficialmente. El año pasado se rodó un toro y fui a enterrarlo con los mismos obreros. Hace dos o tres años se ahogó una vaca en una miserable quebrada. La enterré con René y regalamos el ternerito. Luego vendí el único toro que me quedaba. Esa fue toda mi historia de ganadero. Como agricultor es igualmente lamentable. No sé qué pasó en realidad. El vecino alegó su inocencia. Dijo que si el caballo se hubiera ahorcado respondía. Al menos me hubiera dado una ternera. Creo que ya no hay nada que hacer. Aquí concluye mi breve historia de ganadero. Trajimos leña para la chimenea. Como para no perder el viaje.




1 comentario:

Olga Cuéllar dijo...

ay ay ay ... sin comentarios ... solo muchos abrazos ....