Ilustración de Triunfo Arciniegas |
Óscar Collazos
LA BALLENA
La ballena se removió con una fuerza capaz de destrozar lo que encontrara a su lado. Y al terrible aletazo le siguió de nuevo la inmovilidad, como así repusiera fuerzas para sacudirse después con mayor brío. Pero a medida que trataba de arrastrarse con la barriga aplastada en la arena, lo único que conseguía era encallarse más y más. El suave oleaje de la marea baja apenas alcanzaba a cubrirle la mitad posterior del cuerpo. La inmensa cola flotante daba la impresión de no pertenecer al resto de la bestia.
Óscar Collazos
La ballena varada
Bogotá, Alfaguara, 2007, p. 19
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