martes, 27 de febrero de 2024

Triunfo Arciniegas / Diario / El cuidandero

 

Triunfo Arciniegas
EL CUIDANDERO
27 de febrero de 2024

Amanecí llorando. En el sueño era el que cuidaba el lugar. Todos se iban. Viajaban a otros mundos, literalmente, cada vez más peligrosos. Me despedí de los mayores, que asumirían los retos más duros. Uno viajaría a un mundo de millones de insectos que intentarían devorarlo. Lo vi enloquecido por los ataques. El destino de otro de los mayores era un reino de criaturas gigantes donde sería prácticamente un insecto. Un hombre, que aparecía y desaparecía, con sombrero de carnaval y un traje a rayas, les señalaba la puerta por la que debían salir. Al abrirse, la puerta enseñaba, en una fotografía temblorosa, en una lámina ondulante, un adelanto del mundo siniestro.

Cuando llegó el turno de los pequeños me derrumbé. Los vi tan desvalidos, tan indefensos. Difícilmente superarían las pruebas que les esperaban. Los abrazaba llorando y les decía adiós.

Dormí en una mala posición porque me duele un hombro. Algo queda de la desdicha de ayer.

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