Samanta Schweblin
LECTURAS
La espuma de los días, de Boris Vian, fue mi primera lectura transformadora, quizá incluso la primera que me dio unas ganas incontenibles de ponerme a escribir, que me impulsó a hacerlo. También La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa. Y luego, la enorme Crimen y Castigo de Dostoievski. Pero no hace falta que me vaya tan atrás para hablar de libros transformadores. Mi descubrimiento del año pasado fue Amy Hempel. ¿Cómo puede ser que no la haya leído antes? Es una maravilla de las maravillas.
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