jueves, 30 de abril de 2015

Casa de citas / Oscar Collazos / Sesentona de veinte


Oscar Collazos
SESENTONA DE VEINTE

Hace poco viví un desagradable incidente con una persona a la que conocía desde hacía muchos años y no fui capaz de reconocer diez años después de no verla. En fugaces instantes de duda, me parecía conocida. No habló. Si lo hubiera hecho, la habría reconocido por el timbre de la voz.
Supe por una tercera persona que la mujer que había encontrado el día anterior, de labios abultados, espléndidos pectorales, cuello liso, escasas arrugas y ojos desmesuradamente abiertos, era una amiga que ahora no bajaría de los 60. Se quejó de mi arrogancia. “Ni siquiera quiso saludarme”, le dijo al amigo común.
La cosa era más sencilla y al mismo tiempo terrible: no la había reconocido. Desde entonces, cuando tengo la vaga impresión de estar ante una conocida que se ha rejuvenecido de manera ostensible, busco fórmulas de cortesía y cumplidos que demuestren dos cosas: que la he reconocido y que no me he dado cuenta de la reingeniería estética que la hace parecer más joven de lo humanamente sustentable.

Oscar Collazos / La eterna juventud






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